Los hondureños nunca imaginamos que Human Rights Watch echaría a Honduras en una misma bolsa con Cuba y Venezuela, cuyas ideologías políticas se han rechazado con violencia, hostilidad y virulencia. Resulta que ahora, en el informe de Human Rights Watch dado a conocer en Bruselas, nos señalan como violadores de los derechos humanos, o bien, como lentos en las investigaciones para dar con aquellos que descaradamente han violado los derechos fundamentales del hombre. El presidente de la República, don Porfirio Lobo Sosa, prometió el martes pasado en su discurso en los actos de la instalación de la segunda legislatura, que se dará con los culpables de los asesinatos de los periodistas en el 2010, sin embargo, se han cometido más actos que precisan de serias y expeditas investigaciones puesto que se han violado los derechos humanos, dándole una pésima y vergonzosa imagen a nuestro país. El informe de Human Rights Watch también condena a México debido a los cientos de miles de migrantes que son atropellados física y sexualmente, a la vez que son víctimas de la extorsión y el robo al cruzar por territorio mexicano al dirigirse hacia los Estados Unidos. De manera que las imágenes de México y Guatemala también resultaron negativamente afectadas por el informe dado a conocer en Bruselas. Todos sabemos que Human Rights Watch es una organización que vela por el respeto a los derechos humanos. Su difícil y delicada misión es esa, buscar e investigar a aquellos que violan los derechos humanos, es por eso que la organización no es popular entre los dictadores y aquellos que atropellan a hombres, mujeres, ancianos y niños inocentes.
Seríamos injustos si afirmáramos que en Honduras se violan las libertades fundamentales desde el golpe de Estado del 2009 hasta el presente… sería un señalamiento altamente irresponsable porque sabemos que en nuestro país siempre se han violado los derechos humanos, sin embargo, tal y como lo dijo el presidente estadounidense Barack Obama en su discurso del martes por la noche, el mundo ha cambiado, ya nada se puede ocultar debido a los adelantos tecnológicos que han surgido durante los últimos años. Se toman fotografías y se filman videos que le dan la vuelta al mundo con la rapidez de un relámpago y los desafueros quedan al descubierto. Las confrontaciones que fueron difundidas instantáneamente por videos en Túnez, fueron un factor importante en derrocar al tirano que había gobernado al país de forma dictatorial y ahora surgen violentas confrontaciones entre el pueblo y el ejército en El Cairo, donde las masas se han rebelado contra el dictador Hosni Mubarak, que tiene 30 años de estar en el poder. Todo lo vemos por el Internet y por la televisión, algo impensable hace veinte años. Ahora los tiranos no pueden ocultar sus tropelías. De manera que si nos damos cuenta, porque lo vemos, de todo lo que ocurre en países lejanos, con mucha más facilidad podemos saber lo que ocurre en nuestro continente. Bien lo dijo el presidente Obama, el mundo ha cambiado y no podemos quedarnos en el pasado, tenemos que avanzar con los tiempos aunque el pasado nos parezca mejor. Claro, era un mundo más sencillo, más ingenuo y más ignorante.
A título personal me he sentido avergonzado por el informe de Human Rights Watch, aunque la ministro de la Presidencia, María Antonieta Guillén, dijo que el gobierno de Honduras no ha sido reprobado porque los organismos internacionales han reconocido la política del gobierno por el respeto a los derechos humanos y únicamente se señala el tema de la investigación de violaciones a derechos humanos anteriores, agregando que es un proceso que se ha puesto en marcha, sin embargo, el pueblo no está totalmente de acuerdo con este razonamiento. La violación de los derechos humanos es la misma sea que se hayan atropellado las libertades en el pasado o en el presente. Y los violadores deberán ser juzgados y castigados.
No sabemos cómo se salvaron de la cárcel dictadores brutales como Fulgencio Batista, Somoza, Rafael Trujillo y tantos otros. Somoza y Trujillo fueron asesinados y los pueblos bailaron en las calles y Batista murió en España de causas naturales. Pero en la actualidad hay presos en Costa Rica, Argentina y Perú. Esos no se salvaron. El juez Baltasar Garzón anduvo tras los talones del dictador chileno Augusto Pinochet, estuvo tan cerca de que el dictador guardó cárcel domiciliaria en Londres hasta que el ministro británico del Interior, Jack Straw, autorizó su regreso a Chile, donde murió de causas naturales. De manera que algunos violadores de los derechos humanos, acusados de crímenes de lesa humanidad y de otros actos ilegales, están tras las rejas mientras otros se escaparon de la justicia y otros la enfrentan. En Honduras nunca se ha dado el caso de que un dictador o violador de las libertades fundamentales del hombre, haya sido enjuiciado y enviado a la cárcel. Aquí los crímenes y los atropellos permanecen impunes y eso nos llena de vergüenza. Esperamos que el presidente Lobo cumpla con lo prometido.
Enero 29, 2011
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