Cualquier tipo de lucha debe estar sujeta a una planificación que toma en cuenta el objetivo o estrategia, la táctica, los mecanismos, los recursos materiales, financieros y humanos que participan en la acción de que se trate.
Si no existe la organización, el plan y una estrategia clara, los movimientos sociales tienden a fracasar quedando una huella de frustraciones.
Solo el entusiasmo, euforia o deseo no son suficientes para coronar con éxito una acción, protesta o lucha determinada contra el gobierno y sus cuerpos o instituciones coercitivas.
Únicamente son elementos que desde luego son necesarios pero que deben vincularse íntimamente con los objetivos y procedimientos tácticos y estratégicos.
La estrategia y la táctica son conceptos teóricos de la ciencia política y se utilizan científicamente en la lucha de clases de la sociedad capitalista. Se interactúan mutuamente y uno depende del otro.
Por lo general el sentido común los confunde y lo utilizan indistintamente en cualquier circunstancia lo que demuestra a las claras que se desconoce totalmente su exacto y verdadero significado.
En nuestro medio, se cae a menudo, en este error, que confunde a la opinión pública en el análisis de la situación política del momento o de una época determinada.
Por tal razón, considero necesario aclarar conceptos. En la historiografía política social se usa el vocablo estrategia como la línea general de todo un proceso; el objetivo que se persigue; la conducta o pasos a seguir en el proceso de las grandes contiendas sociales entre las clases dominantes y dominadas. El fin ultimo de la controversia y de las posiciones beligerantes entre los grupos sociales que defienden distintos intereses.
La estrategia engloba toda la lucha, es el punto a seguir en el horizonte de la lucha de clases.
La táctica son las medidas, formas y pasos que hay que cumplir para que la estrategia se corone con el éxito. La táctica son las formas de lucha que adopta todo movimiento para que la estrategia se aplique en la realidad práctica. Son dos conceptos que no pueden separarse pero que uno es más general que el otro.
Precisamos esto, porque en Honduras, actualmente, los que se dedican al análisis de las situaciones políticas, concretamente la lucha del magisterio por sus reivindicaciones, confunden la estrategia y la táctica.
Recientemente en la huelga de tres semanas de los maestros, cuando estos regresaron a sus clases sin lograr el dialogo solicitado, los medios de comunicación decían que los maestros habían cambiado de estrategia al no continuar las protestas callejeras y retornar a las aulas. Esto no es así, lo que cambiaron fue la táctica, es decir, la forma de lucha para lograr la estrategia.
Las formas de la lucha magisterial son las asambleas informativas, cerrar las escuelas, manifestarse en las calles y protestar públicamente por la represión policial y el incumplimiento del gobierno a sus peticiones que constituyen los pasos tácticos para logara la estrategia, que en este caso, es que se respete en todos sus aspectos el Estatuto del Docente, no violentar la ley educativa con la finalidad de privatizar la educación, ni mucho menos dar la responsabilidad a las alcaldías a dirigirla. Por lo que sabemos, la estrategia no ha sido cambiada, lo que si ocurrió fue el cambio táctico, pues la represión era muy fuerte y, por lo tanto, había que replegarse.
Los cambios tácticos en la confrontación son necesarios, porque el enemigo también posee su estrategia y táctica y, de acuerdo con ellas, el movimiento popular debe hacer los cambios pertinentes para no caer en callejones sin salida y en la desventaja que desea el gobierno para vencer tal resistencia.
El movimiento magisterial no ha sido vencido por el repliegue táctico de volver a las aulas. Por el contrario, necesitan un descanso, aclarar ideas y precisar la táctica de lucha.
Por otra parte, no hay que llegar al cansancio que crea debilitamiento y frustraciones, perdida del objetivo y desunión en las filas.
En estos enfrentamientos, el gobierno descubrió sus verdaderas intenciones de aplastar al movimiento magisterial utilizando la escalada mediática y la fuerza violenta de la policía.
Ante la táctica violenta y represiva de la policía, era y fue correcta, la táctica de replegarse y cambiar de forma en la lucha estratégica contra el gobierno nacionalista que dirige Pepe Lobo.
No es cierta ni correcta la idea que lanzaron algunos comunicadores de que el magisterio puso “pies en polvorosa” y que se retiraba derrotado. ¡De ninguna manera! Siempre es razonable dar “dos pasos atrás y uno adelante” para obtener el propósito y no permitir que se desgaste el movimiento. En ninguna circunstancia de la lucha política, la táctica solo es para adelante. No, es imprescindible dar pasos hacia atrás, para recomponer las fuerzas y analizar con precisión la real correlación de fuerzas.
El volver a clases, da la oportunidad de ordenar las fuerzas e iniciar el dialogo en diferentes mesas de acuerdo a la complejidad de cuestiones que es necesario resolver.
El que no sabe retroceder, jamás aprenderá a avanzar, el retroceso no es derrota, es nada mas un alto en el camino para componer la carga y continuar la ruta, que en este caso es la lucha con mayores fuerzas y posibilidades de triunfo.
Además, se analiza la experiencia vivida en sus aspectos negativos y positivos y se obtienen mejores conclusiones que ayudaran a conformar una táctica variada y correcta.
Por ello, creo que los maestros no han cambiado su estrategia, que sigue siendo la misma, lo que hubo fue un cambio táctico.
El repliegue magisterial es una medida sabia para continuar la lucha con mayores fuerzas.
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