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jueves, 28 de octubre de 2010

Existe una gran fragilidad y un Estado muy privatizado



La fragilidad del Estado, la polarización social, la vulnerabilidad física y social, así como la corrupción y la debilidad en la administración pública, son algunas de las preocupaciones con las que viajará, como si fuera equipaje, el embajador de España, Ignacio Rupérez Rubio.


Rupérez Rubio, quien abandona el país el 30 de este mes, asumió la embajada en Honduras en julio de 2008 y le tocó presenciar los albores del golpe de Estado, el derrocamiento del expresidente Manuel Zelaya Rosales y los efectos posteriores.


El diplomático, un hombre amable, de piel blanca, delgado, de aproximadamente 1. 68 de estatura, accedió con mucha cortesía a ofrecer una entrevista a TIEMPO antes de partir a Madrid.


“Tomen asiento, tengan confianza porque están como en su casa”, dijo Rupérez a los enviados de TIEMPO en su ingreso a su residencia, ubicada en la colonia Matamoros de la capital. Enseguida contestó la entrevista.


¿Qué le ha gustado de Honduras?
Casi todo, la gente, el carácter, la afabilidad, la cordialidad, la voluntad de trabajar con nosotros, no es un país perfecto, pero me voy satisfecho y lo que no me gusta es la inseguridad.


¿Su mejor momento en Honduras?
Fue cuando pude volver después de pasar mis siete meses fuera, una vez que el presidente (Porfirio) Lobo tomó posesión de su cargo. Me pareció que comenzaba una etapa esperanzadora para Honduras.


¿Su peor momento en Honduras?
El 28 de junio (2009), cuando ocurrió aquello (golpe de Estado) que tuvo que retirar los embajadores, me vi obligado a cumplir las instrucciones de mi gobierno, ese fue un momento amargo.


¿Qué significa haber pasado un golpe de Estado en Honduras?
No es mi única experiencia porque otros países han tenido esos problemas, los hemos tenido en España, creo que es una experiencia que pone a prueba quién es quién, cómo es cada persona y pone a prueba sus resortes cívicos y democráticos, no se puede justificar un golpe de Estado, porque la factura que paga el país es costosísima.


¿Hubo realmente suspensión de fondos de España a Honduras durante el golpe?
Efectivamente se cortó la ayuda, también la Unión Europea, pero afortunadamente se ha restablecido casi en su totalidad.


¿Qué puede comentar de la gestión del presidente Porfirio Lobo Sosa?
Yo estoy esperanzado de la gestión de Pepe, creo que es un hombre de buena voluntad, está abriendo caminos al diálogo político, de la reconciliación nacional, de mejor protección de los derechos humanos, lo que nos preocupa es la polarización que existe en este país, nos preocupa la fragilidad del Estado, la debilidad de la administración.


¿Percibe fragilidad institucional?
Una gran fragilidad que se refleja en un Estado muy privatizado, donde los grupos y las personas importantes influyentes ejercen una influencia excesiva, es un Estado que no está apoyado en una administración profesional, eficiente y sólida y es un Estado que con precariedad se puede ocupar de los problemas más importantes del país como la pobreza, analfabetismo, derechos humanos, mujer maltratada, empresarios que están siendo indebidamente satanizados, los agricultores que no tienen tierra y la pésima calidad de la infraestructura.


¿Qué opina de la justicia hondureña?
Nos ha preocupado, hemos tratado en una de las facetas de la cooperación española, ha sido contribuir a la profesionalización de la justicia.



¿Qué haría para solucionar el problema de la corrupción en Honduras?
Es un grave problema que desmoraliza a la gente, no sólo es propia de Honduras, es un problema que entorpece la acción del Estado, que produce obras de mala calidad.



¿El problema de la inseguridad, cómo lo ve?
Ese es un tema muy perjudicial, yo en Madrid (España) no tengo coche, siempre camino, tomo el metro y recorro la ciudad a pie, si hay algo que he echado de menos aquí es eso.



¿Qué hubiera querido hacer el embajador que no pudo?
Habría querido que me donaran o vendiera un solar contiguo al Centro Cultural Español del barrio Palmira para una biblioteca, pero con la propietaria no hemos llegado a un entendimiento.

SUS TRECE PREOCUPACIONES
1-Corrupción.
2-Vulnerabilidad física.
3-Vulnerabilidad social.
4-Fragilidad del Estado.
5-Polarización social.
6-Mucho radicalismo de la derecha e izquierda.
7-La pobreza.
8-Las mujeres.
9-Las armas.
10-Alcoholismo.
11-Narcotráfico.
13-Inseguridad.


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