Paso en firme

La sorpresiva reunión en Cartagena de Indias del presidente Lobo Sosa con los presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia, y Hugo Chávez, de Venezuela, es un paso en firme en el proceso de reincorporación de Honduras en la Organización de Estados Americanos (OEA).

Hasta ahora el restablecimiento de Honduras en el cónclave continental parecía estancado, sobre todo por las dificultades creadas en torno a la repatriación del ex-presidente Zelaya Rosales con la debida consideración a su dignidad y liderazgo nacional, y, asimismo, por la situación deplorable en materia de derechos humanos y en lo atinente a la libertad de expresión.

Por lo que ha trascendido, este acercamiento de los presidentes Lobo Sosa y Chávez es resultado de una discreta intercesión del presidente Santos en inteligencia con el mandatario venezolano, lo cual da la impresión de estar en función de un vasto proyecto diplomático continental.

El presidente Santos, al referirse a este encuentro, destaca: “Quiero expresar de corazón al presidente Chávez la ayuda y su muy efectiva diplomacia para que este paso que se dio hoy fuera posible”.

Por su parte, el presidente Lobo Sosa, señala: “Todo el continente está contento de lo que ha sucedido, y Estados Unidos no es la excepción, seguramente, quien también ha expresado su voluntad de que Honduras retorne a la OEA”.

Es sugestivo, para decirlo de alguna manera, que el destrabe del proceso para la reinserción de Honduras en la OEA se produzca casi inmediatamente después de la visita del presidente Obama, de Estados Unidos, a algunos países de América Latina, vale decir Brasil, Chile y El Salvador.

Es indudable que el caso de Honduras ocupó un lugar en la agenda de esa gira, lo cual podría significar —en último análisis— que el movimiento de esa pieza del ajedrez continental es necesario para marcar una ruta de desarrollo democrático con más afinidad con el americanismo latinoamericano.

El presidente Chávez, cuya estrategia está claramente definida en ese sentido, ha sido bastante explícito después de su acercamiento con el presidente Lobo, en el que destacó la facilitación de una conversación telefónica “muy positiva” entre el gobernante hondureño y el ex- presidente Zelaya, “que se encuentra en Caracas”.

“Trato de ayudar a que Honduras se integre en todos los organismos internacionales y en los programas de cooperación regionales”, ha dicho el presidente venezolano, y agrega: “Nos da mucho gusto ser de alguna manera útiles a estos procesos de armonización, de acercamiento, de unidad, de amistad, de integración”.

En eventos políticos de esta magnitud y trascendencia, las palabras dichas son muy significativas y definidoras. Por eso es apropiado darles una valoración adecuada para entender el verdadero objetivo y su justa dimensión, que, en este caso, tiende a ser muy promisorio para Honduras.