El
sábado 17 de septiembre, tuvo lugar la asamblea del Frente
Amplio Electoral realizada en las instalaciones del Instituto
Central Vicente Cáceres, en la ciudad de Tegucigalpa. El motivo
de la Asamblea era discutir el proyecto de Estatutos de la
organización política que participará en el próximo proceso
electoral.
Asamblea de discusión de los Estatutos
del FARP
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Al
evento asistieron una diversidad de organizaciones sociales y
políticas, por cierto, todas ellas conformaran la plataforma del
proyecto político de José Manuel Zelaya Rosales. Desde luego, de
forma muy cordial, a nuestra organización política se le invito
para que participara de dicha discusión, sin embargo, frente a
la desnaturalización del FNRP como organismo de lucha y su
disolución como corriente dentro del Frente Amplio Electoral que
lidera Zelaya, decidimos no participar en dicha discusión. Las
razones son varias, creemos que se hace necesario explicarlas,
en aras de hacer valer las mismas, ante las distintas
organizaciones que desean emprender transformaciones sociales.
¿Qué
es el FARP?
El
Frente Amplio Electoral de la Resistencia Popular (FARP) no es
una creación novedosa, se trata de la resurrección de la
política de creación e implementación del clásico “Frente
Popular”, es decir, una política impulsada por los partidos
stalinistas durante la década de los años 30 del siglo pasado,
que consistía en implementar una política de alianzas y
subordinación de los sectores obreros y populares en relación
con sectores empresariales de “izquierda”, a los que
catalogaban como “progresivos” o “revolucionarios”.
El
FARP se nos presenta ahora como una nueva organización política
donde convergen distintas organizaciones sociales, políticas,
gremiales y populares, hasta sectores burgueses “progresivos”,
como el representado por Zelaya y los distintos liberales que
comparten su visión.
El
FARP se define como un movimiento "abierto a la incorporación de
nuevas fuerzas y por lo tanto acogerá en su seno a otras
organizaciones y movimientos políticos y en general a las y los
ciudadanos que comparten su misma concepción".
También
"garantiza la unidad en la diversidad del movimiento popular y
político en resistencia, respetando la pluralidad ideológica y
su autonomía organizativa y procurando la incorporación de los
sectores progresistas y democráticos", añaden los estatutos del
FARP, compuesto por sectores de diferentes ideologías.”[1]
Los
socialistas centroamericanos no hemos opuesto a esta amalgama
ideológica y de programas, evidentemente por ser el FARP una
organización que diluye las tareas centrales de la clase obrera
y contribuye al fortalecimiento del Estado capitalista. Por otro
lado, la política de los “frente populares” diluyen con su
práctica los ejes centrales de lucha de la clase, tan solo para
anteponer el ejercicio electoral como uno de los únicos métodos
de la toma del poder.
La
desnaturalización del FNRP
Una de
las mayores conquistas de la lucha contra el golpe de Estado,
fue la constitución de un organismo amplio, democrático y de
lucha. La revolución que se gestaba en Honduras terminó siendo
derrotada de forma pacífica por la claudicación política de
Zelaya, que privilegió la negociación política con el gobierno
de Lobo, y por el colaboracionismo de la mayoría de la dirección
del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
Sin
embargo, esa gran conquista política y organizativa fue disuelta
a partir de las intenciones de Zelaya y de los sectores
oportunistas que dirigen el FNRP, los Acuerdos de Cartagena
marcaron la nueva dinámica de este organismo que surgió
originalmente como una respuesta de lucha unitaria contra la
violación del orden democrático el pasado 28 de junio de 2009.
Sin
duda el FNRP recogió el interés de distintos sectores de la
sociedad hondureña, que aspiran en buena medida, la
transformación y la democratización de Honduras. Pero todas
estas aspiraciones con el giro político que Zelaya le imprimió
al frente, la traición quedo consumada cuando se entregaron las
banderas de lucha y se jerarquizó lo electoral por encima de las
luchas contra el ajuste capitalista. Con la nueva orientación
política, aplicada a raíz del retorno de Zelaya a Honduras,
todos los objetivos planteados para la transformación quedaron
suprimidos al convertir al FNRP en un partido político más del
antidemocrático régimen hondureño.
Aunque
el FNRP sigue existiendo como una organización formalmente
independiente, el FARP, como la crisálida hambrienta ha devorado
todas las estructuras del FNRP, dejando un cascaron vacío ante
el nacimiento de la nueva organización que tiene una clara
orientación electorera y de colaboración de clases.
Las
consecuencias del giro político
Este
giro en la política del FNRP ha tenido consecuencias directas.
Por un lado, permitió que el gobierno ilegitimo fuera
reconocido por la comunidad internacional, y de esa manera
blanquear el golpe de Estado y darle una cara democrática al
gobierno de Lobo Sosa. Por otro lado, se ha dejado el camino
libre para que el actual gobierno aplique sin oposición alguna
sus planes de ajuste y de miseria.
Durante
su periodo de gobierno, Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández
han aplicado su política económica sin oposición alguna, en ese
sentido se han atacado algunas conquistas sociales del
magisterio, y aún mantiene intervenido el Instituto Nacional de
Previsión del Magisterio. Esta política de ajuste, se ha llevado
a las distintas áreas sociales, en ese sentido el gobierno ha
pretendido aprobar una Ley de Educación que lesiona fuertemente
la escuela pública, siendo los estudiantes quienes con su lucha
han detenido provisionalmente la arremetida. Así mismo se han
aplicado una serie de medidas a nivel económico que han elevado
los costos de los productos de primera necesidad, a saber la
liberación del dólar y el aumento constante de los combustibles,
factor que ha aumentado la inflación en el país.
