La indefinición del cuándo y a quién darle el poder por Esequias Doblado Hernandez

Nunca en la historia de Honduras había estado en cuestión la posesión efectiva del poder. Siempre existió el consenso general de que el poder es connatural a la elite económica y política que lo sustenta hasta hoy día. Es tan cierto, lo que digo, que el poder siempre se ha disputado entre una u otra facción de la atrasada derecha política hondureña, representada por los partidos tradicionales.

En cuanto a la izquierda política nunca existió, porque si bien, han habido tendencias de izquierda, esta ha sido en el ámbito gremial, hasta que surgió Unificación Democrática como partido, que siendo emergente, no ha logrado aglutinar a todos los sectores de izquierda, en vista de las grandes contradicciones existentes, que de ideológicas no tienen nada, pero, sí de patología mental, que no pueden controlar, y que se manifiestan en el vanguardismo y el dogmatismo, que anula totalmente, cualquier proyecto unitario.


Es a partir del golpe de Estado del año pasado, que la mayoría del pueblo hondureño se plantea la posibilidad de que el poder puede cambiar de manos para que sea ejercitado en aras del bien común.
Sin embargo, en la coyuntura actual no se configura el cuándo y a quién darle el poder por parte de la izquierda y del Frente Nacional de Resistencia Popular. (Términos que no son sinónimos, porque no necesariamente el que pertenece al frente es de izquierda).


En efecto, el cuando está indefinido a partir de que el FNRP, ha declarado no participar en el diálogo convocado por Pepe Lobo, del cual, si existe voluntad política del régimen para ello, con o sin la participación del frente, conducirá a la instauración de una Asamblea Nacional Constituyente, que servirá de plataforma para que la derecha que siempre ha estado en el poder se consolide aun más a través de la nueva carta magna o las reformas que se le hagan a la actual.


En cuanto al quién, sin la participación de la izquierda y la resistencia como tal, en los términos en que se encuentra actualmente, --- que no es partido--- en el proceso electoral próximo, el pueblo podría favorecer, con una cuota o todo el poder, al único partido de izquierda legalmente inscrito, que seguramente participará en el proceso electoral próximo, ya sea, para elegir diputados constituyentes o para elegir autoridades para el próximo periodo de gobierno, a no ser que llamándose al abstencionismo y el mismo sea acatado por las grandes mayorías sólo participen los golpistas en dicho proceso.


La última acotación sería el resultado, si seguimos en la lógica de que no podemos participar en un proceso para elegir una Asamblea Nacional Constituyente que no sea convocada por nosotros, los no golpistas, porque no estamos en el poder.


De seguir en esa lógica la pregunta es: ¿Cuándo estaremos en el poder? Quizás en el año tres mil ---digo yo--- Porque como ya está visto, la oligarquía, si no puede mantenerse en el poder mediante elecciones, entonces usa a las Fuerzas Armadas para continuar en él.
Eso determina que ante la naturaleza pacífica nuestra, sólo nos queda la vía electoral, es decir, jugar dentro de las reglas que ellos ponen ---como lo ha hecho toda la izquierda latinoamericana que gobierna actualmente--- y con la participación del concierto de naciones del mundo, garantizar la transparencia del proceso y así derrotar a la oligarquía actual.


Sostengo que es posible la realización de la última tesis, a partir de los procesos electorales ocurridos en Venezuela, que observados por los más importantes organismos mundiales, han dado fe de la transparencia de esa democracia que elimina la posibilidad de señalar a Hugo Chávez Frías como dictador.


Así las cosas, la coyuntura actual ---según mi humilde criterio--- no ha sido comprendida por los anti oligarcas, lo que presagia que seguiremos marchando, marchando, y marchando, y marchando y marchando, y marchando, gastando zapatos, sin que realmente estemos en una lucha por el poder político.


En algo están claros los golpistas, que la lucha es por el poder, para mantenerse en él, aunque ello implique una Asamblea Nacional Constituyente, a la cual hasta hace poco se oponían, y que los llevó a dar un golpe de Estado, y, están felices, porque con la ausencia de la izquierda y la resistencia tendrán allanado el camino para hacer una constitución a su gusto y medida. Véase lo que está pasando actualmente, que tienen el control total del congreso y nos están golpeando con las leyes emitidas. ¡Sigamos marchando y marchando, y aguantando y aguantando!


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