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jueves, 3 de febrero de 2011

Contagiados de insensatez y falta de sentido común por Eduardo David Ardón

El común denominador del hondureño es la ignorancia, desinformación, insensatez, prepotencia, machismo, inmadurez, inconsecuencia, unilateralismo y falta de sentido común en el análisis de los fenómenos y hechos, que ocurren diariamente.
La manera de pensar de nosotros, no tiene nada que ver con la objetividad y realidad. En cada análisis, afloran nuestros deseos, intereses, subjetivismo, mala fe, el personalismo, amiguismo y las cuestiones superficiales que se alejan de la raíz y el meollo de la situación, objeto de la valoración y el análisis.
Esta conducta negativa, se manifiesta en todos los aspectos de la vida personal, además de expresarse con mayor fuerza en la sociedad.

De ahí, que esta mala actitud de pesimismo, la trasladamos directamente cuando nos referimos a la ideología, religión, moral, ética, política, economía, arte, deportes, jurisprudencia y formas y costumbres de vivir.
Donde vayamos, nos topamos con las malas vibraciones que se derivan del odio, violencia, amargura y hostilidad contra todos y todo.

Quienes mas pecan de estas inequidades, son los programas de radio y televisión, que diariamente envilecen la conciencia de la ciudadanía, dirigidos por comentaristas, que en la mayoría de los casos, son manipulados por grupos que esconden intereses mezquinos y oscuros, que escamotean la verdad, para darnos mentiras frescas que desvían nuestra atención y confunden los elementos que debemos tener para hacer un análisis apegado a la realidad sin quitarle ni ponerle, sirviendo de “furgón de cola” a los interesados en tal o cual versión.

Así pues, actuamos y pensamos en temas muy serios, e insignificantes y de menor trascendencia. Es igual, no hay diferencia entre lo superfluo e importante. Además de la indigencia económica y social, arrastramos la de un pensamiento obtuso y atrabiliario.
Esta radiografía del pensamiento montaraz, desde luego, no quiere decir, que no existan, en el medio, personas juiciosas, civilizadas con criterios y análisis científicos apegados a la verdad.
Como demostración de la falta de sentido común e inmadurez en los análisis, me referiré a dos ejemplos concretos en la que la hondureñidad no sabe ubicarse ni analizar seriamente.
El primero, es la posición y actitud asumida por algunos hondureños, que desde luego, no constituyen la mayoría, en relación a la defenestración del Presidente José Manuel Zelaya Rosales.
Los partidarios del golpe no meditaron, ni un tan solo momento, en el significado de la ruptura constitucional y las consecuencias catastróficas de la misma. Sencillamente se dejaron arrastrar por el miedo a que el pueblo tomara mayor participación en las decisiones importantes del Estado.
No valoraron, correctamente, los tres años de gobierno dirigido por Mel Zelaya, en el que se realizaron obras importantes de beneficio general para el pueblo.
No hay “mas ciego que el que no quiere ver” pero, aun así, no se puede negar el gran paso histórico dado en relación a la rebaja de los combustibles, que quito el monopolio de las transnacionales norteamericanas, que como Texaco, Shell, UNO, Dipssa, han expoliado a nuestros países manipulando el precio de los combustibles. Durante un tiempo, sentimos un respiro porque la gasolina la adquiríamos más barata. Hoy, después del golpe, volvimos al encarecimiento de los combustibles por el cambio de distribuidores.

La Red Solidaria, fue un proyecto de grandes alcances, que beneficio económicamente, a miles de familias campesinas que recibieron muy buena capacitación y aprendieron a diversificar los cultivos y a organizar pequeñas empresas en el agro.
De igual manera, la Cuenta del Milenio, del que fuimos sacados por corrupción cometida en el 2009 y 2010, fue un éxito, porque se mejoraron y construyeron carreteras que necesitábamos para comunicar muchos lugares que se convirtieron en los puntos de desarrollo económico.
La aprobación del Salario Mínimo en 5,500.00 en la ciudad y 4,800.00 en el campo, es otra conquista importante impulsada por Mel Zelaya y el Poder Ciudadano.
Las mesas ciudadanas que favorecieron la participación del pueblo en las distintas comunidades en muchas decisiones del gobierno, también fue una de las acciones mas progresistas de este gobierno liberal.
Pero, todas estas conquistas, de beneficio popular fueron tiradas por la borda, y, un sector de la población fue mediatizada por el miedo a un supuesto comunismo y unos participando activamente en el golpe y, otros con su silencio, satanizaron a Mel Zelaya y su gobierno, acusándolo de “Chavista” y valorando su administración como mala y disociadora encaminada a la “construcción del comunismo en Honduras”.
Concretamente, tiraron al cesto de la basura, reivindicaciones y proyectos, que nos iban a sacar de la extrema pobreza y resolveríamos el planteamiento de una nueva Honduras.
Estuvieron pues, de acuerdo con el gobierno dictatorial y fascista encabezado por Roberto Micheletti y Romeo Vásquez Velásquez, que nos trajo a la bancarrota y a la crisis mas profunda.
En honor a la verdad, nuestros compatriotas no saben discernir entre lo bueno y lo malo.

El segundo ejemplo demostrativo de la falta de sentido común es el futbol, del cual, al igual que la política, pecamos de fanáticos.
En este deporte, somos ilusos al creer que somos una potencia. Pensamos que debemos jugar como los grandes equipos de España, Italia, e Inglaterra, y, por ello, se debe contratar a los entrenadores más famosos de Europa.
Actualmente, utilizando el pesimismo, subjetivismo y la carencia del sentido común, se desato una campaña mediática en contra del entrenador de la Selección Nacional, Juan de Dios Castillo, siguiendo no se sabe que intereses particulares y a quien desean colocar como preparador técnico. En la práctica, el “cuate” Castillo, como lo llaman, ha ganado dos campeonatos en la Liga Nacional con Olimpia y España y acaba de convertir a nuestro país, en Campeón de Centro América, después de 16 años que no se lograba.
Estos meritos, según la mayoría de comentaristas deportivos de radio y televisión, no sirven, son malos y vociferan a través de los micrófonos que el mexicano no tiene perfil, capacidad, carácter y que no es técnico de selección, como si existiera un titulo especial para serlo. Que sepamos, cualquier entrenador, primero es de un equipo y después del combinado nacional.
Los hechos, son palpables y señalan al preparador técnico mexicano, como el más indicado para dirigir al equipo nacional. Por otra parte, es el que mas se adapta a las condiciones económicas del país.
El hondureño es injusto e irrazonable, cuando exige jugar bonito y con técnica, aunque perdamos, cuando la realidad es que el balompié catracho nunca se ha caracterizado por tal estilo de juego, por el contrario, siempre utilizamos fuerza, velocidad y contraataque.
No seamos ilusos, dejemos la insensatez y la falta de sentido común.

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