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sábado, 16 de abril de 2011

Sobre la libre expresión y el programa En la Plaza " Gustavo Zelaya !

Todos esos "espacios" de libre expresión o de la llamada prensa libre en muchos medios de comunicación son un cuento mal contado. El programa En la Plaza sólo es y será aceptado por los dueños del medio siempre y cuando no fuera tan opuesto al Lobo. Es muy probable que el asunto no sea solamente sobre el valor monetario del espacio, hay que considerar la línea política dominante y entre quienes se firman los contratos comerciales.

Esto es razón suficiente para que todos y todas tengamos por regla obligada el escuchar con mucha desconfianza cualquiera de los programas noticiosos y de opinión, las revistas informativas de las emisoras de radio y canales de televisión en donde se suponen que nos informan objetivamente, cuando más bien nos dan opiniones como si fueran verdades absolutas.

Como ya sabemos a qué atenernos con los medios abiertamente golpistas, ser muy escépticos frente a la supuesta prensa independiente es muy razonable sobre todo cuando examinamos el comportamiento histórico del periodismo nacional. Y cuidado si los contradice, lo desacreditan inmediatamente por ignorante, por ingenuo, o por ultraizquierdista y se expone al insulto, a la amenaza o a que le corten la comunicación.

No sé cuáles serán peores, si los medios golpistas o los que se vanaglorian de no serlo. Lástima que no sea tan potente, pero la Radio Gualcho de Tegucigalpa, Radio Uno de San Pedro Sula, Radio Progreso y ciertas radios comunitarias son bastante confiables. Parecen estar más comprometidos con las causas justas y brindan con mayor veracidad los hechos cotidianos.

Hay que tener presente que la libertad de expresión en las condiciones del neoliberalismo no es más que una hermosa manifestación puramente ideal, un anhelo difícil de realizar y que, por ahora, sólo tiene validez cuando conviene a los dueños de los medios y dependiendo de la permisividad de los empresarios y del gobierno.radios y canales de tv en donde se supone que nos informan, cuando más bien nos dan opiniones como si fueran verdades absolutas. Y cuidado si los contradice, se expone al insulto o le cortan la comunicación. no sé cuáles serán peores, si los medios golpistas o los que se vanaglorian de no serlo. Lástima que no sea tan potente, pero es probable que sólo la Gualcho sea confiable, y la Uno, un poco Radio Progreso, y alguna ncomunitarias. La libertad de expresión sólo vale cuando conviene a los dueños de medios y al gobierno


Además, y aquí cabe tomar en cuenta la experiencia de los cables divulgados a través de wiki leaks, alguna vez sabremos cabalmente cuáles son los nombres de todos los periodistas, directores de noticieros, jefes de prensa, entrevistadores, presentadores de noticias, reporteros, etc., que han formado y forman parte de las planillas secretas pagadas desde la casa de gobierno, tanto desde la actual como las anteriores; cuánto recibía cada uno de ellos y quién se encargaba de hacer llegar los dineros. Se van a sorprender porque el asunto será mayúsculo. Y van a llover los desmentidos y las aclaraciones. Por supuesto, amenazas a granel.

Ya no sólo será uno el periodista que susurre al oído de los empresarios aquel “Mándelo a Matar”. Habrá muchos más dispuestos a tales menesteres. También lo mismo se pedirá a políticos y a militares: “mándelo a matar”, así nos convenceremos que aquella petición de Oscar Calona a Adolfo Facusse no fue algo aislado, ocasional, producto momentáneo de la pasión, sino que en el fondo se oculta una forma generalizada de comportamiento existente en buena parte del gremio de los comunicadores. Toda una estructura de pensamiento originada en la práctica común de vender la pluma al mejor postor, en una formación académica centrada en asuntos instrumentales y poco interesada en los temas éticos del ejercicio de la profesión. Una estructura mental que entiende la crítica como censura y que cuando adversa al otro no cuestiona criterios ni las ideas sustentadas, sino que ataca la vida privada y sobredimensiona el hecho de ser acosador sexual o de ser chismoso. No se genera la capacidad de debatir sobre ideas sino sobre asuntos privados. En fin, esa formación de nuestros comunicadores está estrechamente ligada a una serie de prácticas materiales propias del sistema capitalista neoliberal que hace de todos nosotros una mercancía susceptible de ser intercambiada, que puede ser tasada según las condiciones vigentes en el mercado y que exige competitividad, apariencia, luces por doquier, y oscurece la importancia fundamental del compromiso con los más explotados.

Ese acontecimiento del programa “En La Plaza” sirve también para desnudar los intereses puramente comerciales de buena parte del gremio de los comunicadores y de los propietarios de los medios. Sólo hay que fijar la atención en algo que en un futuro cercano se va a demostrar con abundantes evidencias y que ayuda a entender el carácter mercantil de muchos periodistas y medios de comunicación: El monto promedio del cheque que se reparte en este gobierno a cada periodista, presentadores de noticias, reporteros y similares, es de Lps. 40,000. Algunos logran mucho más que ese pago. Consiguen casas, automóviles, viajes a otros continentes, en un fin de semana vuelan a España a presenciar juegos de futbol o conexiones para trabajos con el gobierno. Todo esto depende del alcance de la lengua, de la capacidad policiaca como informante, de la cobertura del medio y de otros factores como el hecho de ofrecerse para domar la Resistencia Popular a cambio de jugosas pautas publicitarias con empresas telefónicas y con distribuidores de vehículos.

Pueden imaginarse cualquier nombre de los comunicadores, el apodo del implicado, piensen en cualquier medio, de cualquier tinte partidario o simpatía política. Y posiblemente no se van a equivocar. La libre expresión en Honduras es un asunto de conveniencias sin relación alguna con principios éticos o con conductas ejemplares. Todo es pura coyuntura. Así que nadie debe extrañarse que exista la censura en los medios, sea la que impone el dueño, el contrato publicitario o la cantidad de dígitos del cheque del gobernante de turno, el continuador del golpe de estado. Vean a todos con sospecha. Muy pocos se escapan a ella.

15 de abril de 2011.render. Y van a llover los desmentidos. El monto del cheque promedio que se reparte a cada periodista es de Lps. 40,000. Algunos logran más. Depende del alcande de la lengua. Pueden imaginarse cualquier nombre, de cualquier medio, de cualquier tinte partidario, y no se van a equivocar. La libre expresión en Honduras es un asunto de conveniencias sin relación alguna con principios éticos, todo es pura coyuntura. Asi que nadie debe extrañarse que exista la censura en los medios, impuesta por el dueño o por el cheque que reciben del gobierno continuador del golpe de estado. Vean a todos con sospecha, pocos se escapan de ella.

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