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martes, 20 de septiembre de 2011

De la razón resistente a la razón política " Sergio Suazo "


Habemus Frente


¿Cómo se crea el poder?, ¿cómo se construye poder? Yo
siempre dije una frase…cuando se habla de “tomar el poder”.
Todo el tiempo todo el mundo hablaba de tomar el poder y
Yo decía: el poder no se toma, se crea. Quería decir: para tomar
el poder hay que tener un poder superior al poder. Ese poder,
¿de dónde sale? el poder para tomar el poder, ¿cómo se construye?”.

Néstor Kirchner

La semana que concluyó ayer, marca un punto de inflexión en la vida política de esta desventurada tierra con pretensiones de ser república, el pueblo ha dado vida a una nueva organización política de carácter progresista, amplia, diversa, plural y con propósitos democráticos. Unos años atrás, ni el Abad de San Pedro lo hubiera soñado sobre todo, en una sociedad pre moderna como la nuestra, adormecida por el opio de la ignorancia y la desesperanza en la que transcurre la vida de la mayoría del pueblo.
Me imagino que cuando se creó formalmente el primer partido político (el liberal) en 1891, más de alguno, le ha de haber dicho a Policarpo Bonilla (su fundador) que para qué fundar un partido con ideas “exóticas” – subversivas las llamarían los nostálgicos del orden colonial -  que nadie conoce excepto unos pocos, en un país tan atrasado, analfabeto y conservador. Algo parecido sucede en la actualidad con el surgimiento del Frente Amplio en el seno de La Resistencia, los politiqueros del patio siguen  creyendo que el pueblo es “Bi”, y, el orden oligárquico, tratará de atacarlo  ideológicamente y de reprimirlo por medio de la violencia, porque saben el peligro que representa para el status quo, gracias al apoyo del pueblo.

Frente Amplio: el nuevo referente político
El retorno del ex presidente Zelaya coordinador del FNRP – a pesar de las necias resistencias y los riesgos que se corrían con la aceptación del Acuerdo de Cartagena- ha contribuido no sin dificultades, a que progresivamente se vaya imponiendo la lógica política por sobre la lógica contestataria que sólo lleva al inmovilismo. Ello comenzó a evidenciarse en la asamblea del 26 de junio pasado, en la que se decidió crear una coalición de fuerzas políticas y sociales de carácter nacional con capacidad de disputar con reales posibilidades, el poder a la oligarquía que domina el país.
A pesar de algunas voces interesadas, la inmensa mayoría de delegados decidió crear un Frente Amplio y dotarlo de estatutos, definición ideológica y una carta constitutiva para darle vida política propia y para ser inscrito oficialmente como partido. Los esfuerzos han estado dirigidos a tal propósito, proceso que culminará el próximo 3 de octubre con la solicitud formal de inscripción previa recolección de las firmas requeridas por ley.
Ahora bien, la existencia del Frente Amplio per se no es suficiente porque se requiere mucho más que eso, entre otras cosas, un cuerpo de ideas en relación a temas como la construcción de poder, un discurso político diferenciador, una estrategia de campaña, una política de defensa frente a la represión y la parte programática etc. En síntesis, luego de la inscripción, el Frente entrará en una nueva racionalidad política que pasa por asumirse como opción de poder real lo que conlleva desempeñar el papel de la verdadera oposición y hacer planteamientos de país; y, a lo interno, dotarse de  un “cerebro” en forma de equipo que le proporcione creatividad, coherencia, orden, innovación y sobre todo, credibilidad a su accionar político.
¿Qué significa que el Frente Amplio es un nuevo referente político? Los sistemas políticos más o menos modernos que han podido desarrollar institucionalidad democrática, contienen en sus espectro ideológico las principales corrientes de pensamiento político que van de la derecha a la izquierda, con todas sus variantes, pasando por el difuso y confuso “centro político”. Debido al poco desarrollo político de la sociedad hondureña, en sentido estricto, no se puede hablar de la existencia de una cultura política de izquierdas que identifique al sector, entre otras razones, por su escaso desarrollo, la estigmatización de que han sido objeto las fuerzas que se identifican como tales, el alto grado de conservadurismo de la sociedad y los períodos de represión sufridos.
El golpe de Estado creó condiciones excepcionales para el surgimiento de un referente que podríamos llamar de centro izquierda (por las distintas sensibilidades políticas que lo integran) moderno y democrático,  mucho dependerá del nivel de institucionalización que pueda alcanzar el Frente Amplio, de su capacidad para crear condiciones internas para que una organización de extracción y voluntad popular, permita que grupos sociales subalternos, den origen a una fuerza transformadora capaz de crear un nuevo Estado. Un referente político con el que podrá identificarse con claridad la clase media, que es el sector social sobre el que recae principalmente todo el peso de las medidas económicas neo liberales, se trata de un proyecto alternativo de mayorías desde la base con vocación de poder y legitimada por la mayoría capaz de pensar un nuevo país.
A este nuevo referente le tocará la reconstrucción democrática que claramente no puede provenir de los mismos partidos políticos, pero tampoco de quienes creen que todo pasa por la movilización permanente cuando sabemos que las sociedades no pueden estarlo siempre porque para gobernar también se requiere de estabilidad y si no, pregunten a Evo Morales, un movilizado y movilizador por excelencia.
Un reconocido político español argumenta que los movimientos de protesta y de resistencia tienen una justificación moral, económica y política absoluta, pero necesitan ser encauzados (materializarse agrego yo) y vinculados para que tengan utilidad pública, de lo contrario, son como la espuma de un suflé, que sube, sube y desaparece.
Por último, el Frente Amplio contrario a lo que la derecha atrasada cree, será un aire fresco al desvencijado sistema político no para mantenerlo, sino, para transformarlo hasta cambiarlo con la democratización de la democracia pero trascendiendo el concepto de eficacia institucional como sinónimo de estabilidad, para ubicarlo más bien en el plano de la participación política y de la acción colectiva. La política en Honduras, pasa por un momento excepcional  en términos de posibilidades, porque se ha tenido una sociedad donde las mayorías sólo asienten pero no presionan.






