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viernes, 1 de abril de 2011

Ley de Participación Ciudadana para el Mejoramiento de la Calidad Educativa

Dedicado a los Señores Diputados del Congreso Nacional ½

Allá por los años del Rey Perico, en esta bella e irredenta Honduras, los maestros eran pagados por el escuálido tesoro municipal. Mis tíos, Ramón y Sofía Pineda, ambos maestros titulados de aquellos tiempos, se desempeñaban en nuestro pueblo, que lleva por nombre Texiguat, El Paraíso, de donde nuestra historia dice que el General Morazán sacó a sus mejores soldados. El tío Moncho era el director y profesor de varios grados ganando L. 45.00 mensuales y la tía Sofía maestra auxiliar ganando L.30.00. Tenia yo unos doce años recuerdo muy bien que al final de cada mes de su puño y letra mi tía elaboraba un recibo cuyo encabezado decía “ Por L.30.00 “ luego me ordenaba “ Vaya a donde Don Calixto Izaguirre (Tesorero Municipal) a que le cubra este recibo”. Como niño bien mandado tomaba camino rumbo a casa de Don Calixto. Buenos Días (o buenas tardes) aquí me manda mi tía Sofía a que le cubra este recibo, esa era mi presentación, el señor tesorero tomaba el recibo, lo leía y llave en mano abría la gaveta donde guardaba los dineros del tesoro municipal, comenzaba a sacar las monedas sonantes pero no contantes como lo pedía el recibo; habiendo contado lo que me iba a entregar decía. “ Decile a tu tía que solo esto hay porque no ha caído casi nada, y mucha gente no ha pagado el fondo”. Nunca, lo que se llama nunca, a mis tíos les pagaron su sueldo completo; eso sí, nunca, faltaron a cumplir con su labor docente, mas por convicción de su apostolado, que por miedo a ser destituidos. Las circunstancias de ser pagado por la municipalidad le daba a los alcaldes la facultad de fiscalizar la asistencia de los maestros a sus diarias labores; de ahí, que no era extraño ver al Alcalde Municipal llegar en escondido al edificio escolar a espiar si los maestros estaban en su “puesto”.

Hubo en mi pueblo un alcalde que no siendo elegido por el pueblo, tan solo nombrado por los rescoldos del Cariato, no sabía leer ni escribir, pero sabía poner su nombre, por lo menos un certificado de mi educación primaria tenía la mala firma de este alcalde.


Mas de alguna vez, mi tía Sofía noticio a mi madre que el Alcalde había llegado a espiarlos, mi madre sin andar con rodeos, haciendo a un lado los eufemismos y sublimaciones, descargando el arma de la ironía le contestaba “ Imagínate hermana que puede saber el chancho de freno y la gallina de albarda” ( así era mi madre de directa) refiriéndose al desconocimiento de los saberes elementales del alcalde en materia de educación, lo único que le interesaba al munícipe era que los “ maistros” estuviesen en su “ puesto”, sin saber por su crasa ignorancia que el acto educativo involucra mil dimensiones, y que al parecer en pleno siglo XXI, son muchos los que todavía creen y piensan como el Alcalde de marras.

Una famosa antropóloga dijo: “Mi madre quería que yo me educara, por eso no quería mandarme a la escuela”. Otra ironía mas para los que creen que la escuela es la que debe llevar el mayor peso y carga de la educación de los niños y jóvenes. Naturalmente que no se puede desconocer que coadyuva en el desarrollo de las potencialidades de los educandos, esto dependiendo de las manos del docente en que caigan, por que dicho con propiedad la escuela también puede convertirse en un lugar peligroso para deseducar.

Actualmente en el Congreso Nacional se les ha metido entre ceja y ceja crear la “Ley de Participación Ciudadana para el Mejoramiento de la Calidad Educativa. “Según los promotores de esta iniciativa con ella se lograra potenciar la educación, por lo visto en el Congreso Nacional no hallan agua en el mar, y se los aseguro a pie juntillas que si llegasen a aprobar esta ley, solo abran perdido el tiempo buscando el Santo Grial. Si lo que buscan es la participación de los padres de familia y otras organizaciones para mejorar la calidad educativa, eso ya esta dicho y escrito en el estatuto y Reglamento del Docente Hondureño, vayan y lean el reglamento y encontraran en su Capitulo X lo referente a la calidad educativa, basta desarrollar y hacer cumplir los 11 artículos de este capitulo y asunto concluido; y si esto les parece poco vayan, desempolven y lean con todas las interpretaciones habidas y por haber “ La Ley Orgánica de Educación y sus Reglamentos “ creada y decretada el 6 de octubre de 1966 todavía vigente. Esta Ley constituye un tesoro en materia de leyes educativas, lo único que hace falta es hacerla cumplir. Así de fácil

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