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miércoles, 11 de mayo de 2011

Coyuntura e Identidad política Gustavo Zelaya


Desde la reunión en Caracas entre Hugo Chávez, Manuel Zelaya, Juan Barahona y otros miembros del FNRP, incluso con la participación de algunos que no parecen ser tan simpáticos dentro de la Resistencia, se han generado muchas discusiones y reclamos sobre varios aspectos. Unos reclaman que no se haya consultado a otras instancias del Frente y de no poner en práctica la consulta democrática que tanto exigimos a la derecha golpista, se cuestiona también la participación de personajes que gozan de poca confiabilidad y que no representan a ninguna organización, se sospecha que haya cierta incongruencia entre los puntos expuestos al Presidente de Venezuela y los acuerdos de la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular para embarcarse conscientemente en los procesos electorales del régimen y colaborar en la legitimación del gobierno parido por el golpe de estado.



En fin, la disputa ha llegado a extremos de suponer que pueda existir una entrega de las banderas de la lucha popular ya que se han ocultado ciertos elementos que podrían provocar un adormecimiento de la protesta del pueblo, la desaparición o domesticación del FNRP y un triunfo de la derecha golpista que abonaría en sus planes para lavar la sucia imagen que tiene el país después del 28 de junio. Con la posibilidad, además, que desde la oligarquía en el poder, se ponga en marcha la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, a su medida y desde sus necesidades, lo que significaría la enésima trampa contra el pueblo hondureño. Otra estafa más que hemos aceptado con cierta ingenuidad y bajo el argumento que son formas de desenmascarar la acostumbrada mentira de la oligarquía. Parece que nos vamos a convertir en expertos en poner en evidencia las mañas y las estafas de la derecha golpista. Y así puede existir la oportunidad de derrotarlos por puro envejecimiento ¿Ahora o nunca?



Después de la polvareda y el alboroto inicial se ha impuesto un poco de silencio y quietud pública, puertas adentro tal vez haya un hervidero y una pugna por colocar cuadros en cargos de dirección, y afuera sin conocer si este asunto tiene que ver también con las necesarias definiciones políticas, programáticas, ideológicas y con la construcción de la compleja identidad del Frente Nacional de Resistencia Popular; como que se ha acordado lavar los trapos sucios en casa Más o menos así ha sido el panorama después de semana santa, pero el viacrucis en el país continúa y las estaciones del dolor se multiplican: más muertos en el Aguan y en otros rincones del país el asesinato de personas y los crímenes atroces sigue como algo natural, casi una costumbre domestica, aumentan los niveles de narcoactividad, crece en forma exagerada la desigualdad social y los aeropuertos más vigilados son lugares de tráfico descarado de dólares y drogas, de modo que en ellos nadie sabe cómo se roban aviones y se transa con dinero y todos saben algo o son cómplices de esas acciones.



Participamos también de un Primero de Mayo masivo, colorido, alegre, con momentos provocadores, se repartieron abrazos y se gritaron duras consignas frente a los policías, se movilizaron sindicatos y grupos políticos no vistos anteriormente y parece que todo ello sólo es posible en ese día, una vez al año, no es una práctica normal y para muchas personas es la ocasión para lograr una revolucionaria camiseta y ponerla en la colección, gritar la consigna de ocasión, lograr una sabrosa comida, una botella de ron y cervezas. Eso es lo importante para ciertos participantes. Y son bastantes. Algunos profesores despedidos por el gobierno golpista se declaran en huelga de hambre y todo ello como si nada, la esperada y pregonada solidaridad popular no es tan notoria. Aunque han sufrido agresiones políticas, físicas y económicas por el gobierno del lobo, no se rajan los del parque La Merced.



