Regreso de Mel y complot " Luis Alexis Ramos "

El 27 de enero de 2010, después del traspaso presidencial de un gobierno espurio e ilegal a una nueva administración, producto de unas elecciones sui géneris, mal llamadas “las más votadas en la historia de honduras”, Manuel Zelaya Rosales, acompañado de Porfirio Lobo Sosa, el nuevo presidente y de Leonel Fernández, mandatario de República Dominicana, abordó el avión que lo conduciría a ese país en calidad de invitado especial, lo que en realidad fue un exilio obligado.

Obligado, porque el clima de inseguridad y la situación política, generados por el golpe de estado del 28 de junio de 2009, no le hubieran permitido una permanencia tranquila en su tierra, pues si fue terrible la represión a que fueron sometidos todos sus seguidores, por parte de los cuerpos armados, no digamos qué le hubiera pasado a él con todos los delitos que, caprichosamente, se le incoaron.

El gobierno de Honduras ha hecho todo lo que ha podido porque la nación retorne al seno de la Organización de Estados Americanos, OEA, hasta ir a darse la mano con Hugo Chávez, la cocora a la que tanto miedo le tuvo el “primer héroe nacional del siglo XXI” y a quien se vilipendió e insultó ad infinítum; pero, que hoy, se convierte en una tabla salvadora de la cual se puede asir para lograr volver al organismo del que fue expulsada por los sucesos del 28 de junio, 2009.

Unos de los requisitos establecidos para el retorno de Honduras a la OEA son: la anulación de los procesos del ex presidente Zelaya, la convocatoria a elección de una asamblea nacional constituyente, la suspensión de las violaciones a los derechos humanos y el regreso seguro del ex mandatario, concediéndole todas las garantías para que pueda permanecer en el país.

En una obra, que consideramos bien ensayada, la Corte de Apelaciones ad hoc declaró la nulidad de los procedimientos de los juicios iniciados a Mel Zelaya, y el Ministerio Público desistió de recurrir a un amparo ante la denegación de la reposición presentada por los fiscales y la Procuraduría de la República; sin embargo, los estudiosos de las leyes hondureñas han manifestado que el Ministerio Público queda con la potestad de presentar nuevos juicios contra Zelaya Rosales, al no más poner sus pies en Honduras.

Un hilo que viene a sumarse a esta trama política es la denuncia que, hace unos pocos días, presentó doña Xiomara de Zelaya ante el Ministerio Público, sobre un supuesto complot que, según información brindada por su amigo don José Lamas, se tiene preparado para asesinar al ex presidente Manuel Zelaya; pero que, a última hora, don José ha desmentido, diciendo que no ha dicho tal cosa.

No dudamos que Mel Zelaya tiene enemigos gratuitos que ven en su regreso una amenaza a sus intereses políticos, porque se convirtió en un líder muy carismático al que apoya todo el Frente Nacional de Resistencia Popular, el cual, de acuerdo a números obtenidos a través de encuestas, cuenta en sus filas, por lo menos, con un millón y medio de personas; cantidad que, de formarse un nuevo partido, basta y sobra para ganar la presidencia de la República y obtener la mayoría de las curules del Congreso Nacional y las alcaldías municipales, en los términos donde las autoridades locales no han desempeñado su cargo a cabalidad.
El retorno de Mel es una piedra en el zapato de muchos que quieren seguir mangoneando la cosa pública para su propio beneficio; y no dudamos que están dispuestos a hacer hasta lo inimaginable por impedir que vuelva, o entorpecerle su permanencia en Honduras; y la maquinación mencionada no está fuera de lo posible, conociendo el material de que están hechos muchos de los eternos aspirantes al usufructo del poder.

¿Estará el Ministerio Público en disposición de darle seguimiento a las investigaciones para esclarecer la denuncia de la ex primera dama de Honduras? Dado el encono manifiesto del señor Fiscal General hacia el ex presidente Zelaya, dudamos que haga algo por el asunto y, como sucede casi siempre en estos casos, se limitará a recibir la documentación y engavetarla para sécula.

Los militares han manifestado que, si el presidente Lobo les ordena darle protección a Zelaya cuando regrese, lo harán con toda la disciplina del caso; pero, ¿estará dispuesto Mel a recibir custodia de aquellos que lo derrocaron y lo desterraron ilegalmente de su patria? A esta pregunta sólo él está en la capacidad y el derecho de responder.

Ese asunto del complot no hay que desestimarlo, porque como podría ser una sombrerazo para asustar, también no se descarta que sea verdad; y aquí repetimos lo que dicen los más viejos que nosotros cuando se refieren a fantasmas, espectros, azoros, aparecidos y hechizos: “no hay que creer ni dejar de creer”.