Carta para San Nicolás

¡Querido San Nicolás!, le recomendamos que al venir a Honduras tenga mucho cuidado por la crisis política y social que este país atraviesa desde el 28 de junio pasado, “domingo negro”, en que se registró el golpe de Estado y además por su traje rojo y blanco lo pueden confundir con un San Nicolás de facto.

La antesala de esta Navidad del 2009 nos augura una “negra Navidad” por la crisis económica, política y social en que vive la sociedad hondureña, ha sido un año donde la justicia y la paz han sido golpeadas, especialmente los últimos seis meses de represiones y agresiones que ha dejado a tantas familias hondureñas incompletas y desgraciadas, donde estas víctimas de la violencia serán un vacío en sus hogares este 24 de diciembre.

Es insólito que el presidente constitucional, José Manuel Zelaya Rosales, elegido democráticamente por siete millones de hondureños y hondureñas y haber pasado tres navidades en Casa Presidencial, pase su última Navidad “encarcelado” con su familia y seguidores en la Embajada de Brasil.

Mientras los golpistas libremente celebrarán y brindarán con champagne o con cualquier otro tipo de licor introducido sin pagar impuestos, y no sería extraño que algunos de estos “pirómanos” ya con las orejas calientes les diera por hacer disparos al aire para probar las pistolas que recientemente les obsequió el Ejército.

Por vez primera después de 28 navidades democráticas en Honduras, el golpe de Estado restará armonía y alegría en las familias hondureñas, especialmente cuando el reloj marque las 12 de la noche y algunos no se querrán ni abrazar por ser de la Resistencia o de la Unión Cívica Democrática.

Hay vecinos de barrios y colonias que desde el 28 de junio se dividieron políticamente y aunque las recientes elecciones generales del 29 de noviembre apaciguaron un poco la crisis del ambiente político, el 2 de diciembre, “día de los garrotes”, celebrada en la “caverna legislativa”, 111 golpistas confirmaron el golpe al rechazar el regreso del orden constitucional y revolvieron la crisis.

A 38 días de que el presidente electo, Porfirio Lobo Sosa, tome posesión, el ambiente aún está incierto debido a que la mayoría de los países democráticos no reconocen las elecciones y en sus primeras conversaciones con mandatarios del istmo centroamericano le han recomendado que le dé “golpe de Estado” al mandatario interino, Roberto Michelleti Baín, por ser gobierno de facto.

Entre más cerca esté el 27 de enero próximo y más tarde Michelleti en “renunciar”, más difícil, vergonzoso y penoso es el ambiente de diálogos nacionales e internacionales para Lobo Sosa y lo peor para la recuperación de la credibilidad y reconocimiento de Honduras en la comunidad internacional.
El gobierno de Reconciliación Nacional ha empezado a conformarse especialmente por la presión de aparentar que se está cumpliendo con lo acordado en el Pacto de San José/Guaymuras y lo más relevante es el tema de la Amnistía que es muy bien recibida por los “golpistas”.

Como se puede hablar de un gobierno de reconciliación nacional, conformado por los mismos autores del rompimiento constitucional de la nación, sin la participación del partido político de la Unificación Democrática y con la exclusión del presidente constitucional.

El pueblo se pregunta qué tanto espera el presidente electo, Lobo Sosa, para reunirse con el presidente constitucional Zelaya Rosales, si ambos fueron elegidos a través del sufragio electoral y hablan el mismo idioma político con el mismo acento olanchano.
¡Querido San Nicolás!, el pueblo hondureño le agradecerá si al presidente electo le traiga una “banda presidencial original”.

Alfredo Haces


DIARIO TIEMPO