¡Imposible no darle la razón a Doña María Isabel! "Patricia Murillo Gutiérrez "

Que le puedo contar doña María Isabel Salvador… aquí en Honduras a veces parece vivimos un estado surrealista, como buscando una realidad superior a la cotidiana, que por allí nos lleva el diccionario para este termino y tal realidad se vuelve bizca en nuestra Patria. Torcida o blanqueada según las conveniencias de los poderes de turno que no respetan ni a la propia madre que los trajo a este mundo complejo.

Aquí señora los intereses que solo han pensado por siempre en sus estómagos voraces, se ponen un blindaje mental, usan una coraza de acero demagógica en sus manifestaciones y se agazapan tras golpes de pecho, acuerpados por algunas cúpulas de las iglesias que se llaman seguidoras de Jesucristo; lo bueno es que son estructuras carcomidas, porque en tal sentido es el pueblo y sus auténticos pastores, la iglesia legitima y redentora.

Fíjese que ahora nos asaltan las neuronas con un estribillo que suena a “Humanismo Cristiano” muy ultramoderno para quienes lo enarbolan pero sin esencia ni coherencia en sus partes, porque ni es humanismo real y menos cristiano como nos enseñó el maestro Jesús.
Pero María Isabel, cuanta razón tiene usted cuando les planto cara con gallardía de una mujer de su raza y temple a los sofismas (argumentación falsa pero con apariencia de verdad) que enarbolaron allá en Washington los emisarios y tramitadores golpistas hondureños Arturo Corrales, Mario Canahuati, María Antonieta Guillen de Bogran y Jorge Ramón Hernández Alcerro, quienes llegaron queriendo remendar la fractura insondable que ellos también facilitaron aquí en nuestro país, el Golpe de Estado de junio 2009.
Esas falacias que a borbotones y sonrisas nerviosas expresaban: “en Honduras hoy “todo es azul”, todo es amor y paz y”un colorín colorado… todo ha terminado y borrón y cuenta nueva pues entonces demos vuelta a la pagina y a ser felices y comer perdices…”, fueron un atentado a la inteligencia de las mayorías hondureñas y de los pueblos latinoamericanos.

Y que bien María Isabel Salvador, embajadora del Ecuador, centro del mundo y hoy centrado en el corazón de este pueblo que siente su aliento fraterno y voluntad total por no sentarse al lado de quienes han crucificado a Honduras, en tanto no expíen sus pecados y delitos como lo dice el Cristianismo y las leyes de los hombres, no hay perdón si antes no se admite el pecado, el crimen y se paga la pena, para ser nuevamente incorporados a la sociedad de los hombres y mujeres civilizados.

Así se lograría el equilibrio deseado y se repara a un pueblo agraviado día y noche aun en este minuto que nos dirigimos a usted embajadora.

Para estos personajes que usted tuve frente a frente y que son emisarios de lo falso, las vidas mutiladas, los desaparecidos y las violaciones a los derechos humanos y tanta impunidad que aquí existe potenciada al mil por ciento tras el Golpe, parece fueran algo “trivial, Light” y creen que mágicamente con regresar a la OEA han conseguido la línea de flotación para este portaviones “Honduras USA” como nos bautizaron despectivamente los historiadores la década de los ochentas.

Ello dado el estigma de país alquilado como nos volvieron los vende patrias que nos gobernaron esa década, encabezados por un oscuro personaje llamado Roberto Suazo Córdoba a quien aun no se le pone frente al banquillo justiciero, pues no menos de 184 hondureños y extranjeros desaparecieron en su gobierno y la gran mayoría de los casos todavía en impunidad.

Sabemos que gracias a las modernas tecnologías de la comunicación, mas la sensibilidad de su presidente Rafael Correa que logro sortear un Golpe de Estado el 2010 (que no se confíe) conocen a fondo la realidad absoluta de nuestro pueblo.

Fíjese que aquí las violaciones a los derechos humanos no solo emanan de pensar diferente a los poderes oficiales o fácticos, sino que es moneda tan común y corriente que recientemente el ministro de Salud, Arturo Bendaña inauguro una clínica de maternidad y se congraciaba así: “las madres humildes de Santa Cruz de Yojoa ya no van a dar a luz a sus bebes a la orilla de la quebrada o en un camino, pues ahora serán atendidas dignamente”.

Quiere una muestra mas de cómo se asaltan los derechos laborales: el mismísimo ministro del Trabajo y ex dirigente sindical ( la cuña para que apriete…”) Felicito Ávila “no paga el salario mínimo que la ley ha establecido” y sabe quien se lo echo en cara, nada menos que el hermano del golpista mayor del 2009, el empresario Marco Polo Michetelti.

Mas María Isabel: el derecho humano a la alimentación es papel mojado para mucha infancia nacional donde se contabilizan oficialmente 300 mil niños afectados por la desnutrición o sea un 24 % de la población infantil, según datos oficiales. Viera la cara de preocupación que el director regional de UNICEF Brent Assen puso en su reciente gira cuando hablo sobre “la pobreza, corrupción y falta de valores”, que a su juicio inciden contra la infancia y juventud.

Y venga a Tegucigalpa para que platique con los maestros en huelga de hambre hace varias semanas, ayunando tras ser separados ellos y 300 colegas mas arbitrariamente por el régimen de Porfirio Lobo por su pensamiento critico contra los que han saqueado su Instituto de Pensiones y Jubilaciones, contra la privatización de la Educación Publica y contra los Golpes de Estado.

Si le queda tiempo llegue hasta la rica Zona del Aguan y allí posiblemente llore de dolor ante la ignominia que diariamente se vive, porque un pueblo descalzo, hambriento pero digno lucha aun a costa de su vida para lograr un pedazo de tierra donde edificar un mejor destino.

Allá en las lujosas oficinas de la OEA en Washington recuérdele esta realidad al artificial embajador del régimen y no del pueblo, Jorge Ramón Hernández Alcerro, ese que defendía la Sucesión Constitucional, hoy desenmarañada por los cables de Wikileaks y por diplomáticos verticales como usted.

Gracias al noble pueblo y gobierno de Ecuador por acompañar a millones de hondureños en esta travesía ardua, larga pero legitima por un país donde se respeten los derechos humanos de todos.