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viernes, 8 de octubre de 2010

El presidente Pepe Lobo y el Frente Nacional de Resistencia Popular por Luis Zavala

Cuando el presidente Pepe Lobo se mueve, hay que verlo con mucha atención por el hecho de contar con el apellido Lobo y además actuar como un verdadero “Lobo”. Este hombre ha demostrado a través de sus actuaciones que es una fiera completa y cuando la gran mayoría creíamos que el resultado de una contienda no lo beneficiaba, él sale ganando los resultados. Algo increíble pero cierto. En las contienda con Miguel Pastor, logró desbaratarlo ¿cómo? Sólo él y sus colaboradores cercanos lo saben. Las encuestas y el ambiente electoral no lo favorecían pero salió ganando. Desde antes se ha venido comiendo el mandado de los cachurecos cuando en la crisis de los nacionalistas apareció como el gran conciliador y presidente del Partido Nacional. Desde entonces Pepe Lobo ha demostrado que “se las sabe todas y las que no, las anda apuntadas”. Con la invitación que el presidente Lobo le ha lanzado a la resistencia popular, nos preguntamos qué será lo que busca este hombre tan astuto. Por cierto, por el apellido Lobo viene a la mente el cuento de Caperucita donde se disfraza para que no le reconocieran su verdadera identidad. A propósito de esto, quiero refrescar con el cuento tradicional de Caperucita: “Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja. Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo. Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas... De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella. - ¿A dónde vas, niña?- le preguntó el lobo con su voz ronca. - A casa de mi abuelita- le dijo Caperucita.- No está lejos- pensó el lobo para sí, dándose media vuelta. Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido -pensó-, no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles. Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo. El lobo devoró a la abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida, toda contenta. La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada. Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes! - Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.- Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!- Son para... ¡comerte mejoooor!- y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita. Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la abuelita. Pidió ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba. El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. La abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas! Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogó…”. La invitación de Pepe Lobo, de entrada viola el debido proceso porque debió ser enviada al coordinador nacional de la Resistencia Popular que se llama Manuel Zelaya Rosales y se la envió al que no es el coordinador. En ese caso, no procede la formalidad y es una especie de trampa como la que hizo el lobo al identificarse como la abuelita. Es probable que al famoso Lobo le pase lo del cuento de Caperucita con el Lobo cubano. Cuando la vio venir en el bosque dijo con voz ronca: “¿Oye Caperucita para dónde tú vas tan bonita con esa canastita?”. Y Caperucita con su voz de niña le dijo: “Voy al río a lavarme el culito”, entonces dijo el Lobo cubano: “Coño chico, cómo ha cambiado la versión del cuento”. Pues sí, hay que cambiar la versión del cuento, los paradigmas a que nos tienen acostumbrados y entender que si es importante hablar con el presidente, también es importante que respeten el debido proceso. ¿Será Mel Zelaya el que hará el papel de cazador para rescatar a la Caperucita (resistencia) del estómago del Lobo?… continuará

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