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jueves, 14 de enero de 2010

El Frente de Resistencia y su objetivo: el Poder de la Nación

La única alternativa de cambio real en Honduras pasa porque el pueblo tome el poder. El pueblo ha dado muestras de que interpreta a cabalidad que ha llegado su momentum, el liderazgo debe estar a la altura de su pueblo. Las caras visibles de la Resistencia deben auto reconocerse como líderes, aceptar el envite que el contexto pone sobre la mesa y comenzar a mostrarle a la masa el norte hacia el cual todos debemos empujar. Manuel Díaz-Galeas*

Los chamanes de la derecha criolla que pululan en la gran prensa en plan de “analistas” la daban por muerta, “es cosa del pasado” decían en su afán empedernido por desconocer la realidad. Contrario a eso, la Resistencia popular hondureña se encuentra más viva que nunca, fuerte y movilizada, decidida a disputarle políticamente el poder de la nación a la oligarquía corrupta y vende patria que el 28 de junio desesperada, sin saberlo, aceleró la llegada de los cambios.

En una clara demostración de músculo, vigencia y beligerancia, el Frente de Resistencia marchó la semana anterior con la convicción de que la lucha planteada por la oligarquía forma parte de un proceso de liberación y construcción de Patria en la que ningún ciudadano debe evadir la responsabilidad de la batalla cívica. En junio pasado el fascismo criollo en alianza con intereses foráneos cuya figura más prominente es el embajador Hugo Llorens, enviaron un mensaje claro y contundente, el poder lo tienen ellos y para mantenerlo son capaces de arrasar con cualquier pantomima de democracia que se haya inventado para garantizarse el saqueo y el expolio de las riquezas de la nación. Al pueblo las migajas y si no le parece… sangre y fuego.

OLIGARQUÍA SERÁ DERROTADA

Es un axioma que la oligarquía no va a permitir jamás el surgimiento de una Honduras justa y equitativa, precisamente porque su poder se ha consolidado sobre la base de la injusticia, la inequidad y el hambre de millones de compatriotas. Es urgente entonces que el pueblo finalmente y sin intermediarios acceda al poder de la nación para transformar la Patria y efectuar por sí mismo los cambios que Honduras requiere y que con los títeres oligárquicos en el gobierno se observan más lejanos que la llegada de las calendas griegas.

Ante el poder de la oligarquía, el pueblo debe organizarse y el liderazgo asumir sin complejos el desafío que plantea el momento histórico.

La organización como fuente de poder es clave para que el pueblo tenga posibilidades reales de alterar el orden establecido. La organización y la unidad de todo el pueblo es un imperativo para cambiar el status quo. En tal sentido, la construcción de un instrumento político en el que converjan todas las fuerzas y facciones que confluyen en el Frente de Resistencia es una necesidad, más allá de que ante la diversidad de intereses e identidades facciosos, el consenso se vea inalcanzable, la coyuntura histórica exige madurez, compromiso patriótico, responsabilidad y audacia para lograr sobreponer la causa de la Patria y del pueblo que nos eleva a lo eterno, frente a lo personal y lo faccioso que nos reduce a lo efímero.

¡EL PUEBLO AL PODER!

Independientemente de cuál sea el instrumento político que nazca de la presente coyuntura, ya sea un Frente Amplio de fuerzas progresistas, un nuevo partido político o una alianza de partidos; el objetivo para la militancia y el liderazgo debe ser claro, incontrastable e innegociable: enfrentar políticamente a la oligarquía y a sus vasallos, disputarles el poder de la nación contrarrestando en primera instancia el despojo y el latrocinio del patrimonio público para posteriormente en el corto o mediano plazo acceder al poder para rescatar Honduras de la infamia en que la tienen sumergida, para desde el poder transformarla.

La única alternativa de cambio real en Honduras pasa porque el pueblo tome el poder. El pueblo ha dado muestras de que interpreta a cabalidad que ha llegado su momentum, el liderazgo debe estar a la altura de su pueblo. Las caras visibles de la Resistencia deben auto reconocerse como líderes, aceptar el envite que el contexto pone sobre la mesa y comenzar a mostrarle a la masa el norte hacia el cual todos debemos empujar. Orientar, dirigir y guiar al pueblo hacia su triunfo histórico; tomar decisiones, gestionar el reto y enfrentar los riesgos que la política trae consigo. La Resistencia es hoy la única oposición política al bipartidismo oligárquico en Honduras, en consecuencia, el liderazgo y el pueblo deben asimilarse como lo que son y asumir el rol que corresponde. Debe trasladarse al pueblo un discurso acorde a los tiempos de cambios que vivimos, un discurso que tenga su origen y se nutra permanentemente de las ideas de Morazán, Ramón Rosa y los grandes próceres de la nación, un discurso nacionalista, soberanista y latinoamericanista.

RESCATAREMOS NUESTRA RIQUEZA

Un discurso coherente con un programa político enfocado en la toma del poder para rescatar las empresas estratégicas del Estado con el fin de volverlas eficientes y ponerlas al servicio del desarrollo del pueblo, un programa político que asegure la defensa irrestricta del patrimonio nacional junto a las inmensas riquezas naturales y energéticas con las que el país cuenta, un programa político que ponga la economía y la política al servicio del hombre y del colectivo, que cambie este enfoque perverso que vuelve al ser humano en mercancía al servicio de una oligarquía explotadora y asesina.

En tanto la clase dominante se despierta con Hugo Chávez y con Manuel Zelaya en sus noches de pesadillas, personalizando en dos individuos la complejidad de un gravísimo problema social, demostrando el pensamiento primitivo que le caracteriza a ella y a sus “grandes pensadores” y con ello poniendo en evidencia su incapacidad para entender el problema de Honduras y por tanto, para resolverlo; la Resistencia y sus líderes deben redoblar el paso para convertirse en la respuesta que debe ser. No hay manera de obviar el peso que el momento histórico ha puesto sobre las espaldas de los líderes, siendo realistas, si el actual liderazgo no asume el ejercicio de la acción histórica que le corresponde, el mismo proceso que comenzó a rodar desde junio pasado, irá relegando a todos aquellos que por temor o ausencia de sentido de la historia no den el paso al frente tal y como se les reclama. Se trata de ser o no ser, son horas de definiciones

HONDUREÑOS POR LA DEMOCRACIA

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