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jueves, 25 de noviembre de 2010

¿Seremos inocentes? por Billy Peña

Se inició el lunes pasado el juicio de Jean-Pierre Bemba, ex vicepresidente de la República Democrática del Congo, en la Corte Penal Internacional. Se le imputan cinco cargos de crímenes de guerra y lesa humanidad, al permitir que sus milicianos cometieran atrocidades en la República Centroafricana en los años 2002 y 2003, siendo líder del Ejército de Liberación del Congo. Bemba ha negado los cargos.

Todos los léperos hacen lo mismo… cometen brutalidades incalificables para luego proclamarse inocentes. Los pícaros dan asco. Pero Jean-Pierre Bemba está ahora sentado en el banquillo de los acusados, considerado un asesino, un torturador y violador de los derechos humanos, permitiendo que sus milicias cometieran crímenes de guerra, violaciones, saqueos y asesinatos. Ignoramos cuál será el veredicto final de ese monstruo, tan cruel y sanguinario como lo fue el dictador de Uganda, Idi Amin Dada, pero ojalá que pague por las brutalidades que cometió. Presentes en la Corte Penal se encuentran más de 700 testigos de las atrocidades cometidas por los milicianos de Bemba, y también se encuentran defensores suyos. Los malvados siempre tienen defensores.

A pesar de que ya sabemos del juicio de Jean-Pierre Bemba y que el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, el famoso jurisconsulto argentino Luis Moreno Ocampo, proyecta visitar Honduras debido a comunicaciones recibidas sobre los atropellos a los derechos humanos en nuestro país después del golpe de Estado que derrocó al presidente constitucional Manuel Zelaya en junio del año pasado y después de iniciado el gobierno actual, alegamos inocencia. Aquí no ha pasado ni pasa nada. Todos vivimos en paz y armonía. Ni lo quiera la Virgencita de Suyapa, no somos capaces de violentar los derechos fundamentales del hombre. Yo, en lo personal, me pregunto si era agua o sangre la que manaba de la cabeza del joven Isis Obed Murillo, el primer mártir, el 5 de julio del año pasado, cuando esperaba el retorno del presidente Zelaya en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de Toncontín. Lo que pude ver fue un hilo de sangre… pero las autoridades militares y el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Dr. Ramón Custodio, aseguraron que las balas eran de hule. La bala que le penetró el cráneo al joven Isis Obed, causándole la muerte, no era de hule. También se atropellaron los derechos del presidente Zelaya al no permitir que su avión aterrizara en la pista de Toncontín ya que el gobierno de facto había instalado camiones militares donde debía aterrizar el avión que traía al presidente de regreso a su país, de donde fue violentamente expulsado—sin ceremonia alguna—en horas de la madrugada del domingo 28 de junio.

En aquellos meses de convulsión, brutalidad y represión que siguieron al golpe de Estado, se interrumpieron las transmisiones de televisión y se golpeó a varios corresponsales extranjeros. Durante horas las transmisiones de Honduras al extranjero se interrumpieron. Nadie sabía lo que estaba sucediendo. En Tegucigalpa se desmantelaron las instalaciones de la televisora Cholusat Sur y se trató de hacer lo mismo con el equipo de Sotel, Canal 11 de televisión. La soldadesca andaba desatada, cometiendo fechorías a nombre de la democracia, la paz y la libertad. Lo sucedido sobre un puente en Choloma ha pasado a la historia. En esa ocasión los soldados la emprendieron a culatazos y garrotazos contra un grupo de manifestantes, simpatizantes del presidente Zelaya. Estaba en su etapa embriónica el Frente Popular de Resistencia. Pero, en esa triste y lamentable ocasión, hubo heridos, mujeres violadas, un joven periodista de Radio Progreso fue agredido y detenido, como también lo fue un fotógrafo de este diario. Todo lo sucedido está grabado en vídeos… nadie puede negar que sucedió, nadie puede negar que se violaron brutalmente los derechos humanos. Yo únicamente estoy relatando lo que pude apreciar en los vídeos… no estoy inventando nada, sin embargo, como la Corte Penal Internacional funciona de forma ordenada, despojada de toda pasión sectaria, está enviando al fiscal jefe, Luis Moreno Ocampo, a entrevistar a varias personas atendiendo las comunicaciones recibidas y para comprobar si en realidad se violaron, y siguen violándose, los derechos humanos en Honduras. Varios periodistas y simpatizantes del presidente derrocado han sido ejecutados extraoficialmente siendo presidente don Porfirio Lobo Sosa. En el Valle del Aguán cinco campesinos fueron asesinados por reclamar tierras que consideraban suyas. Se responsabiliza a los terratenientes y al ejército por los asesinatos… los sinvergüenzas alegan inocencia. Pero el fiscal general, Luis Rubí, asegura que en este oasis de paz nunca pasó nada. Ofreció declaraciones absurdas, torpes y quijotescas. Veremos si el fiscal jefe de la Corte Penal, Luis Moreno Ocampo, considera que el tribunal tiene facultades para investigar las torturas, crímenes y persecución política en esta democracia.

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