Un futuro mejor por Arturo Rendón Pineda

La Constitución como las religiones no puede ser dogmática ni sistema cerrado. Cuando eso ocurre, surge el fundamentalismo, enfermedad de la cual como sucede con las religiones, ha venido adoleciendo la anacrónica Constitución del 82, que muchos pisotearon y que ha quedado rota desde el 28 J del 2009.

La patria tiene un futuro por delante que todavía está naciendo grávido de promesas. En esta visión, el futuro es más importante y decisivo que el pasado, incluyendo el presente aunque ambos cuentan--- “el pasado, para reconocer los errores cometidos-- y el presente, para enmendarlos y hacerlos fructificar”.


Ellos siempre fueron futuro esperando una oportunidad, pero, ¿cómo emprender ese futuro?. Señalando los errores del pasado que nos han conducido a la presente situación, que se ofrece como una oportunidad, para hacer un replanteamiento con probabilidades de rescatar los valores, los sueños, y las experiencias que dejamos atrás, y que pueden ser útiles para inventar lo nuevo con una nueva actitud, más acorde con los tiempos y las circunstancias en que se había venido desenvolviendo nuestro amado país.


Vivimos tiempos de grandes decisiones, alguien dijo por ahí que «la dificultad no estriba tanto en formular nuevas ideas como en sacudirnos las viejas». ¡Las viejas se desmoronan!, no por decrepitud cronológica sino por ser anacrónicas. Sólo nos queda confiar en las nuevas, y dentro de las nuevas ideas “la refundación del país”.


La crisis, como reza el proverbio chino, crea la oportunidad. La oportunidad de ir hasta las raíces de la ética, para alcanzar aquella instancia donde se gestan los verdaderos valores que deben nacer, para erradicar la corrupción que tipifica la degradación humana.-- Sólo cuando nos apasionamos por una causa, vivimos valores, y es por valores por lo que nos movemos y existimos como comunidad civilizada….y nos volvemos capaces no sólo de redimir a Honduras, sino que ¡hasta de conquistar el mundo!


Santa Rosa, Copán, Noviembre 2010