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viernes, 17 de junio de 2011

¿Volvemos a las indefiniciones? " Aníbal Delgado "

Cuando en el Partido Liberal surgió la iniciativa de Izquierda Democrática en la década del 70 pregunté a uno de sus dirigentes cuáles eran los puntos importantes de ese programa; la amplia aceptación que está teniendo este movimiento se debe precisamente a su indefinición y a sus atractivas consignas, me respondió.

En el grupo político allegado al expresidente Zelaya, tal como ocurrió antes del Golpe, hay lagos de indefiniciones, y no hay atisbos de respuestas; ¿un estilo de hacer política? La consigna moviliza y en pocas palabras explica, pero tras una consigna responsablemente formulada, además de un planteamiento ideológico coherente, debe haber un programa y todos aquellos elementos que confieren al movimiento condición de guía del pueblo. El movimiento de Cuarta Urna fue una consigna que aparte de plantear
generalidades como reformas constitucionales porque la actual Constitución impide el progreso, ira antiimperialista y antioligárquica, no llegó a revelarnos a quienes no estábamos en la cúpula, elementos programáticos concretos como los cambios constitucionales que se proponían o la naturaleza puntual de las transformaciones ofrecidas.

Esto le restó fortaleza y muchos que pudimos estar allí nos quedamos fuera con la sensación que se trataba nada más de un movimiento continuista que utilizó mal hilvanadas consignas revolucionarias para ganar la simpatía de dirigentes populares honestos y gente que anhela ver cosas nuevas en Honduras.

El Golpe militar estremeció al país, y muchos que ejercimos una oposición de principios a aquel movimiento, pasamos por definición democrática a integrar la resistencia, acompañar a los miles de hondureños víctimas de la brutal represión y a estudiar posibles caminos de transformación social. Ahora que vivimos tiempos de conciliación, es coherente que volvamos a interrogar a los mismos dirigentes y a exigir respuestas; el planteamiento de frente amplio que es correcto se queda en las generalidades, no tiene ni expresión programática, ni una teoría ni una estrategia; no precisa el lugar de los partidos, las corrientes y los sin partido, ni las formas de inserción en la realidad policlasista e ideológica de la sociedad...

Después de veinte meses éstas y otras cuestiones, son espacios vacíos; por eso todavía me pregunto, ¿está esa cúpula a la altura de los complejos proyectos de frente amplio?; las únicas definiciones claras en esa movilización cercana al Coordinador General con vicios propios del bipartidismo son los prematuros emprendimientos precandidaturales, rasgos dinásticos, perfiles de caudillismo.

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