El pasado 15 de febrero, reunidos en la comunidad de Papthalaya, Ahuas, líderes del pueblo Miskito, Tawahka, Pech y Garífuna, asumimos una posición conjunta en relación al territorio de la Moskitia y las intervenciones de hidroeléctricas, exploración y explotación de hidrocarburos, bases militares, utilización del conocimiento tradicional, entre otras.
Posteriormente en la Asamblea de los Pueblos de la Tierra y el Mar, “Mártires de San Juan”, efectuada en Durugubuti Beibei (San Juan Tela) del 21 al 24 de febrero, se leyó la Declaración de Ahuas, obteniendo un respaldo total de los 8 pueblos indígenas y negros presentes y de los más de 1800 delegados que asistieron al encuentro de la unidad y la tolerancia.
Los pueblos que habitamos en la Moskitia, hemos sufrido un colonialismo eterno, acompañado de un saqueo de nuestra biodiversidad y expropiación de gran parte del territorio ancestral. El Estado de Honduras ha mantenido a la Moskitia sometida al olvido y por otro lado no se ha formulado una política estatal de fronteras, situación que geográficamente aísla mas a las 4 pueblos que habitamos en la Moskitia. Si bien este aislamiento ha contribuido para proteger nuestras culturas, también se ha convertido en un severo inconveniente ante la dependencia y alto costo cada día mayor de insumos provenientes del interior del país y el resto de la costa.
La disparatada y fulminante decisión por parte del Estado de Honduras de proceder a la inconsulta construcción de las represas del Patuca I, II, III, se convierte en la mayor amenaza sufrida por nuestros pueblos. Desde la época de la guerra fría y sus lamentables secuelas para los pueblos de la Moskitia, los que nunca hemos confrontado adversidad de la dimensión de las pretendidas represas del Patuca.
El cambio climático y sus efectos sobre las precipitaciones, convierten a las represas en grandes elefantes blancos, que si bien servirán para enriquecer algunos de la reducida elite de poder nacional, condenarán a desaparecer a pueblos y culturas que giran alrededor del Patuca y los humedales costeros.
Ciertamente la energía eléctrica es indispensable para un país; sin embargo en Honduras el manejo de las hidroeléctricas ha dejado mucho que desear, tal como lo ha demostrado la represa Francisco Morazan, conocida como el Cajon; la que actualmente presenta fisuras sin que se haga publico un plan de reparaciones de la cortina o la inversión para instalar una cuarta turbina.
El costo ambiental de la construcción las hidroeléctricas del Patuca es mayor a los benéficos económicos que puedan surgir de las hidroeléctricas. Las represas anegaran una enorme extensión de bosque, el cual contribuirá a la emanación de metano, gas de invernadero 20 veces más contaminante que el CO2, además del agravante de la construcción de vías de penetración, que ante la ingobernabilidad existente en Honduras, servirán para el saqueo forestal
Mientras tanto el Congreso Nacional aprobó de forma precipitada las concesiones de los ríos, muchas de ellas localizadas dentro de territorios de los pueblos indígenas, sin haber realizado las consultas previa, libre e informada; derecho consignado en Convenios internacionales ratificados por el Estado de Honduras.
Los pueblos de la Moskitia ante los atropellos cometidos y la falta de reconocimiento territorial, en la declaración de Papthalaya, Ahuas, claman por una autonomía sobre sus territorios, sin animo de balkanizar aun mas a Centroamérica; autonomía basada en el respeto entre el estado-nación y los pueblos, y con una visión de un desarrollo que no contribuya al incremento del cambio climático y las graves consecuencias que representa para la Moskitia, considerado uno de los lugares más afectados en el planeta por las consecuencias del calentamiento global.
OFRANEH
Organizacion Fraternal Negra Hondureña
Entrevista con Lorenzo Tinglas,Presdeinte de La FITH y de la COMPAH
0 comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos sus comentarios sobre cada publicacion en el blog