Navega dentro del Blog en sus secciones

Cargando...

martes, 9 de agosto de 2011

Calistenia partidista

El 3 de octubre, en que se celebra el aniversario del natalicio del general Francisco Morazán, es la fecha escogida por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) para presentar en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) su solicitud de inscripción como partido político.

Este anuncio, hecho por el dirigente campesino Rafael Alegría, tiende a despejar las dudas sobre el curso de esta estructura política de presión popular, cuya mayoría de miembros y simpatizantes proviene de las filas del liberalismo hondureño, la que formó la oposición en masa al golpe de Estado militar 28-J y al régimen de facto.

Es bien sabido, en cuanto a partidos políticos, que la naturaleza y el carácter de cada partido lo marca para toda su vida el origen y las circunstancias de su nacimiento. En este sentido, el FNRP estará inmerso en la esencialidad liberal, independientemente de sus propuestas electorales.


Es preciso reconocer, para este análisis, que el golpe de Estado 28-J fue un excepcional rompimiento del orden constitucional e institucional para derrocar un gobierno del Partido Liberal (PL) mediante la confabulación del Poder Legislativo y del Poder Judicial. En síntesis, fue un golpe de Estado en el interior del PL.

A eso se debe, entonces, el repudio tan masivo y permanente del liberalismo a esa asonada militar, que, por lo demás, creó las condiciones para una revisión a fondo de las autoridades, el liderazgo y los lineamientos políticos de esta centenaria institución política, anquilosada doctrinariamente y sin alternativas de cambio.

El retraso de la dirigencia del PL en asumir su responsabilidad y proceder a la revisión institucional ha contribuido a la creación de ese nuevo partido, algo que por primera vez ocurre en el seno de esta organización política. De hecho, los partidos políticos “emergentes” siempre salieron de las huestes del Partido Nacional (PN).

En los esfuerzos que hasta este momento se inician para rescatar la unidad del PL no parece tomarse en cuenta la magnitud del trauma causado por el 28-J en el liberalismo ni el señalamiento de la culpabilidad de su dirigencia. Este proceder impide, de manera directa, la necesaria operación quirúrgica para habilitar el importante proceso de reunificación liberal.

Por el contrario, el planteamiento del golpismo en el PL es que la crisis política desencadenada por el 28-J ha fortalecido al partido. Según este peregrino razonamiento (de alguna manera hay que llamarlo) “El Partido Liberal ya está inmunizado y vacunado… ya pasó la peste, ya pasó la crisis, ya pasó la enfermedad. Ahora va en recuperación el paciente. Ya le pusieron suero y ya se está encaminando por donde debería…”

Es evidente la liviandad con que se interpreta algo tan trascendental como la institucionalidad y el proceso de renovación política en nuestro país, con una visión definitivamente simplista, arcaica, por no decir cavernícola, en vez de aprovechar el momento para emprender un proceso efectivo de calistenia partidista, de acuerdo con la realidad y los nuevos retos visibles en el horizonte.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos sus comentarios sobre cada publicacion en el blog