Con la confianza puesta en Diario TIEMPO, el único medio escrito de Honduras, cuyos editores cumplen con las leyes para la libre emisión del pensamiento, tengo el atrevimiento de mandar este mensaje en forma personalizada. Me veo obligado debido a que creo y siento que ustedes son los responsables directos de haber profundizado la crisis social, política y económica de Honduras a través de sus actitudes y acciones.
A estos señores les pido, con toda la energía y vehemencia de la palabra escrita y en nombre del pueblo hondureño, que desistan cuanto antes en tratar de cumplir con el plan del golpe de Estado o como ustedes le llamen. Esta petición la hago en base al Artículo 80 de nuestra Constitución y como ciudadano hondureño en pleno goce de mis derechos y deberes y, además, porque considero representar con ello a una gran cantidad de hondureñas y hondureños que no tienen la misma oportunidad que yo.
Dicho de otra manera, salgo en defensa del pueblo hondureño que de manera pacífica se opone al golpe de Estado y todas sus consecuencias, obedeciendo así las leyes de la física de causa efecto y la de acción y reacción.Ustedes dicen que nadie puede estar por encima de la ley, pero casi todo lo que hacen contraría ese principio.
En consecuencia, se debe detener cuanto antes el uso de los pocos recursos del país en comisiones de diálogo y convencimiento improductivas, en campañas mediáticas que nunca lograrán sus propósitos, pues la mentira y la interpretación sesgada de las leyes jamás podrán vencer la verdad y la razón.
Por consiguiente, se deben detener todas las acciones que causan sufrimiento e incuantificables daños a la población y empezar de inmediato un diálogo sincero, amplio y participativo que dignifique a todos y nos permita lograr los consensos de una democracia real.
Hagamos un pacto social y político que tenga mayor duración que el de 1981, permitamos que nos ayude la comunidad internacional, pues la falta de credibilidad y confianza entre nosotros es tan grande que quizás solos no lo lograremos, además librémonos de los intereses mezquinos individuales y de grupo, recuerden que uno de ustedes representa a un partido político y actúa a nombre de él, y el otro, un soldado calificado de las fuerzas armadas y que ambos tienen deberes que cumplir según la Constitución, la cual juraron defender y obedecer porque así se los reclama el soberano, el gallardo pueblo hondureño.
Constantino Pavón Salazar
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