Todos son necesarios, pero no todo.

En un proyecto político de esta naturaleza, inédito por demás, todas las fuerzas y grupos que la integran cuentan, pues se trata de construir un horizonte de futuro en el que la unidad resulta fundamental, por eso, en los estatutos del Frente Amplio, la unidad adquiere carácter de principio. La diversidad y amplitud de la Resistencia llevó a que cada grupo o individuo hiciera su aporte en la lucha por la reversión del golpe de Estado, con lo que efectivamente, se adquiere el derecho a participar, proponer, criticar, señalar y hasta descalificar en muchas ocasiones; sin embargo, no siempre lo que se propone se ajusta a la realidad política del momento.
Se ha dicho que la Resistencia ha pasado por varias etapas lo cual es cierto, en cada una de ellas todos o casi todos, algo hemos dicho, no obstante y más allá del derecho adquirido, de lo que se trata es darse cuenta si lo que proponemos concuerda con la realidad o no. Algunos ejemplos pueden servir para mostrar lo que aquí se dice: a) la convocatoria para una Asamblea Nacional Constituyente, ¿de dónde salió esa idea? Seguramente de la tradición política – nefasta- que después de un rompimiento constitucional, se trataba de enmendar la situación, reformando o cambiando la constitución bajo el argumento que nuevas reglas servirían para que en el futuro, tal situación no volviera a repetirse. También puede decirse, que el golpe de Estado se produce por el agotamiento o ausencia de los recursos constitucionales para evitarlo, porque la constitución ya no responde a las realidades del presente etc.
Esa idea fuerza (la convocatoria) no pudo ser desarrollada y tampoco implementada en su momento, no pasó de ser un recurso político a pesar del gran esfuerzo que supuso la recolección de más de un millón trescientas mil firmas, que ahora esperan olvidadas, para que alguien rescate la valiosa información que contienen y la ponga al servicio del trabajo de organización y documentación del FA, b) la auto convocatoria, ¿quién se acuerda de ella? Algunos grupos integristas casi la elevan a los altares con el agravante, que nunca explicaron de qué se trataba, cómo se implementa,  sin contar con ninguna evidencia empírica y lo más alucinante, nunca supieron a quien se le ocurrió.
Estos ejemplos, sirven para darse cuenta que las cosas no se consiguen simplemente porque se desean, y menos en política.
Lo que no se necesita es “el maximalismo y el infantilismo revolucionario que no tienen en la actualidad, incidencia en la política práctica porque después de todo y – muy a pesar de los pesares- ambas posiciones nunca han tenido la más mínima posibilidad de disputar el poder por su debilidad, y tampoco han contado con un líder que catalice una situación como la actual”. Hay quienes sin haber incursionado nunca en política, creen que la política se reduce a los dos metros en los que cabe su grupo y en un acto que demuestra su escaso manejo de la variable del poder, se cierran hacia adentro, en lugar de flexibilizarse hacia afuera; el todo o nada es el equivalente a “patria o muerte” ignorando que hace mucho tiempo la política dejó de tener esa parte heroica que la caracterizó  por mucho tiempo, se trata de acumular fuerza social. Ya viene el tiempo para demostrarlo.
Si en verdad se está comprometido con el cambio social, superar los viejos vicios de la izquierda tradicional y conservadora requiere de autocrítica y prefigurar un proyecto de todos, porque la verdadera radicalidad, está en la capacidad de unirse, abandonar las vanguardias y la posibilidad de cambiar. Los infantilismos han sido desde que Lenin acuñó el término, el enemigo histórico de la izquierda, ah, en el sur lo tuvieron que superar para llegar al poder.

S.L. 19/9/2011