¿Lo sabrá Roberto Micheletti? Roberto Quesada

Por Roberto Quesada

"La cobardía es madre de la crueldad".—Montaigne.

El lunes nos disponíamos a cenar, teniendo por invitado a un huésped muy especial. Lucy, mi esposa, había cocinado una típica y exquisita comida hondureña. Ibamos a la mesa del comedor cuando a nuestro amigo le cayó una llamada, proveniente de Honduras.

Esperamos a que terminara la conversación para luego tomar los sagrados alimentos. Finalizó. Nuestro amigo estaba muy molesto, desconcertado, había perdido el apetito. Dijo que no podía creer que existiera tanta maldad humana, que cómo una persona llegaba a tener tanto odio. Nos contó lo que acababa de escuchar.

Y también nosotros perdimos el deseo de comer. No dudé en culpar a Roberto Micheletti y a Romeo Vásquez Velásquez, porque ellos dos son los cabecillas del golpe de Estado-Militar, más allá de que existan otros que lo hayan financiado, o sediciosos, a quienes en su momento habrá que enjuiciar, como a Juan Ramón Martínez, que desde un año antes del golpe venía pidiendo a susurros y luego a gritos a muchos, que se sacara al presidente Manuel Zelaya del poder por la fuerza.

A Juan Ramón Martínez, que ya comienza a sobarle la leva a don Jaime Rosenthal y a otros que han estado en desacuerdo con el golpe de Estado-Militar, deben también quitarle la visa junto a su familia. ¿Por qué? Porque al inducir a través de la letra impresa y entrevistas radiales y televisivas, es cómplice de toda barbarie que cometan a quienes indujo a acuchillar a Honduras.

Como ésta que nos quitó el apetito.Esto me hace recordar a Roberto Micheletti sentado junto al presidente Zelaya en el Congreso, era todo risa.

Cuando nos encontramos, incluso, me dijo: “Ya te había visto desde enfrente, Mel te vio primero y me lo dijo”. ¿Será que ese era otro Roberto Micheletti y este dictador inhumano, cruel y despiadado, solamente sea un cuerpo en el que se reencarnó un ser siniestro del más allá? Puede ser.

Es una crueldad humana negarle alimentos a otros seres humanos, sobre todo cuando los alimentos existen, están allí. Y también creo que es muy de cobardes, ya sea por odio, maldad, impotencia, quitarle la comida a otros cuando se está en una contienda.Roberto Micheletti y Romeo Vásquez Velásquez, han llegado a unos niveles de bajeza que hasta llega a sentir uno lástima por ellos, por su deterioro interno.

No me vayan a salir con el cuento de que ustedes no están enterados de ello, puesto que son quienes emanan (dan, por si ninguno de los dos entiende) las órdenes. Y aparte de que al presidente constitucional Manuel Zelaya Rosales, le llegue la comida a las ocho de la mañana y se la entregan a las cuatro o cuando les ronca la garganta, hay todavía un hecho más cruel. Cuenta una de las personas que ha llevado los alimentos, que aparte de la espera y los retenes (en cada retén van hurgando, manoseando la comida) que hay que pasar hasta la embajada de Brasil, una vez allí, los militares abren la comida y les ponen a los perros para que la olfateen y babeen por completo.

Es hasta después que dejan que la persona ponga la comida allí cerca del portón. Si alguien tiene duda que consulte a los oficiales Castillo (de las Fuerzas Armadas) y Salgado (de la Policía Nacional).Así es: la imagen de esos perros (doblemente babosos por ser policías) babeando la comida de las personas que están dentro de la embajada de Brasil nos quitó el ánimo de comer. Me sentí muy triste por la bajeza humana y también porque nadie me avisó cuando murió aquel Roberto Micheletti que conocí. No lo supe, me hubiese gustado ir a su entierro y llevarle flores. Nueva York 30 sept. 2009.

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