Los que tiemblan de terror ante las manifestaciones públicas de maestros, estudiantes y trabajadores, son los ricos (llámese empresarios). Esto nos recuerda el pasaje bíblico del evangelio de San Lucas, cuando se refería al “rico-tonto” que se preocupaba por construir graneros gigantes para atesorar el grano cultivado que lo haría feliz toda la vida, sin saber que Dios le tenía reservada la muerte, ese mismo día, de su última cosecha; que lo imposibilitaba a disfrutar de su riqueza; que serviría para otros.
Este pasaje cristiano coincide con la actitud de la actitud de los empresarios ricos de Honduras. En el caso nuestro no solo existe “un rico-tonto” sino que muchos, pues solo piensan en la ganancia y atesoramiento, sin importarles los intereses de los trabajadores que les generan sus riquezas.
El capitalismo salvaje y voraz del que hablaba el Papa desde hace mucho tiempo, mantiene entrampado al país por la actitud unilateral de solo obtener sus ganancias a como dé lugar, sin pensar que somos un pequeño país con atrasos seculares con 8 millones de personas de las cuales la mayoría vive en situación indigente y de extrema pobreza.
Por tales condiciones, es que desde hace muchos años, el proletariado hondureño plantea la necesidad de salarios que se nivelen con la inflación y carestía de la vida y el salario mínimo con el que el trabajador pueda tan siquiera subsistir.
La medida inconsulta de los golpistas de liquidar la ley aprobada por Mel Zelaya sobre el salario mínimo, tiene al gobierno actual en una encrucijada, pues no logran ponerse de acuerdo los empresarios con los trabajadores, porque la cantidad mínima que desean los primeros es muy poca y no satisface a los obreros que consideran que deben estar arriba de los Lps.5,500.00.
El dialogo trabajadores, empresarios y gobierno, es débil, sin consistencia, pues no se han podido poner de acuerdo, lo que motivo al movimiento sindical plantear, para lograr sus objetivos, la huelga general, que la consideramos nada mas como una amenaza para presionar al gobierno y empresarios a definirse de una vez por todas, para lograr la tranquilidad y la convivencia pacífica en el territorio nacional.
A nuestro juicio, plantear una huelga general por solo un problema económico, es incorrecto y todavía más si es pura y sencillamente una simple amenaza para atemorizar al gobierno.
Las huelgas generales que paralizan un país, ocurren cuando existen problemas insolubles en los aspectos políticos, ideológicos, económicos y sociales.
Ocurren cuando no existe salida o solución de los problemas apuntados, no es invento ni deseo de nadie en particular, no es una simple expresión para presionar o atemorizar, es un movimiento nacional bien meditado, organizado y con grandes propósitos, a tal grado que pueden desestabilizar el poder gubernamental, derrotarlo y elegir otro que pueda resolver la crisis o causas que produjeron la protesta o reclamo de los trabajadores y el pueblo.
En la huelga general, se unen todos los sindicatos, federaciones, gremios y pueblo en general para cambiar el rumbo equivocado de una administración.
Por otra parte, los dirigentes sindicales deben tener la madurez, de agotar todas las instancias que señala el Código de Trabajo, para llegar al paro general. Naturalmente que en la negociación participan los empresarios que mantienen argumentos muy rígidos con los cuales es imposible estar de acuerdo, porque solo los beneficia a ellos.
La situación que vive Honduras está llegando al estallido y en este caso la huelga general puede interpretarse como que los de arriba ya no pueden seguir gobernando como antes y los de abajo ya no pueden vivir de la misma manera del pasado y se impone el cambio revolucionario.
Naturalmente, que en Honduras esta no es la situación, porque los de arriba, aunque han perdido fuerza y argumento, cuentan con el ejército y policía cada vez más represivos contra los trabajadores que todavía no están bien organizados y sus posiciones ideológicas no son unitarias por lo que los enemigos del pueblo aprovechan la ignorancia e indiferencia de un sector de la población que los apoya, debido al engaño del que son objeto.
Pero la verdad de lo que ocurre, es que la burguesía o empresarios han perdido terreno porque su política de clase es sectaria, dogmatica y el poder lo utilizan únicamente, para esquilmar al trabajador y a las mayorías populares, olvidándose de sus reivindicaciones y necesidad de tener buenos salarios para subsistir en una vida decorosa.
Ante el empuje y reclamos del pueblo, consideran que en las masas populares ya privan las concepciones marxistas leninistas y que las manifestaciones, protestas, reclamos de los maestros, sindicatos y frentes estudiantiles, son de carácter izquierdista y que por tal razón, hay que reprimir con fuerza y salvajismo al movimiento magisterial que está en huelga permanente porque les asiste la razón.
El gobierno ha dado largas al dialogo para cansar a los educadores, pero estos han respondido con la toma de calles en la Capital y Choloma donde en respuesta recibieron gases lacrimógenos y toletazos en los que salieron muchos maestros golpeados de gravedad.
El terror se ha apoderado de la mente de los empresarios, que a través de su gobierno, exige e impulsa a los cuerpos coercitivos para que utilicen la fuerza bruta, mostrándose ante el mundo como un régimen fascista donde impera la fuerza arbitraria y no la razón, las medidas dictatoriales y no las democráticas.
El fantasma del comunismo es la “cócora” del gobierno nacionalista, con su ejército, policía, empresa privada y el Partido Nacional en el cual militan. Por eso han orquestado la represión asesina que la ejecutan policías ignorantes, psicópatas y con taras mentales de personas aberradas, desde sus jefes Oscar Álvarez, Armando Calidonio que están ensoberbecidos por tener la fuerza de las armas en este gobierno. Han expresado que seguirán reprimiendo, pero están equivocados, al creer que los maestros se doblegaran, por el contrario, la sangre continuara corriendo en las calles de Tegucigalpa, Choloma y San Pedro Sula.
Calidonio no debe sorprenderse de que el país se ha convertido en un potrero, gracias a las acciones represivas ordenadas por los que violan la Constitución. El Ministerio Publico debe enjuiciar a la policía por violar los derechos de manifestación y protesta del pueblo.
Cambien de actitud, respeten al pueblo, porque la represión si ayudara a que el fantasma comunista recorra Honduras.
e-mail: eduardodavidardon@hotmail.com
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