Honduras y su cólera contenida por Juan Moreno

A un año y medio del último y fatídico golpe de Estado, y a un año de ejercer el señor Porfirio Lobo sus funciones como presidente impuesto por los autores de aquel golpe, la sacudida emocional de tales hechos persiste en nuestra desventurada patria; es una cólera contenida y permanente la que Honduras experimenta en nuestros días; observamos una especie de tregua no declarada en términos generales por parte del FNRP, no así en la zona del Aguán, donde, aunque los campesinos se dispongan a su trabajo diario, las fuerzas represivas y asesinas, públicas y privadas, continúan sin dar un día de tregua a una población que lo único que reclama es su derecho a la tierra y al trabajo para mantener a sus familias. Como las consecuencias del mayor error (el golpe) cometido por la ultraderecha hondureña persisten, el estado de ánimo que se observa en los hondureños de a pie, es decir, la mayoría de los hondureños, es de cólera contenida y hasta de impotencia. En esta página de Fian Honduras hemos leído artículos de gran fuerza emotiva de gente que está allí adentro y sufre en carne propia una situación cuyo desenlace no se vislumbra a corto plazo. Por lo menos, así lo percibe el autor de estas líneas. El FNRP no detiene su accionar organizativo, es verdad, una fase necesaria en todo el proceso político general que debe culminar con la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente, proceso entorpecido por quienes ahora tienen secuestrados los tres poderes del Estado.

Por su parte, los personeros de este no reconocido gobierno, parecen sentirse como chancho en su lodazal: hacen de las suyas en el congreso, la CSJ y la administración central. La lluvia de mamarrachos legales salidos del congreso da la impresión de que los golpistas están celebrando la más grande de sus fiestas. Al grito de “¡ahora es cuando!” se reparten las migajas de un país ya esquilmado. Mientras tanto, en la CSJ cuentan con que Mel no vuelve. Eso dicen ellos, vamos a ver si es verdad que no vuelve. Volviendo la vista hacia el Ejecutivo, lo que la ciudadanía observa con asombro y alta dosis de jocosidad, son las ocurrencias de un “presidente” que parece no saber dónde está parado. Vea usted que se necesita no tener idea del verdadero dolor de cabeza que Honduras se trae para salir con “genialidades” como ésa de las ciudades “charter”, dizque para ¡por fin! lograr el pleno empleo y salir del subdesarrollo.

Con razón Honduras vive en un estado de cólera contenida. Pero cuidado, señoras y señores golpistas, que ese aparente silencio no os engañe, porque tanto va el cántaro al agua que ya sabemos los resultados. Me atrevo a asegurar que después del 27 de enero, las calles de las ciudades y pueblos hondureños vibrarán de nuevo con el pueblo reclamando de una vez por todas el retorno a la legitimidad, cuya ausencia es lo que tiene empantanado al país. Y para recuperar la legitimidad sólo hay un camino y es el ya señalado por la inmensa mayoría de los ciudadanos y ciudadanas: la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente de la cual surjan las bases para refundar el país. Señores y señoras golpistas, convénzanse, no hay otro camino más que el camino a la Constituyente originaria, popular y democrática como acertadamente lo ha dicho el Frente Nacional de Resistencia Popular. Agradecidos deberían estar los golpistas que este pueblo noble de Honduras se ha decidido a salir de este embrollo de manera pacífica a pesar de todos los sacrificios hasta ahora sufridos. Pero esa cólera contenida buscará los mecanismos no violentos más contundentes para liberar energías positivas en beneficio de la mayoría de los hondureños, es cuestión de tiempo nada más.