Y Manuel Zelaya a la espera de que las instituciones que conforman el sistema de justicia decidan cancelar los procesos en su contra y la fiscalía, la procuraduría, el tribunal de cuentos oculta el hecho de que las investigaciones contra él y otros ex funcionarios de su gobierno se reanuden en cualquier momento y así tramar nuevos juicios. Nos hacen esperar y no se ven presiones organizadas desde la Resistencia para acelerar la solución a ese problema. Y si desde Venezuela se pide paciencia, aquí nos plegamos mansamente a tal petición y seguimos esperando aunque junio esté a la vuelta de la esquina ¿Será que la línea de acción tiene que venir de otros países y las bases en resistencia deben seguir tales mensajes? Es probable que muchos no entendamos esas cosas propias de la diplomacia de alto nivel, no aptas para la comprensión de nosotros, los simples mortales.



A lo anterior se vincula las continuas y brutales agresiones contra los campesinos en el Aguán, y el espectáculo público del régimen golpista con su Honduras is Open for Buitres que pone en el límite viejos conceptos burgueses como el de soberanía, seguridad, ciudadanía y en donde no han vacilado para seguir apaleando a los que protestan contra las prácticas de los golpistas en el poder y para ello han contado con la complicidad de empresarios internacionales y locales. Business is business. Agréguese también el servilismo de otros funcionarios públicos que militan en la UD, el PINU y el siamés cachureco, la Democracia Cristiana, al servicio de esa subasta pública del país, en porciones y al estilo de los restaurantes de comida chatarra, en combos. Los dueños de los santos sellos del partido liberal ni siquiera se notan. Y en primera fila, el director de orquesta, el imperio gringo con todos sus agentes desplegados frente a la prensa golpista, indicando qué melodía interpretar y cuándo mantener un allegro intenso y no llegar al finale de esta ópera macabra del neoliberalismo, continuando entonces con la sangría de los recursos naturales, la degradación del ambiente y la explotación en profundidad de los trabajadores hondureños.



Así, se entremezclan distintos momentos del conflicto social hondureño como la manipulación del gobierno y de miembros de los partidos tradicionales afectados por el golpe de estado, sobre ciertos sectores de la Resistencia Popular que orilla a que muchos supongan que está en progreso una domesticación y un sopor en el proceso, y los interesados en vencer a las fuerzas democráticas cuentan con la vieja mentalidad gremial, con el tradicionalismo político, con la atomización de la izquierda, con los localismos geográficos de organizaciones críticas con el grupo que dirige al FNRP, con las dudas que se levantan alrededor de los jefes magisteriales, con la debilidad del movimiento obrero y la insistente censura a la dirigencia popular de parte de algunos analistas y miembros de la Resistencia. Parece que a la vista no sólo está el cuestionamiento de las llamadas posturas reformistas, oportunistas, vanguardistas, ultraizquierdistas o bipartidistas, sino también temas ligados a la cultura política y a la identidad de la Resistencia Popular.


Sobre todo el problema de la identidad política de la Resistencia Popular es difícil de enfrentar y discutir, hay que dedicarle más tiempo, entendiendo también que las respuestas más ordenadas no van salir sólo de las discusiones entre dos o más teóricos bien y mal intencionados o de la práctica desarrollada en la calle por los activistas. Tampoco se resuelve de una vez y para siempre, debe verse como un proceso complicado, con avances y retrocesos, con ladrillos que se ponen y se quitan, para intentar elaborar algo sólido y modificable, pero no definitivo. Alguna dificultad se nota cuando dentro de la Resistencia conviven varios grupos políticos como los liberales, pinuistas, udeistas, demócrata cristianos y algunos cachurecos (valga la redundancia) y lo que puede llamarse izquierda como los marxistas, maoístas, trotskistas, fidelistas, hasta chavistas, y tal vez hay más denominaciones, igual están otras entidades como las feministas en resistencia, lencas, garífunas, artistas, maestros, defensores de los derechos humanos, chonas, independientes, refundacionistas, autoconvatorios, cristianos, ateos, personas de otras creencias, gay, travestis, lesbianas, puritanos, majes, otros menos majes, rockeros, bachateros, etc. Es posible que el mayor signo de identidad entre todos ellos, y me incluyo, sea sentirse participes de la resistencia al principio contra el golpe de estado y ahora por un país menos dependiente y más justo, de sentirnos representados por sus dirigentes, de vernos representados en sus proclamas políticas. Y, a pesar de cualquier sospecha caudillista, independientemente de las diferencias ideológicas, la personalidad de Manuel Zelaya se ha convertido en otro elemento de esa identidad compartida.



