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martes, 2 de noviembre de 2010

Por sus obras los conoceréis [constituyente placebo] por Efrén Falcón

“Esa mañana, para romper con la tradición, Chemita Molotes, en vez de chuparse el dedo, amaneció metiéndoselo donde no debía”. Indalecio Tuna Trauber

El quinteto maravilla
Hay un grupo de políticos, militantes del Partido Nacional de Honduras, que intentando cambiar la tradición surgida de las últimas tres décadas, donde los gobiernos nacionalistas siempre han dado paso a un gobierno liberal, sin repetir nunca una victoria electoral en períodos consecutivos, hoy se encuentran sumergidos en oprobiosas e inocultables campañas políticas, cuya naturaleza va decididamente en contra del bien hacer que requiere cualquiera que ose ostentar un cargo de servidor público [concepto abyectamente deformado en nuestra idiosincrasia política].

La sopapeada que según el Tribunal Supremo Electoral recibió en las urnas el Partido Liberal el pasado 29 de noviembre, parece haber dejado dentro de las huestes cachurecas la sensación de que pueden romper la fuerte tendencia que no les ha permitido más que cuatro años consecutivos en el poder, desde que el Depto. de Estado decidió que los desgastados militares debían convocar a una Asamblea Nacional Constituyente y luego a elecciones generales, hace tres décadas.

A los políticos nacionalistas les recuerda la palabra “bledo” la realidad del país. Han olvidado las circunstancias que los llevaron al poder, aunque todos saben que si no es por el golpe de Estado, habría un liberal en el poder, y Elvin Santos Ordoñez, quien lideraba cómodamente todas las encuestas pre-“golpe”, hoy sería el Excelentísimo Señor Presidente de este paisito que Armando Humor de Negro llama "Corruptonia".

Por los siglos de los siglos
Una cantidad récord de diputados, y una presidencia soportada con una avalancha de votos [majadería que todavía repiten, conociendo perfectamente su falsedad], le cayeron como oro del cielo a los políticos nacionalistas. Y claro está, no los podemos culpar, porque ahora su mayor aspiración y plan de país --porque el Estado no se va a acabar, aunque siga en crisis "per saecula saeculorum"--, es el de mantenerse en el poder por todo el tiempo que no sea imposible.

Los chicos tocan la chibola, para salirle adelante a todo tipo de escenarios que puede arrojar en su momento la dinámica política de la crisis que atravesamos [que ellos viven tapando con el dedo meñique, cual magos de cuartería], los más célebres politicastros nacionalistas, elevados por sus adláteres y por sus patrocinadores al grado de presidenciables, se lanzaron en plena campaña proselitista en cuanto Pepe se salió de un estadio falto de calor popular, para hacer la gracia de escoltar a Mel hacia puerto aéreo de Toncontín.

Constituyente placebo
Cualquiera diría que hasta el mismo Porfirio Lobo está en la carrera, aunque quizá no lo esté, pero quién sabe. Todos los presidenciables “sigilosos” [ninguno lo admite abiertamente, fiel al cinismo vernáculo] saben que ninguno de ellos se acerca a la popularidad actual que arrastra Manuel Zelaya Rosales, quien no puede entrar en la carrera presidencial de acuerdo a la ley rota en junio de 2009, pero vigente, contra viento y marea. Por ello, cualquier pregón de "constituyente" que venga del sector de gobierno debe verse con un recelo enorme y con los ojos bien abiertos, porque todas las acciones de estos campeones de la democracia representativa hondureña [nombre exacto, porque la susodicha representa exclusivamente a grupos de poder, locales y externos, a nadie más] en realidad van encaminadas a su propio ascenso al poder, y ya de perdidos, como le gusta decir, socarronamente, a Dn. Indalecio Tuna Trauber. [alias Lencho], a que alguno de los preclaros azulitos suceda al Presidente que fue ungido por el “golpe”.

Los sigilosos bullangueros y el soberano
Estos mediáticos titanes del escenario político nacional, no aparecieron en la escena como caídos del cielo, todos tienen su currículo, y todos, de algún modo, gozan del visto bueno de nuestro querido "Uncle Sam", que es lo que importa. Estese atento querido lector, porque si la impunidad no fuera política de Estado [luz y fin de la democracia representativa nuestra], ninguno de ellos estaría tan enfurecido buscando proyectos millonarios, y promocionándose de noche y de día por los medios escritos, radiales, digitales y televisivos que Dios crió y que el diablo formó.

Póngase vivo, los cinco presidenciables sigilosos, agacharon la cabeza, dejaron el terno en su casa, y se arremangaron la camisa para trabajar incansablemente por las calamidades, las necesidades y los sueños del pueblo hondureño [es en los sueños, donde ellos ubican sus candidaturas presidenciales "destiempadas"]. Cada uno tiene su propio púlpito [you know, The City Hall,The Congress, The Presidential House, and two Secretaries of State], su barril sin fondo y su repertorio de "slogans" proselitistas. Cada uno tiene su agenda, cada uno tiene sus socios estratégicos. Todos aprendieron de su desvisado y neoliberal mentor, que realizar obras públicas es la mejor manera de vender imagen, y que entre la orgía de billetes que esa ardua y sacrificada labor supone, es mucho más simple, y no tan mal visto, rebuscarse de "subsidios" para cualquier cosa [vaya usted a ver la pútrida idiosincrasia que nos gastamos los catrachos].

Una cosa es segura, si la voluntad soberana del pueblo de Honduras se impusiera, ninguno de ellos, aunque alguno se presentase como la personificación de Jesucristo resucitado dos veces, inaugurase quinientas represas, pavimentase hasta el último camino vecinal del país, o abriese mil hospitales, sería presidente de Honduras. Pero como el que tiene el sartén agarrado de donde hay que agarrarlo, es el que fríe los huevos, y a veces el pueblo hondureño da la impresión de estar macanudo, porque sigue aguantando todo estoicamente, todo puede pasar en estás insondables y trágicas honduras. «La sabiduría popular que acuñó la frase, “en río revuelto, ganancia de pescadores”, seguramente nunca imaginó que habría un país donde el río estaría perennemente revuelto». Amén.

DIARIO TIEMPO

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