Navega dentro del Blog en sus secciones

Cargando...

miércoles, 13 de octubre de 2010

¿Ex presidente? por Billy Peña

Existen una palabra y un prefijo en nuestro idioma que nunca han sido de mi agrado. La palabra “casi” me parece melancólica y absurda a la vez. Casi se salva, casi ganamos, casi llegamos…pero no se salvó, no ganamos, ni llegamos. El vocablo “casi” es vacío, a mí no me dice absolutamente nada. Igual sucede con el prefijo “ex”, tan usado en español para dar a entender que fue. Se habla del ex presidente, del ex convicto, del ex marido o del ex profesor. Es un prefijo tajante. Al decir ex presidente entendemos que ya no existe, que fue, que existió y desapareció.


Es un error. Por ejemplo, en los Estados Unidos a los hombres que han ocupado la presidencia se los sigue llamando “presidentes”, estén vivos o muertos. Al dirigirse a ellos sucede lo mismo. Se habla del presidente Bill Clinton, del presidente Jimmy Carter, de los presidentes George H. W. Bush y George W. Bush. Igual sucede con los mandatarios fallecidos. Se habla y se escribe del presidente Abraham Lincoln y del presidente Ronald Reagan. En cualquier entrevista, el entrevistador se dirigirá a Bill Clinton como presidente Clinton. Barack Obama siempre será el presidente Obama, aún cuando haya abandonado la Casa Blanca. Sólo nosotros eliminamos la figura presidencial y de muchas otras personas al clavarles el prefijo “ex”…me parece inaceptable, pero es nuestra costumbre…una aberración semántica.

Disfruté mucho el artículo del escritor y novelista Roberto Quesada titulado “Si yo fuera ex presidente” (TIEMPO, lunes 11 de octubre, página 22). Es un artículo breve, pero repleto de verdades y es prueba de que Quesada dice más cuando escribe menos. En el artículo al que me refiero el novelista deja entrever su amor por Honduras, por el pueblo y por las instituciones del país, además de su rechazo al atropello de la Constitución. En un artículo breve, pero grandemente elocuente, Quesada se nos ha dejado venir como un patriota.

Lo envidio mucho porque yo no cargo con ese patriotismo pero sí con el respeto a la legalidad y con el deseo de superación y bienestar del pueblo. Escribe Quesada citando al poeta José Adán Castelar: “El hambre no tiene ley, sino hambre”. Eva Perón decía algo similar: “El hambre es urgente, la pobreza no espera”. Quesada escribe algo muy sentido y muy cierto al decir: “Si yo fuera ex presidente evitaría excederme en señalar los errores de otros presidentes, pues podrían aplicarme el dicho de que hay quien ve la miga en el ojo ajeno, pero no ve la viga que tiene en el propio”. Muy cierto.

Tenemos por costumbre despedazar a los demás acusándoles de todo sin ver que nosotros estamos jorobados por fallas y desatinos…pero no queremos verlos. Nos creemos perfectos y dueños absolutos de la verdad. Sólo nosotros pensamos, sólo nosotros razonamos, y sólo nosotros llevamos el amor a Honduras en el corazón…los demás son imbéciles, pero no es así.

Cada quien tiene derecho a pensar como quiera y puede hacerlo sin ofender a otros. Y sigue Quesada escribiendo la pura verdad: “Si yo fuera ex presidente, evitaría me confundieran con un ex del sur, y bajo ninguna circunstancia promovería ni apoyaría un golpe de Estado ni en mi país ni en ningún otro. Conocedor de la historia sabría que los golpes de Estado sólo acarrean muerte y miseria”. Es la verdad, aunque las palabras les quemen el alma a los conservadores, a los poderosos y a los oligarcas. Cuando se derrocó al presidente Manuel Zelaya Rosales el canciller brasileño dijo que un golpe de Estado es algo muy grave.

Dijo la verdad. Un golpe de Estado es fatídico. Los hondureños estamos empezando a sentir las consecuencias del golpe de Estado que derrocó al presidente Zelaya Rosales. Se dice que se está combatiendo la pobreza, pero las tarifas de energía eléctrica se han incrementado. En el mercado un tomate está costando diez lempiras. Es algo insólito. Los pobres no comen. No es incrementando los precios de todo que se combate la pobreza.

Vamos a volver al prefijo “ex”. Muchos son los que hablan del ex presidente Manuel Zelaya Rosales, pero viéndolo desde un punto de vista teórico y especulativo, nos damos cuenta de dos cosas importantísimas. La primera es que al ser derrocado, Zelaya Rosales aún ejercía el poder presidencial y, en segundo lugar, Porfirio Lobo Sosa no recibió la banda presidencial del presidente constitucional de Honduras sino de un gobernante de facto. Parece que toda la circunstancia le resta legalidad al asunto. Visto teóricamente, Manuel Zelaya Rosales sigue siendo el presidente constitucional de Honduras pues lo era al ser derrocado y no fue él quien entregó su mandato…se lo arrebataron. La pregunta es obligada, ¿es Porfirio Lobo el auténtico presidente de Honduras o sigue siéndolo Zelaya Rosales? Repito, Zelaya Rosales no entregó la banda presidencial a Lobo Sosa frente a la asamblea de notables y distinguidos invitados en enero de este año. Entonces, me parece, que el presidente Constitucional de la República de Honduras sigue siendo, teóricamente, Manuel Zelaya. No es ex presidente, sino presidente. De ser así, ¿qué papel juega Porfirio Lobo? Esta ambigüedad jurídica y política me confunde.

Octubre 13, 2010.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos sus comentarios sobre cada publicacion en el blog