Navega dentro del Blog en sus secciones

Cargando...

martes, 1 de febrero de 2011

Diez nuevos “wikigoteos” por Efrén D. Falcón

"En una sociedad libre, se supone que sepamos la verdad”. Ron Paul

Para entrar al sitio de Julian Assange en el internet basta con buscar alguno de los “espejos” que dan acceso al sitio. La proliferación febril de estos “espejos” virtuales hace muy compleja la erradicación del sitio web del ciberespacio; y es ahí donde, si Ud. tiene alguna curiosidad, puede encontrar diez nuevos documentos que salieron a la luz pública el sábado 29 de enero recién pasado, y que se refieren a nuestro país.


Los cables de Ford
Hay tres documentos firmados por el exembajador Ford, seis firmados por el embajador Llorens y uno signado por Simon Henshaw, a la sazón, encargado de negocios de la embajada. En realidad, aparte de algunas “curiosidades” que mucha gente podría no conocer, los nuevos diez cables enviados desde la Embajada Norteamericana en Tegucigalpa, entre marzo de 2006 y febrero de 2010, no contienen información especialmente delicada o sorprendente sobre lo acontecido en Honduras en el período citado.


Según Charles Ford [cable del 16 de marzo de 2006], en una reunión en la casa de Carlos Flores, éste “enfatizó a Zelaya [Rosales] que aparte de consideraciones políticas en su partido, las únicas personas que un Presidente hondureño necesitaba consultar eran el cardenal Oscar Rodríguez y el Embajador estadounidense”. Eso por si usted tiene alguna duda de la clase de pensamiento de uno de los políticos más influyentes y nefastos del país. Luego, Ford deja claro cuál es la visión que sobre nuestros continuos “azos” prevalece: “El escándalo tiene todas las características clásicas de todos los escándalos en Honduras, varios días de artículos periodísticos indignados, con intereses privados al descubierto, seguidos de declaraciones pertinentes de agentes del gobierno y la ley, y finalmente, ninguna acción significativa o cambio”, refiriéndose a un asunto inmigratorio que involucraba albaneses, libaneses y bosnios admitidos ilegalmente en el país. También llama la atención el criterio del diplomático sobre el gobierno de Ricardo Maduro: “Fue exitoso con las políticas fiscales y pareció tratar de ser exitoso combatiendo el crimen, pero no fue realmente serio sobre la implementación de ningún otro cambio fundamental”. Lapidario, e indudablemente acertado.


Luego, el mismo Ford, en un cable enviado en enero de 2008, además de seguir mencionando a Carlos Flores como fuente fidedigna y directa de información, se dedica a mostrar su preocupación por la inminente firma del convenio del gobierno de Zelaya Rosales con Petrocaribe, y hace una serie de elucubraciones especulativas sobre lo que Chávez le podía estar exigiendo a Zelaya para firmar el acuerdo, incluyendo las FARC y el ALBA, y hasta llegó a decir que Zelaya podría estar pensando en evadir las condiciones del convenio para utilizar los fondos en la campaña política de Patricia Rodas, según él, la sucesora predilecta de Mel Zelaya en la presidencia de la república.

La injerencia como política
Es interesante leer al embajador Ford, quien nunca ocultó sus deseos de interferir en asuntos que únicamente conciernen al Gobierno de Honduras. Podemos entender sus prácticas injerencistas ―tradicionales―, pero no podemos aceptarlas. Este señor no tuvo vergüenza para expresar sus puntos de vista en público, y claramente condenó el convenio Petrocaribe y cualquier acercamiento entre Honduras y Venezuela, sin importarle los beneficios reales que tal convenio y la futura adhesión al ALBA podrían traer al pueblo de Honduras. Está claro que lo único que esta gente viene a hacer al país es a proteger los enormes intereses económicos de su país. Y lo han hecho, históricamente, sin importar las consecuencias para los ciudadanos de los países donde su política desmedida de expansión comercial ha penetrado. Ejemplos sobran, a cual más doloroso.

Charge d'Affaires
El cable redactado por Simon Henshaw gira en torno a la adhesión de Honduras al ALBA, cuya realización debía pasar forzosamente por una aprobación del Congreso Nacional.


Desde que el diplomático estadounidense establece que todo dependerá de Micheletti, quien controla el parlamento, el documento se vuelve mucho más sobre el exdictador que sobre el ALBA. Pero sobre el ALBA se establece, que según los parámetros de medición norteamericanos sería pernicioso para Honduras. Una conclusión muy discutible, porque Honduras empezaría, y empezó, a recibir dinero libre de la gama de condicionantes que traen los [comparativamente escasos] recursos influenciados por la política injerencista estadounidense, sea por medio del Fondo, el USAID, u otro organismo.


En el cable creado el 20 de agosto de 2008, a Micheletti se le pinta como un individuo cuya popularidad sigue a la baja, y se ve desesperado por llegar a la Presidencia de la República. Se le acusa de comprar votos en el congreso. Se dice que a pesar de ser un rabioso anticomunista, es capaz de cualquier cosa por revitalizar su imperativo sueño ―jamás realizado― de ser presidente de Honduras. Se le acusa de aceptar dinero de traficantes de drogas y otros personajes corruptos con tal de apuntalar su candidatura presidencial.


Al final, el ALBA fue aprobada en el Congreso, a pesar de la fuerte oposición del sector empresarial, a instancias del pacto Micheletti-Zelaya. Pero el supuesto apoyo de Zelaya no tuvo incidencia en las urnas, donde el sueño de Micheletti fue sepultado para siempre, a favor de Elvin Santos. «La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena.» Continuará. Amén.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos sus comentarios sobre cada publicacion en el blog