El Artículo 5 de nuestra Constitución establece que “el gobierno debe sustentarse en el principio de la democracia participativa del cual se deriva la integración nacional, que implica participación de todos los sectores políticos en la administración pública, a fin de asegurar y fortalecer el progreso de Honduras basado en la estabilidad política y en la conciliación nacional”. Esto significa que todos los sectores de la sociedad tienen y deben tener participación en la vida nacional en aras de mejorar su calidad de vida.
Asimismo establece que “a efecto de fortalecer y hacer funcionar la democracia participativa se instituyen como mecanismos de consulta a los ciudadanos el referéndum y el plebiscito para asuntos de importancia fundamental en la vida nacional”. El año pasado el Congreso aprobó el respectivo reglamento para poder consultar al pueblo, quien a fin de cuentas es el soberano y quien decide.
Aunque hay que mencionar que este Artículo tiene muchas trabas y no se puede consultar al pueblo en muchos aspectos; por ejemplo, se necesita que el 51% de los ciudadanos inscritos en el censo electoral participe en la consulta, cifra que es muy alta y que ni en las elecciones generales se da tal porcentaje de participación, y que obviamente gane el sí; también delimita que no se puede consultar en varios temas como “cuestiones tributarias, crédito público, amnistías, moneda nacional, presupuestos, tratados y convenciones internacionales y conquistas sociales”, nos parece correcto que no se le pregunte al pueblo si quiere pagar impuestos, porque ya sabemos la respuesta, pero no se debe limitar en otros aspectos. Este Artículo también prohíbe que se consulte sobre los artículos pétreos.
Ahora es que el circo político, o sea los políticos tradicionales, quieren reformar este Artículo no para que el pueblo decida sobre asuntos de interés nacional, sino con la intención aviesa de abrir la posibilidad de convocar a una Constituyente, pero esto sólo es una falacia, una mentira más de los políticos desgastados y que tiene como propósito desviar la atención del pueblo de los grandes problemas que sufre, hacia asuntos sin importancia.
Creemos que es correcto que se reforme este Artículo para que sean más accesibles las consultas al pueblo y que se incluyan todos los temas de interés nacional, no así los relacionados con los artículos pétreos que salvaguardan nuestra democracia. Sería bueno consultar al pueblo, por ejemplo, si se derogan los estatutos que hacen clases privilegiadas, o el referendo revocatorio de las autoridades elegidas, recordemos que el pueblo es el soberano y es quien decide; eso sería muy saludable para nuestro sistema de vida.
Viendo la realidad del país es obvio que enfrenta serios problemas de inseguridad ciudadana, narcotráfico y crimen organizado, desempleo, mala asistencia en los centros de salud y hospitales en donde falta de todo, pésima calidad educativa entre otros aspectos. Pero estos verdaderos problemas que aquejan a los hondureños pobres, nadie está interesado en resolverlos, nadie les hace caso. A las autoridades y políticos sólo les interesan sus intereses particulares o de partido y no resolver los problemas de las mayorías; esa es nuestra tragedia.
Este gobierno sólo está interesado en quedar bien con la Comunidad Internacional y ha olvidado a los pobres de Honduras y sus problemas, la lista de desaciertos de Lobo Sosa es extensa y cada día va en aumento.
Es hora de que los políticos y el gobierno empiecen a hacer algo por los hondureños y su bienestar y no sigan perdiendo el tiempo, malgastando los pocos recursos del Estado, en temas sin importancia.
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