De la ley de incentivos a la participación ciudadana " Argelia Iriarte Panchame "

Uno de los deberes que la actual Carta Magna le impone a nuestros gobiernos es velar para que la educación de los hondureños sea gratuita y obligatoria. Sin embargo la historia de nuestro sistema educativo nacional está plagada por la negligencia, mala voluntad y errores cometidos en este campo, por la mayoría de los que nos han gobernado.
El actual gobierno para el caso, no cesa en su aguda torpeza por confrontar constantemente con el magisterio nacional a sabiendas que su legitimidad, como gobierno, está seriamente afectada por haber surgido en plena vigencia de un golpe de estado. Por esta razón este gobierno debe cumplir con mayor responsabilidad los preceptos de la chueca Constitución de la Republica que tenemos e ir incluso, más allá de las obligaciones que esta le manda.

Si esto es que cualquier gobierno responsable por muy tarados que sean sus representantes, en estos tiempos estarían buscando la manera de fortalecer nuestro sistema educativo nacional equipándolo con tecnología de punta e incorporando a los obsoletos programas de estudio, otros idiomas para enriquecerlos y además estaría satisfaciendo todas las necesidades de los centros educativos que tradicionalmente han venido siendo cubiertas por los padres de familia a quienes el actual gobierno los quiere tomar en cuenta para ponerlos contrael magisterio.

Nadie ignora que la capacidad instalada en nuestras instituciones educativas es producto del esfuerzo de padres de familia y docentes, quedándole al gobierno como única función el pago de salarios y ya ni eso quiere cumplir.

Si por un lado hasta ahora ha prevalecido la negligencia gubernamental, por otro lado pesa la debilidad de los docentes al esperar de buena fe que las eternas crisis en el sistema educativo sean resueltas con “diálogos” que solo sirven para autenticar la “autoridad” de los actuales funcionarios.

Lo que el actual gobierno está demostrando es su determinación por destruir las organizaciones magisteriales y como buenos sinvergüenzas, hacerse los tontos para no pagar lo que le deben al INPREMA.

¿Hasta cuándo va seguir el magisterio bregando con todo en contra para defender sus causas y las del pueblo, una de las cuales es la educación pública?