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viernes, 1 de julio de 2011

Frente amplio " Luis Alexis Ramos "

La perpetración del golpe de Estado el 28 de junio de 2009, mediante la coalición de todas las fuerzas conservadoras y retardatarias de Honduras, coludidas con las Fuerzas Amadas, provocó una reacción popular no esperada por los planificadores, ejecutores y defensores del atentado a la Democracia.

Un pueblo que había estado adormecido bajo los sopores de los eternos efluvios políticos y las promesas incumplidas de los gobernantes de turno, despertó de pronto, y desde el primer momento, cuando se conoció la noticia, en medio de los ajetreos de la instalación de las urnas para la consulta popular y bajo las amenazas de los militares, alzo su puño y elevó su voz de protesta, rechazando ese nefasto acontecimiento.

Y, a partir de ese día, durante muchos días y meses, las calles de las ciudades importantes de la Patria vieron desfilar a hombres y mujeres, adultos, jóvenes, ancianos de diferentes profesiones y oficios, distinta posición económica y social, unificados para demostrar el descontento y el repudio al acto político más bochornoso ocurrido en la historia reciente de Honduras.

No valieron la represión, los golpes, los gases lacrimógenos, el encarcelamiento y las muertes de los manifestantes; el pueblo aglutinado en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), se mantuvo firme, sólido, contundente en su propósito: demostrar al mundo que en Honduras el pueblo repudiaba al golpe de Estado, con excepción de los oligarcas, los uniformados, los clérigos y los pastores ultraconservadores,

De esas fechas hacia acá, muchas cosas han sucedido; ríos de tinta y enormes cantidades de papel se han empleado para referirse en contra o a favor del golpe. A lo largo de dos años, cumplidos recientemente, cuántos hechos políticos, sociales y culturales se han desarrollado que han influido en el desenvolvimiento del quehacer nacional, aun con la oposición de los auto llamados demócratas, que no son más que lobos vestidos con piel de oveja.

El regreso de José Manuel Zelaya Rosales, presidente derrocado, fue el punto culminante de este vía crucis del pueblo, pues ha venido a fortalecer un movimiento que tiene muchas posibilidades de ingresar en el ruedo político con probabilidades de triunfo o, al menos, de obtener una buena cuota de poder que le permita promover los cambios estructurales que viene sustentando desde su creación.

A propuesta del ex presidente Zelaya, coordinador general del FNRP, éste pasa, desde el fin de semana anterior, a conformarse como un frente amplio en el cual tienen cabida todos aquellos que busquen la refundación de Honduras, sin importar a qué partido pertenezcan o la filosofía que sustenten, por lo cual no perderán su identidad ideológica ni serán tránsfugas de su organismo político.

Creemos que ese es el mejor camino a seguir; los frentes amplios se han formado en algunos países, y se han integrado por partidos de poco caudal electoral o que tienen ideología común, aunque con diferente denominación, con el objetivo de superar la hegemonía de los partidos tradicionales.

Un frente amplio generalmente es temporal, mientras se lleva a cabo el proceso de las elecciones; si triunfa, se mantiene durante el período de gobierno; pero si no obtiene la victoria, por lo común, se disuelve, porque a sus organismos miembros no los une nada más que un objetivo comicial.

Suponemos que en el caso del Frente Amplio de Resistencia Popular, esto no se dará, porque la idea fundamental es la reestructuración de Honduras, a través de una asamblea nacional constituyente; la refundación del país, para que las mayorías, que siempre han estado alejadas de la mano del Gobierno, reciban los beneficios que, como personas y ciudadanos, les corresponden.

Este es un proceso largo y de mucho trabajo, por lo cual, para su logro, se necesitan varios años, ya que no puede transformarse a un país de la noche a la mañana, máxime cuando se tienen tantos opositores fuertes y de mucha tenacidad que, en cualquier momento, estarán tratando de obstaculizar el proyecto.

Por tal circunstancia, la acción de esta nueva alternativa que viene a ser una fuerte opción dentro del espectro político hondureño, deberá ser permanente, ya sea que esté en el poder o no; pues desde las dependencias del gobierno o desde las trincheras de una oposición crítica, sistemática y de propuestas, se puede hacer mucho para mejorar las condiciones de este pueblo que la oligarquía y la plutocracia han sumido en la miseria.

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