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miércoles, 9 de febrero de 2011

Los otros , las otras, los LGTB

El mismo presidente Barack Obama hizo un alto en su agitada agenda política en un mundo que parece resquebrajarse cada vez más y puso sus ojos en Honduras y en Uganda, llamando la atención a sus regímenes, pidiendo u ordenando como quiera usted interpretarlo, que se ponga un alto a los crímenes de odio, a la violación de los derechos humanos de las personas con otras preferencias sexuales.

En Uganda son comunes las violaciones “correctivas” hacia lesbianas con el fin de enderezarlas y volverlas “normales” y eso no es rechazado masivamente por su sociedad y el Estado ha sido cómplice por mucho tiempo.

Y en Honduras tras el Golpe de Estado hace un año y medio, se ha elevado la cresta de crímenes contra la comunidad Lésbica, Gay, Transexuales, Bisexuales. La LGTB tiene ya un duro aporte de sus miembros en cuanto a vidas y no digamos a los abusos sufridos por su condición en una sociedad que tiende a excluirlos y sobre todo que se hace de la vista gorda ante el sufrimiento de esos prójimos.

Es de doble o ninguna moral, la postura que tienen algunos personajes que se dicen representantes del pueblo de ayer y hoy, líderes de iglesias, dirigentes de grupos sociales, políticos etc., ante la problemática integral de los miembros del LGTB, y no digamos la Policía tantas veces denunciada por ellos y defensores de los derechos humanos, porque han documentado agresiones de toda índole.

¿Y los indiferentes? pues no basta meter la cabeza bajo la arena para resolver esta situación.
No solo Obama ha puesto el grito en el cielo por esta conducta hacia otros seres humanos cuyo “delito” para muchos es su preferencia sexual, sino también provoca repulsa en unos gobiernos europeos, en contraste con el silencio desde muchas esferas de nuestro pais.

Puede el Estado, a través de sus respectivos organismos, proteger la vida como el bien supremo de la Sociedad, de estos hondureños y responder al desafío planteado a nivel nacional e internacional para que no se les siga asesinando o discriminando en sus constitucionales garantías?
Pero ahora que la comunidad LGTB es cada vez más visible, ésta busca salirse de los espacios reducidos que una hipócrita sociedad les había adjudicado por décadas y exigen tratos mas humanizados hacia ellos, hay mucha urticaria.

Y es que estos hondureños “diferentes” están en las universidades, en las empresas, en las iglesias, en los tres poderes de la República, en los Medios de Comunicación, en la Fuerzas Armadas, en las artes etc. y no son por su preferencia misma, “per se”,¡ unos delincuentes ni irán a profanar nuestros hogares como muchos creen.

Ahora que está en boca de los jerarcas la manida y gastada palabra de reconciliación entre hermanos y hermanas, será que nos pueden explicar ¿cuál es la autentica tolerancia para los otros que no cuadran en el esquema de es “hombre o mujer”.
¿Que ideología persistirá en nuestro país sobre este tema que es, nos guste o no, una realidad?

En la cultura hondureña hasta donde se llegara en la resolución de los conflictos y la violencia que s e desata en torno al mundo LGTB?
Que harán los padres de familia que tiene en su hogar a un miembro de esa colectividad y nosotros los demás para evitar echar más fuego a la hoguera discriminatoria y sin sentido hacia estos semejantes.

Sobra decir que no estamos haciendo ninguna apología hacia quienes desde sus esquemas y preferencias abusen de los demás, eso jamás; igual estamos contra el hostigamiento sexual en los trabajos, del derecho a pernada que aun se creen algunos patrones que están allí listos para caer a sus víctimas por su necesidad del trabajo y donde usted menos lo imagina.

Denunciamos y aborrecemos la violencia y ultrajes sexuales de toda índole y todo lo que implique el abuso de la fuerza de donde provenga, especialmente en el campo de las relaciones entre personas, sean cuales sean sus gustos sexuales. Pero en cuanto al colectivo LGTB, no perdemos la perspectiva de que son también Hijos de Dios y ante la ley de los hombres todos somos iguales.

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