La crisis educativa y la nueva ley Primera Parte " Francisco Javier Pineda "

En un articulo que escribí hace buen rato, dije que si sometíamos a un examen patológico a nuestro sistema educativo, sus resultados nos mostrarían el sinnúmero de enfermedades que lo tienen dando boqueadas. Todas esas enfermedades que son crónicas, increíblemente por acción o por omisión han sido fomentadas, causadas y creadas en alto grado, por las mismas autoridades del ramo, por algunas dirigencias magisteriales irresponsables, y desde luego, por los politicastros que han hecho de las suyas en perjuicio de una actividad que merece mejor suerte.

Los cuarenta y cinco años que laboré en los tres niveles del sistema educativo nacional, de éstos, cinco en el Programa Nacional de Actualización del Magisterio, del Ministerio de Educación, me permitió conocer bastante, que gran parte de los problemas de nuestro sistema educativo, no ha sido producto de la falta de leyes que regulen el sistema, sino mas bien, de la no aplicación y cumplimiento de las que existen y, de la complacencia con que las autoridades han tratado la problemática educativa. En Honduras, leyes es lo que mas sobran. Si algún organismo nacional o internacional resolviera galardonar al país del mundo que haya decretado la mayor cantidad de leyes, seguramente que Honduras se ganaría el galardón; pero también, si decidiera premiar al país donde más se violan y se incumple, (herejía) sin duda alguna que también nos ganaríamos el premio.

Una de las grandes falencias que se le atribuye al sistema educativo, es que la educación que en estos momentos se está impartiendo a los niños y jóvenes no tiene calidad, esta cantaleta ya tiene mayoría de edad. Siendo que la palabra calidad, según el Diccionario de la Lengua Española, la define como “la manera de ser de una persona o cosa” y si la cosa es así, concluimos, que nuestra educación siempre ha tenido calidad, y que, lo que nos debe preocupar es que esta calidad sea buena y eficiente para los propósitos que se persiguen con ella.

Entonces para hablar de calidad de la educación, tenemos que empezar por conceptuar que vamos ha entender por “calidad educativa” o si lo quiere al revés, que vamos ha entender por “educación con calidad” porque la apreciación de la mala o buena calidad educativa, dependerá del concepto que el apreciador tenga de lo que en esta materia es bueno o malo. Una gran antropóloga dijo: “Mi mamá quería que yo me educara, por eso no quería mandarme a la escuela” Fontonelle sostenía que “ni la buena educación hace el carácter, ni la mala lo destruye”, en cambio, Locke decía que “Todos los hombres nacen iguales y con aptitudes iguales; solo la educación hace las diferencias “, y así, encontraremos otras opiniones de grandes pensadores sobre la educación. Mucho se ha discutido, se discute y se discutirá sobre la naturaleza de la educación, acerca de su eficacia, del papel del maestro y del estudiante en el proceso educativo.

Otros pensadores definen la educación como una contribución al desarrollo de la persona y de su grupo social, la cual orienta y facilita actividades que operen en ellos cambios positivos en sus comportamientos, actitudes, conocimientos, ideas, habilidades y destrezas. Ahora bien, dejando en paz a estos grandes filosofos de la educación, como seres pensantes que también somos los hondureños, digo yo, lo importante que tenemos que incorporar ha la nueva ley de educación que esta en discusión, es lo que nosotros vamos ha entender por educación con calidad para los intereses de nuestra juventud y de la nación, como la vamos a conceptuar y como la vamos ha desarrollar en la práctica, porque la cosa en materia de educación no es como decir, a lo que vengo, vengo, que tengo el burro sin aguar .

Para una señora que solo cursó la educación primaria, en comparecencia en un programa televisivo, opinó que la educación tendría calidad cuando su hijo reciba 200 días de clase y obtenga un titulo, para luego conseguir trabajo, el concepto de buena calidad de educación que tiene esta señora es bastante pobre, sería inconsecuencia pedirle un concepto mas amplio de educación; su visión por su grado de educación llega hasta allí.

Un empresario dedicado a la manufactura de productos juzgará la buena calidad de la educación por el conocimiento, el buen manejo de la tecnología y el desarrollo de aquellas destrezas y habilidades que sus trabajadores hayan obtenido en el centro educativo de donde egresaron, que le permita a él obtener pingues ganancias a través de la productividad de sus trabajadores. En esta visión la calidad educativa lo que persigue es la construcción de una máquina de carne y hueso que le produzca riqueza, sin importar si ese ser humano, convertido en maquina de hacer “pisto” deba poseer virtudes y hábitos que constituyan la brújula que dirija su conducta en las diferentes manifestaciones de su vida, ya como hijo, padre, esposo, amigo, político, autoridad o como ciudadano del país y del mundo.

Esperemos con fe y esperanza las cosas buenas que nos pueda traer la nueva ley de educación que actualmente esta en discusión.