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martes, 22 de septiembre de 2009

el presidente zelaya regresa a honduras y se instala en la embajada de brasil


el Derrocado presidente Manuel Zelaya regresó furtivamente a Honduras el lunes casi tres meses después de que él fue derrocado en un golpe de Estado, y se refugió en la embajada de Brasil para evitar ser arrestado por el gobierno de facto.


El derrocamiento de Zelaya el 28 de junio en una disputa sobre los límites del mandato presidencial de Honduras cayó en su peor conflicto político en las últimas décadas, y fue condenado por el presidente de EE.UU., Barack Obama, la Unión Europea y gobiernos de América Latina. Zelaya estuvo en el exilio, principalmente en Nicaragua, mientras que un gobierno de facto que apoyó el golpe contra él se hizo más afianzado en el poder, desafiando los llamamientos internacionales para que el presidente de izquierda para regresar.


Su reaparición repentina de la presión elevada en Honduras gobernante interino del país, Roberto Micheletti, a ceder el poder y planteó la posibilidad de protestas violentas o de un enfrentamiento en la embajada. "Yo soy el presidente legítimo elegido por el pueblo y por eso vine aquí", Zelaya dijo a Reuters por teléfono desde el interior de la embajada. Secretario de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, dijo Zelaya, y los líderes del golpe debe encontrar una manera de evitar la violencia en Honduras, uno de los países más pobres del hemisferio occidental y un aliado de EE.UU. en los conflictos de la Guerra Fría en América Central.


"Es imperativo que el diálogo comience ... (que) hay un canal de comunicación entre el Presidente Zelaya y el régimen de facto en Honduras", dijo Clinton después de que ella se reunió el presidente costarricense Oscar Arias. Varios miles de partidarios de Zelaya se reunieron frente a la embajada de Brasil, mientras que un helicóptero militar sobrevuela la zona y un pequeño grupo de la policía se encontraba a unos 100 yardas (metros) de distancia. Muchos de los manifestantes quedaron en la noche, en desafío de un toque de queda impuesto por la administración Micheletti, y unos 50.000 maestros de escuela se declararon en huelga para apoyar a Zelaya.


AEROPUERTOS CERRADOS


Gobierno Micheletti ordenó cerrar todos los aeropuertos. Honduras es un importante productor de café, pero las exportaciones hasta el momento no han sido afectados por la crisis. Zelaya dijo que había enfrentado a muchos obstáculos, cruzar las montañas y valles para evitar los puestos de control militares. No reveló qué país había llegado a Honduras desde.


"Fue una operación bien planificada y funcionó. Zelaya engañado a los golpistas y se fue en el maletero de un coche e incluso en un tractor", dijo el presidente venezolano, Hugo Chávez, un aliado de Zelaya. Micheletti, un conservador, quiere Zelaya arrestado por cargos de corrupción y tratar de cambiar la Constitución, y está respaldado por los militares del país, Corte Suprema y el Congreso. Instó a Brasil a mano Zelaya a las autoridades.


"Un llamado al gobierno de Brasil: el respeto de la orden judicial contra el Sr. Zelaya y lo convierten en autoridades de Honduras ... Los ojos del mundo están en Brasil y Honduras", dijo Micheletti. En junio, los soldados derribaron Zelaya a punta de pistola y lo envió al exilio en pijama después de que molesta oponentes conservadores que lo acusaron de querer cambiar la Constitución para permitir a los presidentes a la reelección. Los líderes empresariales de Honduras también desconfiaba de su alianza con Chávez. Zelaya fue debido a dejar el cargo en enero después de las elecciones en noviembre y negó que él estaba tratando de ampliar su mandato. Obama ha reducido la ayuda de EE.UU. en Honduras desde el golpe y empujó para el regreso de Zelaya, pero rechazó su demanda de sanciones más severas contra los líderes del golpe.


Los gobiernos latinoamericanos de izquierda han acusado a Obama de no hacer lo suficiente para obligar a regresar de Zelaya al poder. Brasil, potencia económica del continente, que busca un mayor peso político y diplomático, ha sido lanzado en el centro del conflicto con la decisión de Honduras de Zelaya a refugiarse en su embajada en Tegucigalpa. En Nueva York, el canciller brasileño, Celso Amorim, dijo que tenía esperanzas de regresar de Zelaya podría iniciar una nueva etapa en las negociaciones para poner fin a la crisis de Honduras. Amorim, dijo que su país estaba feliz de jugar un papel en cualquier acuerdo futuro.

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