El FNRP vanguardia del pueblo hondureño

Las lecciones que los pueblos del medio oriente están brindando a la cultura occidental son muy importantes.

Por ejemplo, dos de los 18 millones de egipcios, en El Cairo, se encuentran movilizados mediante una revolución pacífica para protestar en contra del dictador Mubarak, a quien le exigen la salida de su régimen después de tres décadas de usurpación del poder político. Piden por coincidencia con el movimiento popular hondureño, la redacción de una nueva constitución.

Según los despachos de prensa “El representante de la oposición Mohamed el-Baradei, que comanda una coalición entre su movimiento político laico, Asociación Nacional para el Cambio y la organización de corte islámico Hermanos Musulmanes entre otras fuerzas populares como el Partido Comunista de Egipto, ha rechazado cualquier diálogo con representantes de la dictadura hasta que ésta no caiga y ha demandado a Hesni Mubarak que abandone su cargo antes del viernes para evitar un baño de sangre”.

Por alguna coincidencia con los planteamientos del movimiento popular latinoamericano y en especial con el hondureño, los egipcios piden entre otras reivindicaciones lo siguiente:

1.La dimisión de Mubarak y la formación de un consejo presidencial para un período transitorio de duración limitada.
2.La formación de un gobierno de coalición para administrar el país durante el período transitorio.
3.Convocar a la elección de una asamblea constituyente para redactar una nueva constitución para el país basado en el principio de la soberanía nacional y asegurar la devolución del poder en el marco de un estado civil democrático y justo.
4.Enjuiciar a los responsables de cientos de muertos y heridos de mártires revolucionarios y víctimas de la opresión, así como velar por el enjuiciamiento de los responsables del saqueo de las riquezas del pueblo egipcio.
Estas concomitancias con algunas de las solicitudes del FNRP, nacido precisamente en el fragor del golpe de Estado del pasado 28 de junio, representan actualmente las aspiraciones de los pueblos que se han cansado de padecer y sufrir los embates y embestidas de las dictaduras y los gobiernos mentirosos, falsos y antidemocráticos.

El Frente Nacional de Resistencia Popular como vanguardia de estas aspiraciones tiene en el liderazgo de Manuel Zelaya Rosales, al interlocutor perfecto para vanguardizar esta lucha, que se ha vuelto sorda ante la élite política nacional que se niega a satisfacer tales demandas.

Sólo mediante este liderazgo se podrá llegar a un consenso donde se produzca la transición hacia una nueva democracia, tal como la piden los egipcios.

La formación de un gobierno de coalición es otra de las grandes posibilidades de allanar el camino hacia una nueva constitucionalidad.

La convocatoria a una asamblea nacional constituyente es condición sine quanon para producir los cambios que Honduras necesita si desea ponerse a la altura de los requerimientos de la nueva democracia latinoamericana y regional.

El enjuiciamiento de los responsables de haber realizado el golpe de estado y desmantelado las arcas del Estado es otra de las grandes luchas que se manejarán en la minuta política del FNRP, liderado por el ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales.

Y evidentemente habrá de pedirse castigo para los responsables de la muerte de los hondureños que lucharon denodadamente contra el golpe de Estado del año 2009.

Enfilados en este orden de ideas, todos los simpatizantes y activistas del FNRP coinciden en que la llegada de Manuel Zelaya Rosales al país, en estos momentos, es indispensable para la conducción política del movimiento popular nacional.

Solo así las contradicciones no antagónicas que se producen en el FNRP podrán superarse a fin de encaminar los pasos a esas grandes aspiraciones de los pueblos, la fundación de un nuevo país, una nueva democracia y una nueva constitución como garante irrestricta de tales pretensiones.