EL GOBIERNO DE LAS CONTRADICCIONES " EDUARDO DAVID ARDÓN "

El gobierno nacionalista que dirige Porfirio Lobo Sosa, producto de elecciones en el marco de un gobierno
de facto, por lo tanto, inconstitucional, adolece de profundas y bien marcadas contradicciones, propiciadas
por un minúsculo grupo de empresarios golpistas que se aferran con uñas y dientes al engranaje administrativo y, que no ceden, a las medidas de cambio que pide a gritos el pueblo y, por supuesto, un pequeño sector contrario al golpe de la burguesía nacional.
Su oposición es a la Reconciliación Nacional, que, por lo menos, plantea un diálogo para encontrar puntos de
coincidencia en cuestiones importantes de la vida nacional; al Acuerdo firmado en Cartagena de Indias que
nos llevó a la OEA y propició el retorno de Mel Zelaya; al impuesto de la renta del uno por ciento sobre las
ganancias de las empresas; al aumento del salario mínimo; a la Tasa de Seguridad; a la realización de un Plebiscito que plantee la organización de una Constituyente; al diálogo del mandatario con las organizaciones políticas y sociales del país y, principalmente, a las medidas económicas desacertadas implementadas por las autoridades del ramo en lo referente a inversión, fuentes de trabajo y política monetaria.

El mes de julio ha sido testigo de múltiples acontecimientos que demuestran palmariamente, la falta de planificación y la ausencia de un proyecto de país por la desunión en la estructura gubernamental y en el partido político que la dirige.
Las contradicciones de las que hablamos son profundamente antagónicas y, tal situación, mantiene a la sociedad hondureña en un marasmo y sin soluciones concretas a los ingentes problemas que padecemos.
Aunque presentan planes para construir un nuevo país a cincuenta años plazo el contenido de los mismos se
difumina en demagogia, publicidad y gastos que no corresponden a las necesidades más sentidas de nuestro
pueblo. La corrupción y la mentira continúan siendo el instrumento favorito de las autoridades del país.
No abandonan la costumbre del engaño y presentar panaceas imaginarias para que el hondureño crea y confíe en sus falsos propósitos.

Sin ton ni son, diariamente inventan medidas y proyectos que trastocan, por no tener un plan establecido el
acontecer político, económico y social del país. En el marco de la economía están cometiendo barbaridades
que profundizan y enconan las contradicciones entre la empresa privada, organizaciones sociales y pueblo
en general con el gobierno que dirige don Pepe Lobo.
En los últimos días se han decretado medidas económicas como la Tasa de Seguridad a la que se ha opuesto
la mayoría de la hondureñidad, no porque ésta no se considere una cuestión prioritaria, sino por la forma inconsulta y desmedida en que se quiso aplicar por los diputados, afectando al mismo pueblo y con la subrepticia idea de obtener cinco veces más de la cantidad que se había propuesto en un principio que eran mil quinientos millones de lempiras.

La respuesta adversa de los empresarios no se hizo esperar y la administración nacionalista ha tenido que retroceder, en cierto modo, porque la empresa privada se fue a un juicio contra el estado. Muchos argumentos se han esgrimido hasta llegar a mantener la tesis de que el problema de seguridad no se resolverá con inversiones multimillonarias, aunque ayudan, porque las soluciones son de carácter familiar, biológicas, psíquicas, económicas, morales, legales, sociales etc.

Hay que solucionar todos estos problemas que afectan a las personas para en realidad sanear el entorno en
que vivimos. La Tasa de Seguridad se convirtió en el talón de Aquiles del gobierno pues éste ha recibido críticas y censuras de un sector del Partido Nacional, empresarios y de todo el pueblo hondureño que consideran que no estudiaron a fondo la aplicación de tal decreto anti popular.

Este solo hecho demuestra que las contradicciones del actual gobierno son irreconciliables porque tocan intereses económicos muy sensibles que lo pueden llevar a la ingobernabilidad.
Otra medida económica equivocada es la actual aplicación de la reactivación de la banda cambiaria en subasta
pública de divisas, dizque para revaluar el lempira en relación con el dólar partiendo de un precio de compra
de 18.89 lempiras por dólar.
Los estudiosos de la economía y las finanzas saben perfectamente lo que existe detrás de toda esta medida
del BCH, que no es otra cosa que devaluar la moneda para que aumenten los ingresos fiscales del estado.
La política monetaria del gobierno es un fracaso y la decide el FMI, quien, sin duda alguna, es el que ha dado
esta directriz, para obtener más ingresos fiscales que no los han obtenido a través de los distintos impuestos.

Claro está, que en los primeros días nuestra moneda obtendrá más valor, pero, posteriormente, tendremos
una devaluación, porque la moneda que fluctúa es el dólar y no el lempira.
Consecuencia inmediata será la subida de los precios de los combustibles, electricidad, el agua, los granos básicos, hortalizas, carnes, productos lácteos, huevos y el transporte en detrimento de la economía familiar y el desarrollo del país.
Lo anterior significa, que este gobierno, " no pega una", y que cada día, se empantana en más contradicciones
que a la larga producirá más crisis y obstáculos para lograr la reconciliación nacional, tan publicitada y lejana
en la perspectiva de la realidad nacional.
El gobierno que preside Lobo Sosa se hace el hara quiri con estas medidas descabelladas que demuestran su
incapacidad para gobernar el país.


eduardodavidardon@hotmail.com