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jueves, 21 de octubre de 2010

Al oído del Ex presidente Mel Zelaya por Eduardo David Ardón

El presidente Lobo Sosa y su gobierno, como que se han olvidado del regreso de Honduras a la OEA. El problema de magisterial, la amenaza de las centrales obreras con paralizar al país, la masacre de inmigrantes hondureños en Tamaulipas, México, las lluvias e inundaciones que han resquebrajado a la capital y otros lugares del país y en el peor de los casos, un cambio radical de la táctica del poder factico que mantiene la hegemonía, podrían ser la causa para el olvido de las conclusiones a que llegaron el Presidente Hondureño y el Secretario General de la OEA en el mes de Julio.

Desde aquel momento, opinamos que el retorno del Ex presidente Zelaya, era uno de los puntos más complicados, a pesar de las seguridades ofrecidas a este por el Presidente Lobo Sosa, en el sentido de que no sería perseguido políticamente y se le daría el trato que corresponde a un Ex presidente.

No tenemos confianza en los tratos de palabras si de por medio existe un marco de inseguridad jurídica. La practica demostró que teníamos razón, al observar el viraje que dio el gobierno nacionalista, al reprimir en tres oportunidades a los maestros a pesar de que existía un dialogo con el mandatario. Con esta actitud y conducta fascista y dictatorial, no se puede confiar, además de que el TSC continua presentando delitos dizque cometidos por Manuel Zelaya Rosales.

Han cambiado de táctica, ahora ya no es la Corte ni la Fiscalía la que arma y dirige las acusaciones, pero, esta, no cambia en nada la realidad, porque siempre es sobre el gobierno en que recae toda la responsabilidad.

Este gobierno nacionalista dice una cosa y hace otra. En la práctica, y por sus medidas represivas, es continuación del régimen de facto de Micheletti y Romeo Vásquez, que son continuadores del drama de la década de los 80’s y de los asesinatos extrajudiciales de Gustavo Álvarez Martínez.

Por si esto fuera poco, los autores materiales e intelectuales del golpe, continúan ocupando cargos en la presente administración, lo que significa que el golpismo se ha entronizado en nuestra patria como una especie de modelo para aplicar esta fórmula en todos los países de América Latina que se atrevan a atentar contra la sacrosanta propiedad privada de las burguesías latinoamericanas.

¿Qué se puede esperar de un régimen que echo por tierra las medidas progresistas de Mel Zelaya? Pues el regreso a las catacumbas y a los gobiernos despóticos.
El tiempo pasa y las medidas y acciones dilatorias continúan para detener el regreso del líder del poder Ciudadano. Este impase reaccionario debe pararse urgentemente si queremos establecer los cambios que el país necesita.

Pasaron más de siete meses del exilio de Mel Zelaya en República Dominicana. En el exterior, el Ex presidente desempeña un papel muy importante porque tiene la oportunidad de informar de nuestra situación a todos los gobiernos del mundo, pero, paralelamente, es necesario su regreso a Honduras para que coordine cabalmente al FNRP y aportar su esfuerzo decisivo en el logro de la unidad del Partido Liberal.
La Resistencia Popular y el Partido Liberal, son las dos organizaciones de masas que urgen la presencia de Mel Zelaya porque es el portaestandarte para que ambas organizaciones puedan lograr su unidad interna y presentar una oposición al gobierno represivo de Pepe Lobo.

Esperar pacientemente, a que la reacción hondureña accede al regreso del Ex presidente, es una posición errónea, parecida o igual, a la de haber aceptado el acuerdo de San José, con las ideas de Hilary Clinton, de darle largas al asunto, para consolidar al golpe y a los golpistas y, realizar, las elecciones de Noviembre que diera el resultado de un nuevo gobierno que albergara, en su seno, a los autores intelectuales y materiales de la asonada y los protegiera de la vindicta pública y de ser juzgados y encarcelados por sus crímenes.

La Resistencia Nacional, con su mayoría liberal, tienen la opción de buscar, crear y establecer nuevas formas, para el regreso de Mel, porque de lo contrario, se perderá la coyuntura, se debilitara el movimiento popular, por la falta de unidad interna, por el embate represivo y por los cambio de táctica del enemigo de clase coludido con el imperio norteamericano.
Pensemos en una defensa jurídica con los mejores penalistas del país, para echar por tierra los infundios de la Corte, Fiscalía y Tribunal Superior de Cuentas. Paralelamente, organizar una autodefensa que este en la capacidad de garantizar la vida y seguridad personal del Coordinador Nacional del FNRP. Presionar al gobierno, con todas las organizaciones del país de obreros, campesinos y estudiantes, exigiendo la amnistía política, el informe de la Comisión de la Verdad y establecer de nuevo el contacto con la OEA, para terminar de una vez por todas con esta situación anormal. Pero, no permitir mas, la táctica de la empresa privada con su gobierno, de darle más tiempo al regreso de Mel, porque con ello, se desarma el proyecto y propósito de la Resistencia Nacional y la reacción logra su propósito.

Mel Zelaya, con las ideas del Liberalismo Social con el rumbo hacia el socialismo del siglo XXI, puede insuflarle vida al PL no comprometido con el golpe. El liberalismo del Poder Ciudadano esta con la Resistencia en las calles, en apoyo del magisterio y los sindicatos que están luchando porque se les apruebe un salario mínimo congruente con sus necesidades diarias.
Es de vital importancia defenestrar a la cúpula liberal actual porque ya está muerta, pero eso solo lo lograra la militancia de base adelantando las elecciones internas para elegir un nuevo Central Ejecutivo.
La Resistencia pacifica y no pacifica, son formas de lucha que cambian según las condiciones del momento, y cuando la correlación de fuerzas políticas es favorable a la oposición. El pacifismo por sí solo y como estrategia jamás llego al poder en ninguna parte, pero naturalmente, hay que aplicarlo cuando la realidad lo exige e impone. Llegaran momentos en que la lucha pacífica se transforma en no pacifica, o por medios violentos, de acuerdo a la respuesta del enemigo de clase y a las fuerzas que tienen el poder y las armas. Nadie debe claudicar cuando se pase de las acciones pacificas a las no pacificas. En todo caso, quien impone la forma es la actitud represiva de la policía y el ejército al servicio de la empresa privada y su gobierno.
El proceso revolucionario y la democracia se defienden en las calles, con las protestas populares, se defiende también proponiendo un nuevo modelo de organización política y social al caduco Sistema Neoliberal. Es necesario, en esta lucha, concretar la Asamblea Nacional Constituyente y la redacción de una nueva Constitución, con lo que formaremos un país independiente de cualquier fuerza extraña. Para todo esto, necesitamos a Mel en Honduras para que guie al pueblo.





e-mail: eduardodavidardon@hotmail.com



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