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lunes, 25 de enero de 2010

Zelaya abandona Honduras como huesped distinguido de la republica Dominicana

Manuel Zelaya, el único mandatario hondureño derrocado desde la salida de los militares del poder en la década de los 80, abandonará finalmente la embajada de Brasil, a la cual llegó hace poco más de cuatro meses, rumbo a la República Dominicana.

El mismo confesó que en ese lapso durmió "en un colchón en el suelo" dentro de uno de los cuartos de la embajada brasileña en Tegucigalpa, adonde llegó el 21 de septiembre del año pasado con la intención de recuperar el poder.

Zelaya se va de Honduras en las mismas condiciones en que asumió y gobernó durante tres años y medio. La prensa y los analistas calificaron la expectación que generan sus acciones de "imprevisibles".

El derrocado mandatario llegó al poder cuando todo el mundo daba por hecho que perdería las elecciones del 2005 frente a Porfirio Lobo Sosa, aunque el perdedor solo aceptó la derrota días después y bajo fuertes presiones de Estados Unidos, ya que consideró que el conteo electoral no fue tan limpio.

Ahora, Lobo Sosa finalmente logró su sueño de llegar a la presidencia, tras ganar los comicios del 2009 y asumirá el gobierno el 27 de enero.

El vuelco dado durante su gobierno le costó a Zelaya su cargo y lo marcó en la historia, ya que transformó un mandato de su Partido Liberal, conservador y proestadounidense, en una administración proizquierdista y antiempresarial, y alineó a Honduras a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) del presidente venezolano Hugo Chávez.

Siguiendo los pasos de sus socios del ALBA, Zelaya buscó convocar una asamblea constituyente y reformar la Constitución, iniciativas que le permitirían aspirar a la reelección. Ello fue declarado ilegal por los tribunales, que ordenaron su captura, algo que desembocó por último en el golpe de Estado.

Fuera del poder y en el exilio, Zelaya intentó recuperar su cargo, para lo cual llevó a cabo un sorpresivo regreso clandestino a Honduras. Sus cálculos y el de sus asesores fallaron, sin embargo, ya que no se produjo la movilización masiva que esperaban en Tegucigalpa, la capital hondureña, y en el resto del país.

Unos cuantos miles de sus seguidores se congregaron frente a la embajada de Brasil y sus llamados a la "marcha hacia Tegucigalpa para la ofensiva final" no tuvieron eco.

Los militares aprovecharon ese llamado para desalojar a sus simpatizantes de los alrededores de la embajada de Brasil, así como para rodear y aislar a Zelaya, que vivió durante cuatro meses al interior de la misión diplomática.

La embajada brasileña se convirtió en el hogar y cuartel del presidente depuesto y, pese a las demandas y presiones de la comunidad internacional, el gobierno de facto nunca cedió y permitió el regreso de Zelaya al poder.

Las condiciones en el interior de la misión diplomática fueron mejorando sólo cuando la misma fue abandonada paulatinamente por los centenares de seguidores de Zelaya, que siempre se quejaron de que los militares los hostigaban con ruidos y otro tipo de provocaciones.

Solamente sus familiares y visitantes extranjeros pudieron visitar a Zelaya en los últimos dos meses.

El presidente abandonará Honduras y el miércoles 27 de enero saldrá de la embajada y se trasladará junto a Fernández a República Dominicana, acompañado de su esposa Xiomara Castro, dos hijos menores y su "circulo íntimo".

Colaboradores cercanos de Zelaya han adelantado que su estadía en la Dominicana será corta y que luego se trasladará a México, desde donde viajará a Guatemala para participar en las sesiones del Parlamento Centroamericano (PARLACEN), una cámara a la que tiene acceso en su condición de ex presidente de Honduras.

Zelaya no ha hecho comentarios sobre lo anterior y únicamente ha señalado que continuará su lucha a favor de algunas transformaciones en Honduras y para lograr un tuyente, una iniciativa que le costó el cargo.

YUCATAN

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