La
inflación en Honduras creció en un 0,7 por ciento en julio
pasado y acumuló en los primeros siete meses del año una tasa de
4,8 por ciento, según informes del Banco Central. Alimentos,
agua y electricidad sufrieron fuertes aumentos en los primeros
seis meses del 2011. El resultado de julio llevó a la tasa
interanual de inflación hasta el 7,8 por ciento. “La inflación
promedio de 12 meses se situó en 6,5 por ciento y la acumulada
del año alcanzo 4,8 por ciento”, indicó el Banco Central de
Honduras (BCH) en su informe mensual sobre el índice de precios
al consumidor (IPC).”
Pese
al recrudecimiento de las políticas fiscales y los trancazos
aplicados con una serie de gravámenes y paquetazos, “La
administración central espera cerrar 2011 con un déficit fiscal
neto de 11.275 millones de lempiras (US$585,9 millones). Esa
cantidad es menor a los 13.972 millones (US$726 millones) del
año anterior. La reducción en valores nominales sería de 19,3%.
En términos porcentuales bajaría de 4,8% a 3,5% del PIB en el
periodo analizado. Para el secretario de Finanzas, William Chong
Wong, esa meta está sujeta a la disciplina del gasto corriente,
principalmente salarios, y a la mejoría de las recaudaciones
tributarias. Agrega que cada funcionario tiene las indicaciones
para sujetarse a las disposiciones presupuestarias aprobadas por
el Congreso Nacional, por ejemplo medidas para respetar el techo
salarial en cada institución. Chong Wong subraya que no debe
perderse la disciplina con que se cerró el año anterior, ya que
el gobierno está obligado a demostrarle a la comunidad
internacional el compromiso que tiene para sanear las finanzas
públicas.”[2]
Ante
los ataques del gobierno, hemos observado que la Coordinación
General del FNRP ni siquiera ha aplicado una política de defensa
del derecho de la vida. Es más, fuerzas oscuras siguen atacando
los derechos fundamentales y asesinando a dirigentes gremiales y
sindicales a través del sicariato, y la conducción del FNRP no
ha planteado nada para detener la persecución política y los
asesinatos.
La
destrucción del Espacio Refundacional
El
giro del ex presidente Zelaya no ha tenido un contrapeso al
interior del FNRP, el único organismo que ha cuestionado la
desviación política del proyecto original del FNRP y los
mecanismos antidemocráticos de la Coordinación General, ha sido
el Espacio Refundacional, aunque al pasar los
días y acercarse las elecciones hemos observado que algunos
sectores han empezado a establecer relaciones con el FARP, tal
como quedó evidenciado en la asamblea del día sábado 17 de
septiembre, donde asistieron algunos de los dirigentes de
organizaciones refundacionales, avalando y legitimando con su
presencia la reconversión del FNRP en FARP, aunque las siglas
del FNRP continúen existiendo formalmente.
Al
parecer, la borrachera electoral ha seducido anticipadamente a
algunas de las organizaciones participantes del Espacio
Refundacional, debilitando a esta instancia unitaria de la
izquierda de Honduras. Lamentablemente, Zelaya ha impuesto su
agenda y dinámica al interior de los organismos del FNRP. Uno de
los grandes errores de la mayoría de la izquierda ha sido
permitirle a Zelaya que moldee el futuro político de los menos
beneficiados.
Reeditemos
la experiencia de las candidaturas independientes
Frente
este panorama, desde el Partido Socialista
Centroamericano (PSOCA) sostenemos que se debe de
luchar por el rescate del proyecto original del FNRP y
desarrollar un profundo debate a manera de salvaguardar la
democracia interna.
El ex
presidente Zelaya ha utilizado todo su prestigio político para
imponer a su retorno de exilio, sin mayor discusión de las bases
de la resistencia, y violentado lo resuelto en la Asamblea
Nacional del 26 de Febrero del 2011, la conversión del FNRP en
un partido electoral, llamado FARP.
Los
socialistas centroamericanos no nos oponemos a librar la batalla
en el terreno electoral, pero para ello se requiere discutir
programas, políticas, y formas de elección de los candidatos. La
forma desesperada de convertir al FARP en un nuevo partido
político, comenzando a discutir Estatutos, en vez de un programa
de lucha para instaurar la Asamblea Nacional Constituyente, no
presagia nada bueno.
En vez
de reeditar la experiencia de las Candidaturas
Independientes, y convocar a todo el movimiento
obrero y popular a decidir cómo encarar la próxima contienda
electoral, de antemano el ex presidente Zelaya, a la cabeza de
corrientes burguesas como Liberales en Resistencia, está
forzando al amplio movimiento social de la Resistencia a tomar
el camino del FARP, sin discutir el programa, ni las políticas,
ni los métodos de elecciones de los candidatos.
Este
es el debate que todavía no inicia, por eso no fuimos a la
Asamblea de la discusión de los Estatutos del FARP.
Estamos
a tiempo de corregir el rumbo equivocado, llamamos a nuestros
hermanos del Espacio Refundacional a cerrar filas en defensa del
proyecto original del FNRP, y a discutir cómo implementar una
política electoral revolucionaria.
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