Brasil ha pedido hoy una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para intentar resolver la crisis de Honduras, informaron a EFE fuentes diplomáticas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha realizado hoy en Nueva York intensas gestiones para buscar una solución rápida y pacífica a la nueva situación en el país centroamericano tras refugiarse el lunes el depuesto presidente Manuel Zelaya en la sede diplomática de Brasil en Tegucigalpa.
Fuentes diplomáticas de Estados Unidos, que preside este mes el Consejo de Seguridad de la ONU, confirmaron a Efe que recibieron la petición de Brasil y que la están estudiando.
El presidente de Brasil, cuyo país no forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU, abrirá mañana los debates de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la que participarán gobernantes de 192 países.
El mandatario brasileño dijo hoy a la prensa que se había comunicado telefónicamente con el presidente depuesto para pedirle que mantenga la calma y no dé argumentos para una violación de la sede diplomática.
El ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Celso Amorim, advirtió por su parte, de que Brasil no está dispuesto a "tolerar ninguna acción contra su embajada".
Amorim explicó que el Gobierno brasileño, junto con la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), las autoridades de Estados Unidos y de otros países, realiza intensas gestiones en búsqueda de una solución rápida y pacífica.
El Gobierno brasileño, en coordinación con la Organización de Estados Americanos (OEA), las autoridades de Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y otros países mantuvieron un intenso dialogo en Nueva York para buscar una solución a la crisis hondureña, según el canciller Celso Amorim.
También el Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Javier Solana, dijo que Zelaya había sido advertido de que "no hiciera nada que pudiera empeorar las cosas".
Manuel Zelaya regresó a su país 86 días después del golpe de Estado que llevó al poder a Roberto Micheletti, que en respuesta decidió declarar un nuevo toque de queda.
El secretario general de la OEA, Jose Miguel Insulza, estimó que la presencia en Honduras del depuesto presidente Manuel Zelaya puede ser "una gran oportunidad" para conseguir un arreglo pacífico a la situación en ese país.
"La población y las autoridades del Gobierno de facto se habrán dado cuenta de que después de tres meses (del golpe de Estado que derrocó a Zelaya) no hay un solo país que los reconozca", manifestó en una rueda de prensa.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha realizado hoy en Nueva York intensas gestiones para buscar una solución rápida y pacífica a la nueva situación en el país centroamericano tras refugiarse el lunes el depuesto presidente Manuel Zelaya en la sede diplomática de Brasil en Tegucigalpa.
Fuentes diplomáticas de Estados Unidos, que preside este mes el Consejo de Seguridad de la ONU, confirmaron a Efe que recibieron la petición de Brasil y que la están estudiando.
El presidente de Brasil, cuyo país no forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU, abrirá mañana los debates de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la que participarán gobernantes de 192 países.
El mandatario brasileño dijo hoy a la prensa que se había comunicado telefónicamente con el presidente depuesto para pedirle que mantenga la calma y no dé argumentos para una violación de la sede diplomática.
El ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Celso Amorim, advirtió por su parte, de que Brasil no está dispuesto a "tolerar ninguna acción contra su embajada".
Amorim explicó que el Gobierno brasileño, junto con la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), las autoridades de Estados Unidos y de otros países, realiza intensas gestiones en búsqueda de una solución rápida y pacífica.
El Gobierno brasileño, en coordinación con la Organización de Estados Americanos (OEA), las autoridades de Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y otros países mantuvieron un intenso dialogo en Nueva York para buscar una solución a la crisis hondureña, según el canciller Celso Amorim.
También el Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Javier Solana, dijo que Zelaya había sido advertido de que "no hiciera nada que pudiera empeorar las cosas".
Manuel Zelaya regresó a su país 86 días después del golpe de Estado que llevó al poder a Roberto Micheletti, que en respuesta decidió declarar un nuevo toque de queda.
El secretario general de la OEA, Jose Miguel Insulza, estimó que la presencia en Honduras del depuesto presidente Manuel Zelaya puede ser "una gran oportunidad" para conseguir un arreglo pacífico a la situación en ese país.
"La población y las autoridades del Gobierno de facto se habrán dado cuenta de que después de tres meses (del golpe de Estado que derrocó a Zelaya) no hay un solo país que los reconozca", manifestó en una rueda de prensa.
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