Entrevista con Mirna Perla magistrada salvadoreña e integrante de la Comisión de Verdad

Previo a la conferencia de prensa en la que darán a conocer los resultados de su tercera visita al país, los comisionados nacionales e internacionales de la Comisión de Verdad realizaron una gira en el sur de Honduras, participando al levantamiento de testimonios de la violaciones ocurridas antes, durante y después del golpe de Estado en las comunidades de Puerto Grande y La Flor en la península de Zacate Grande.

Durante la visita, los comisionados pudieron escuchar los testimonios de decenas de personas que sufren sistemáticas amenazas, acoso judicial y represión por parte de los cuerpos represivos del Estado y los órganos competentes para impartir justicia, coludidos con el terrateniente Miguel Facussé Barjum y sus guardias privados.

La radio independiente “La Voz de Zacate Grande” y la Asociación por el Desarrollo de la Península de Zacate Grande (ADEPZA) son los principales objetivos de la represión desenfrenada contra su legítimo derecho de comunicar, informar y tener acceso a la tierra que les pertenece.

Sobre esta situación, la Lista Informativa “Nicaragua y más” conversó con la magistrada salvadoreña e integrante de la Comisión de Verdad, Mirna Perla.

-¿Cuál es el mensaje que queda después de esta visita a Zacate Grande?
-La lucha de la gente de Zacate Grande por la tierra y la sobrevivencia es algo que nos remonta a hace más de 500 años, a la época de la colonia. Lo que está haciendo la gente es muy valiente.

Quiero señalar la importancia de que los jóvenes de la comunidad hayan organizado la radio “La Voz de Zacate Grande”, porque es un instrumento con el que pueden informar y formar la comunidad. Se trata de una lucha contra un sistema, contra un Estado que se organiza para proteger a unos pocos que pretenden ser dueños de todo.

-Una situación muy complicada…
-Es una situación que me indigna. Hemos escuchado el testimonio de Pedro Canales (presidente de ADEPZA) y de otros compañeros y compañeras. Les han dictado órdenes de captura por estar luchando por la tierra y contra los intereses de terratenientes y oligarcas.

Es una lucha importante. Como integrante de la Comisión de Verdad estoy admirada por sus esfuerzos. Me da mucha energía para seguir luchando, para que en el mundo entero cambiemos este esquema individualista que está atentando contra la vida de los pueblos, de los más desposeídos.

-¿Qué aporta esta experiencia al trabajo de la Comisión de Verdad?
-Nos indica que tenemos que profundizar más en lo que son las causas reales de tanta injusticia, de tantas mentiras que rodean lo que fue el golpe de Estado.

Es evidente la participación de Miguel Facussé, de otros integrantes de la oligarquía hondureña y de intereses transnacionales para apropiarse de los recursos naturales del país y desarrollar proyectos de muerte.

-Estamos viendo a un empresario que reprime y explota a sus propios connacionales, no sólo en Zacate Grande, sino en casi todo el país. ¿Cuál es su opinión respecto a esta persona, a Miguel Facussé?
-Es un delincuente. Es alguien que construye muerte por donde llega y trata de destruir la vida y la dignidad de la gente por intereses mezquinos. La valiente y decidida organización de todo el pueblo de Honduras es la única forma para combatir y destruir ese plan de muerte, de injusticia y persecución.

La gente de Zacate Grande ya no se calla. Está hablando a través de la radio, de los hombres, las mujeres, los jóvenes que encontramos acá.

-Una vez más estamos viendo los órganos competentes para impartir justicia, coludidos con los poderes fácticos del país y el gran capital.
-Ayer nos reunimos con los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Creo que deberían venir aquí y sentarse a platicar con la gente. Ver qué es lo que está pasando en todas estas zonas donde se reprime al pueblo.

Ver como los juzgados están dictando órdenes de captura contra los legítimos propietarios de estas tierras. Ver como impulsar un cambio de leyes que son injustas. Y como decía Monseñor Romero, cuando una ley es injusta no hay que obedecerla.

Se necesitan leyes que les pongan límites a la voracidad de Facussé y a todos los que piensan como él, vulnerando el derecho de la gran mayoría y concentrando la riqueza en pocas manos, destruyendo la vida.