EL MODELO DE ATENIMIENTO EXTRANJERISTA.
Durante la década de 1870, ascendió al Gobierno un grupo de poder político de corte liberal, encabezado por Aurelio Soto y Ramón Rosa. Anunciaban, con un lenguaje técnico y elegante, un futuro deslumbrante de bienestar y desarrollo.
Implementaron una serie de cambios políticos y económicos, algunas de los cuales eran positivos y necesarios para modernizar el país, como las libertades civiles, una estructura jurídica completa, la educación estatal, mejor infraestructura y otros. A primera vista, todo aquello parecía acertado y beneficioso para la nación entera; pero el resultado fue la implantación de un modelo capitalista semi-esclavista que condenó a la miseria a nuestro pueblo por más de un siglo, creando un grupo oligárquico privilegiado y entregando la riqueza y soberanía nacionales en manos del capital extranjero.
¿Porqué las reformas que parecían positivas terminaron causando tanto daño?
Por la intención política de las mismas. En los asuntos públicos, los pueblos no solo deben enfocar su atención en lo que se hace, sino también escudriñar porqué se hace, para que se hace, y especialmente quién lo hace. Las reformas liberales de ese momento no estaban orientadas a crear bienestar para la población, sino a modernizar mínimamente el país para establecer las condiciones necesarias para el florecimiento del capital transnacional.
Desde entonces, periódicamente han surgido los profetas políticos que nos predican un desarrollo mágico basado siempre en la instalación de proyectos de capital extranjero. Y fallan invariablemente en su promesa de bienestar y desarrollo, hundiéndonos cada vez más en la dependencia y el atraso.
En estos momentos, los eternos puntas de lanza de la penetración extranjera, promueven las “ciudades modelo”, otro enclave extranjero que amenaza con acentuar nuestra subordinación económica y con comprometer más la prostituida soberanía nacional. Es cierto que la inversión de capital externo, adecuadamente regulada por un Estado responsable y patriótico, puede generar algunos empleos y otros beneficios secundarios. Pero jamás puede desarrollar plenamente la economía nacional ni propiciar el bienestar de nuestra población. Es capital extranjero, medios de producción de extranjeros, riqueza de extranjeros, ganancias para extranjeros. Solo el crecimiento de los medios de producción puramente nacionales y ampliamente distribuidos puede desarrollar la economía propia del país y traer bienestar a sus habitantes.
Pero los reaccionarios son por naturaleza extranjeristas y elitistas. No tienen la mínima voluntad de emprender un proyecto nacional e inclusivo. Mientras ellos detenten el poder del Estado, la dependencia y el entreguismo continuarán causando sufrimiento a nuestra gente.
El atenimiento político y económico no es una actitud digna de los pueblos libres. Como nación, no podemos vivir atenidos a que los extranjeros inviertan para enriquecernos a nosotros y no a ellos mismos. Y como pueblo, no podemos vivir atenidos a la esperanza absurda que los enemigos naturales del pueblo, implementen un sistema socio- económico verdaderamente beneficioso para el pueblo.
Solo la derrota de los reaccionarios y el ascenso verdadero del pueblo al poder de la nación pueden reorientar el barco nacional hacia un futuro pleno, próspero, libre, democrático y luminoso.
Y ese avance histórico y natural de nuestro pueblo es ya inminente e inevitable.
San Pedro Sula, Honduras, 19-01-2011.
1 comentarios:
Como Union Morazanista De Jovenes en Resistencia, estamos Dispuesto a luchar incansablemente por el bien de nuestro pueblo, despierta ya mi pueblo, sacude las cadenas de esclavitud, Por mi patria vencer o morir.
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