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jueves, 24 de diciembre de 2009

Zelaya: Navidad en la embajada

Si no se produce una sorpresa de último minuto, el presidente depuesto de Honduras, José Manuel Zelaya, pasará estas navidades en la sede de la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde ya lleva más de tres meses de haberse refugiado.

Más tiempo aún ha transcurrido desde que el mandatario fuera removido por la fuerza del poder, el 28 de junio pasado, en lo que la prensa internacional entonces describió como el primer golpe de estado del siglo XXI en la región.

Ese día Zelaya fue sacado a la fuerza del país en un avión militar, y sólo pudo regresar a Honduras de forma clandestina el 21 de septiembre, con la esperanza de que su presencia en la sede diplomática brasileña ayudara a forzar su restitución.

Pero después de meses de protestas callejeras, y horas y horas de negociaciones, su apuesta terminaría revelándose infructuosa, a pesar del apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de practicamente la totalidad de la comunidad internacional.

Mensajes de solidaridad
En esta temporada de fiestas, el único consuelo que puede esperar el mandatario depuesto es que pueda recibir las tarjetas navideñas que el Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras, CODEH, ha pedido a los hondureños para que expresen su solidaridad

Las tarjetas están siendo recogidas en la sede de Radio Globo, la emisora crítica del gobierno de facto que se vio obligada a interrumpir transmisiones a finales de septiembre, para retornar al aire casi un mes después.

"Hasta el momento hemos recogido bastantes (tarjetas navideñas para Zelaya)" le dijo a BBC Mundo una de sus periodistas, Ariela Cáceres, quien considera que, a pesar del paso del tiempo, ni la situación de la emisora ni la del país pueden calificarse de normal.

"En la radio seguimos sin poder decir ciertas cosas, porque si hablamos nos pueden volver a cerrar. Y aquí, además de la crisis política, también hay una crisis social cada vez más profunda, con cada vez más asaltos y capturas" declaró.

"No hay alegría"

En la opinión de Cáceres, la de este año tampoco será una navidad como las otras. "No se ve (ambiente navideño) en las calles, porque la gente no tiene dinero. Si acaso hay algo de ambiente en los grandes centros comerciales, pero ¿quiénes son los que pueden comprar ahí?".

El analista independiente, Manuel Torres, concuerda en que "no hay alegría. Lo que predomina es un sentido de austeridad que no es resultado de la previsión, sino de la falta de recursos. La gente vive en una especie de presión nacional" le comentó a BBC Mundo.

Torres cree que la época navideña ha hecho que la gente vuelva a interesarse por el destino de Zelaya, con una solidaridad que es producto -sobre todo- de la compasión propia de estas fechas. "La gente dice: pobre hombre, que está encerrado, que está preso...".

Pero aunque el analista considera que el gobierno interino está más que interesado en que esta situación no se extienda hasta el 27 de enero -día que debía concluir oficialmente el período de Zelaya- "tampoco tiene prisa por solucionarla antes de que acabe el año".

Día D

El 27 de enero también es el día que debe asumir la presidencia Porfirio "Pepe" Lobo, cuya elección durante unos polémicos comicios celebrados a finales de noviembre es considerada por una parte de la sociedad hondureña como un importante paso para el retorno de la institucionalidad

Lobo tampoco parece muy entusiasmado por la posibilidad de recibir la banda presidencial con Zelaya recluido a pocas cuadras de distancia.

Sin embargo, sus esfuerzos por facilitar una salida digna del país para Zelaya, invitándolo a sostener pláticas privadas en México o República Dominicana, fracasaron cuando éste rechazó viajar con un salvoconducto que lo presentaba como refugiado, por considerarlo un insulto a la dignidad presidencial.

A pesar de este inconveniente, cada vez queda más claro que cualquier posible "solución" pasa por el eventual exilio de Zelaya, a quien varios de sus simpatizantes han animado a trabajar desde el extranjero en la formación de una nueva fuerza política que le permita buscar la reelección -a pesar que la misma está prohibida por la Constitución.

Pesebre político
Pero, por el momento, este cuadro aún no figura en el tradicional pesebre navideño del arquitecto local Fernando Martínez, que año tras año exhibe elaboradas composiciones en las que combina los elementos propios de la celebración religiosa con referencias al acontecer social.

En esta oportunidad, el pesebre del quien también fuera Ministro de Relaciones Exteriores de Honduras, emplea juguetes infantiles y figuras artesanales para contar la historia de la destitución de Zelaya. Desde la pugna por la celebración del referéndum que terminaría costándole el puesto, hasta la elección de "Pepe" Lobo, pasando por su salida en pijamas de la casa presidencial.

Una prueba más de que, este año, la navidad en Honduras no tiene nada de normal. Pero también de que esta historia aún no ha llegado a su final.

BBC

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