Atropellados por Billy Peña

He leído con cierto interés la carta que treinta legisladores estadounidenses enviaron al presidente Barack Obama y a la señora Hillary Clinton, secretaria de Estado de los Estados Unidos. Me sorprende que treinta legisladores que sirven en la Cámara Baja del Congreso bicameral de los Estados Unidos, se preocupen sobremanera por el atropello, en Honduras, de los derechos humanos inmediatamente después de que se le dio el golpe de Estado al presidente Manuel Zelaya Rosales y, tal como lo expresa la curiosa misiva, el atropello ha seguido siendo presidente el señor Porfirio Lobo. Me sorprendió la quejumbrosa carta de los legisladores estadounidenses porque en nuestro país nunca se han respetado los derechos humanos.

La Declaración Universal de Derechos Humanos fue adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) el 10 de diciembre de 1948. El documento está compuesto por gran número de artículos y fue firmado por los países miembros de la ONU. Honduras es país signatario de la Declaración. Es irónico porque nuestro país había estado gobernado por un dictador por 17 años y los dictadores no respetan los derechos humanos, creo que ni siquiera los conocen.

La masacre de San Pedro Sula en julio de 1944, siendo Tiburcio Carías el dictador y Juan Manuel Gálvez el ministro de Guerra, significó la muerte de muchos ciudadanos pertenecientes al Partido Liberal… se ignoraba lo que eran los derechos humanos ya que la Declaración adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas no se daría a conocer hasta cuatro años más tarde, sin embargo, en Honduras no existía en 1944—ni existe ahora—el respeto a la vida y a la seguridad.

Nuestra historia ha sido accidentada y turbulenta y nuestra soberanía ha sido pisoteada una y otra vez. Nuestro territorio fue ocupado por los marines estadounidenses, por tropas enviadas por el gobierno que rectoró el presidente Ronald Reagan, y durante muchos años el poder estuvo en manos de la empresa bananera United Fruit Company… los presidentes de la empresa bananera tenían más poder que los gobernantes hondureños y los gringos no tomaban en cuenta a los diputados. El magnate bananero Samuel Zemurray llegó a decir que una mula de Missouri valía más que un diputado hondureño… nunca he sabido si reír o llorar al escuchar lo que dijo Zemurray, accionista mayoritario de la United Fruit Company.

La empresa no respetó los derechos humanos de sus trabajadores y obreros, tuvo que estallar la Gran Huelga de 1954, que paralizó totalmente a la enorme empresa, para que los trabajadores empezaran a adquirir sus derechos. El Código de Trabajo que garantiza los derechos de todos los trabajadores de Honduras, resultó debido a la Gran Huelga.

Lamentablemente, muchos hondureños no han leído el Código de Trabajo, la indiferencia me parece sorprendente y aquellos que han estudiado y analizado el documento, aquellos que conocen sus derechos y los reclaman, son considerados revoltosos. Durante la Gran Huelga hubo muertos y al menos una masacre. Por órdenes del comandante Eduardo “Guayo” Galeano, un monstruo que cuidaba de los intereses de la empresa bananera, masacró a un grupo de huelguistas hambrientos que recogía mazorcas de maíz en una milpa limeña propiedad de la empresa.

Y uno de los líderes de la huelga, el Prof. Manuel de Jesús Valencia, fue emboscado por soldados en una finca cercana a La Lima… otro mártir de nuestra historia. ¿Quieren escuchar más? Porque podría relatarles más acontecimientos brutales de aquella época. Todo aquel que simpatizaba con los huelguistas era considerado comunista.

Honduras cambió después de la huelga que tuvo proyección internacional, así como el golpe de Estado que se le dio al presidente Manuel Zelaya. Se conoció y se rechazó en todo el mundo y, nuevamente, Honduras cambió. No estamos viviendo en la misma Honduras que conocimos antes del golpe de Estado… esa Honduras desapareció para siempre, sin embargo, los derechos humanos nunca se han respetado en el país, ni antes ni después del 10 de diciembre de 1948, fecha en que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptara y proclamara la Declaración Universal de Derechos Humanos. Se dieron instrucciones en 1948 que la Declaración debería de exhibirse en escuelas, colegios y en todo lugar público… nunca la he visto en ningún sitio, ni público ni privado.

Los derechos humanos se han atropellado impunemente en todos los países de la América Latina y en varios países de Europa. La persecución de gitanos en España es una violación a los derechos humanos, así como fueron las atrocidades cometidas por Pinochet en Chile. El gobierno de los Estados Unidos ha estado implicado en varios golpes de Estado en muchos países de la América Latina, de manera que ahora me parece extraño que treinta legisladores estadounidenses se dirijan al presidente Obama y a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para relatarles la situación de Honduras. Ellos la conocen perfectamente bien

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