El asunto es que el tema de la identidad tenemos que ligarlo con el de cultura política. Generalmente cuando se habla de identidad nos referimos al arte, la ideología la política, la ciencia, los valores, el sentido de justicia, todo ello nos relaciona y comunica con un ambiente, con otros y otras. Vamos descubriendo nuevos elementos culturales y los incorporamos a la identidad en cada momento, es una actividad permanente en donde enfrentamos los ataques y seducciones de la cultura tradicional dominante y que crece en su poderío al controlar los medios de comunicación, que rechaza otras formas culturales generadas por la resistencia; en esos momentos de rechazo a los valores propuestos por los grupos en resistencia tenemos a mano un escudo formidable y promulgamos la diferencia como el medio para no ser asimilado, para no seguir siendo oprimidos ni por la cultura ni por la ideología. Ya sabemos suficientemente qué significa la explotación económica, mientras que la otra expresión del dominio neoliberal también se mueve y penetra diariamente.

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Si no aceptamos y nos negamos a imitar el modelo dominante, o no lo sentimos y no nos identificamos con él, nos queda la opción de querer ser otros, al menos de aspirar a ser otros. De cualquier manera que sea desde el 28 de junio de 2009, ya se es otro. Así, en vez de proclamar y declarar la diferencia, se trata de vivirla. Entiendo que no podemos desconocer o simular que ignoramos la influencia de otras identidades o culturas, hemos sido formados por ellas y somos producto de esa cultura que brota en el Renacimiento europeo y que se universaliza con el capitalismo. La formación de la identidad no es algo acabado ya que incluye la cultura originaria, colonial, occidental, la emergente, la que se resiste, sin eliminarlas e implicándolas en una complejidad llena de interrupciones, rompimientos, tradiciones, novedades.



A pesar de vivir en una sociedad explotadora el grupo dominante casi desde 1834 no ha podido arrinconar ni siquiera eliminar los productos culturales de los oprimidos, tampoco ha podido aplastar las nuevas formas. En la experiencia nacional de los últimos dos años hemos presenciado una irrupción de nuevos elementos culturales y no sólo tienen que ver con la poesía, la música, el teatro, la pintura, la fotografía, el cine, la narrativa, la caricatura, en el fondo tal vez todas ellas sean otras manifestaciones poéticas, también se liga con el sombrero, la gorra y la camiseta negra, las comidas callejeras, el lenguaje utilizado, pero sobre todo, con la exigencia de ser escuchados y la seguridad que se tienen algo que decir. Y se hace en los colectivos, en las comunidades, en las paredes, desde la aldea y el barrio. Y esa cultura política y la identidad que está edificándose, se muestra en cómo las mujeres y hombres, jóvenes y viejos, que forman parte tanto del Frente Nacional de Resistencia Popular y las personas que se resisten desde otras opciones, exigen comportamientos decentes y honestos, reclaman cuando se sienten burlados, demandan explicaciones a sus representantes y critican, cuestionan, aportan, a la liberación nacional.



Por ello ningún personaje que ostente cargos de dirección en la lucha popular debe temer frente al reclamo de las bases. Es por ellos, con ellos, para ellos y para los demás, que se lucha y se resiste. Esa identidad política debe mejorarse profundizando la democracia dentro de las organizaciones en resistencia y desarrollando las posibilidades de la igualdad para crecer y participar sin desventajas en la actividad del FNRP. Y una de las intenciones de la democracia y la igualdad interna es no reproducir las formas de actuación política de los partidos tradicionales ni de los grupos económicos dominantes con su patriarcalismo y la violencia machista. Y ser modelo ético y político para la población. Ser ejemplo en quien pueden confiar y en donde puedan sentirse representados.

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