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martes, 30 de agosto de 2011

El movimiento obrero organizado hondureño " Eduardo David Ardón "


En momentos en que el “Sitraterco” cumple sus 57 años de existencia, repetimos los criterios y tesis que siempre hemos esgrimido a lo largo de la historia política del país.
En un Congreso realizado del 28 al 31 de Agosto de 1954 se fundó el sindicato más fuerte, por su membresía, 12 mil afiliados de Honduras.
Las nuevas generaciones es posible que no estén al tanto de que el movimiento obrero organizado, surgido del Comité Central de Huelga de la histórica efemérides de Mayo de 1954, nació dividido por las diferentes posiciones ideológicas de sus dirigentes y por la intromisión de la Compañía Frutera que no estaba de acuerdo en que los trabajadores convirtieran este sindicato en una fuerza poderosa que echaría por tierra el gobierno de Carias y Gálvez en detrimento de los intereses económicos de las transnacionales norteamericanas.
Desde el momento de su nacimiento legal, el movimiento sindical hondureño emerge, en su nueva etapa, profundamente dividido.
Esto se debió, más que todo, a que los personeros de la transnacional frutera, contaron con la colaboración incondicional de los integrantes del Comité Central de Huelga que se convirtieron en pivotes importantes del sindicalismo hondureño.

Manifestación directa de las discrepancias existentes en los dirigentes del Comité Central de Huelga, fueron organizados otros sindicatos al interior de la Compañía Bananera. Para el caso, los trabajadores del muelle de Puerto Cortes, se organizaron en el sindicato de trabajadores portuarios de la Tela Rail Road Company. Igualmente procedieron los trabajadores del departamento de mecánica de dicha empresa que fundaron el sindicato autónomo de mecánicos de La Lima.
Apareció, igualmente un sindicato autónomo de trabajadores de la tela Rail Road Company.
La participación e intromisión de la ORIT en la formación legal de este movimiento sindical del enclave viene de los inicios de ese proceso y deja improntas profundas en la conducta del sindicalismo del país.
La ORIT se hace sentir y se consolida la influencia del sindicalismo norteamericano y sus concepciones anti comunistas en el movimiento obrero organizado hondureño.
Recordamos, releyendo el libro Historia del Movimiento Obrero Hondureño, del excelente escritor, historiador y columnista Víctor Meza, a los expertos de la ORIT enviados a nuestro país, Serafino Romualdi, Arturo Jáuregui y Augusto Malavé Villalba en su afán de consolidar un grupo de dirigentes sindicales hondureños sumisos a la política del sindicalismo norteamericano y obediente a las directrices y lineamientos trazados por la ORIT.

Serafino Romualdi, reconoció que en Honduras existía un potencial al que dándole una capacitación adecuada podría llegar a ser útil como lo fueron los 12 sindicalistas fundadores formados en la Escuela de la ORIT en Puerto Rico por instrucciones de la Embajada Norteamericana en nuestro país.
Por su parte, los sindicalistas independientes influidos por el Partido Comunista de Honduras, PCH, o militantes del mismo desarrollaron una intensa labor y lucha de formación y organización sindical. Estos denunciaban constantemente a los representantes de la ORIT.
Francisco Ríos, uno de esos dirigentes independientes de izquierda, decía que atacaban a la ORIT por 3 razones:
1.- Porque son los agentes de la división de nuestro sindicato; 2.- Porque los de la ORIT que vinieron a Honduras son los más grandes divisionistas del movimiento sindical en su país; y 3.- Porque la ORIT organiza sindicatos patronales casi corporaciones fascistas que no sirven a los trabajadores, por eso predican la “armonía y la conciliación” con los patronos.
Posteriormente vino el auge del movimiento obrero organizado y el surgimiento de organizaciones revolucionarias que jugaron un papel importante en el proceso lento de la revolución hondureña.
Muchos sindicatos tuvieron en sus filas, miembros y dirigentes del PCH que trataron de capacitar a los trabajadores en las 3 formas de lucha del movimiento obrero; la económica, ideológica y política.
Hasta el momento, y después de todo un proceso de dispersión ideológica fomentada por dirigentes Oriteros del Sitraterco y Sitrasfruco, el movimiento obrero hondureño, se estancó nada más en la lucha económica como ser la suscripción de los contratos colectivos por mejorar los salarios y muchas garantías laborales que desde luego son importantes.
Pero, muchos dirigentes obreros y campesinos, fueron fácil presa del anti comunismo y se plegaron a la ideología preparada por el imperialismo a través de los agentes nacionales e internacionales de la ORIT.
El movimiento obrero organizado hondureño, además de nacer con el estigma de la división, fue castrado y el bipartidismo se encargó de enrolarlos en sus filas difuminando con ello, su verdadero espíritu natural de lucha en beneficio de sus intereses, para convertirlos en luchadores por los intereses de la burguesía.

El oportunismo y la corrupción se entronizo en las dirigencias sindicales preocupándose nada más por sus intereses particulares, no importando la situación de todo el movimiento.
A estas alturas podemos afirmar que aunque el Sitraterco ha desempeñado papeles importantes en las luchas del pueblo hondureño, el contenido de su lucha ha sido esencialmente anti democrático y al servicio de la compañía frutera.
Aunque hoy, la situación es diferente, el movimiento obrero debe unirse y volver por sus fueros.


e-mail: eduardodavidardon@hotmail.com






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