E. U. R.*
Después del 28 de junio del 2009 – ¡fue golpeee!, entona una contundente canción – en el Estado de Honduras se ha acelerado su fracturación y en donde se han manifestado momentos de fisuras profundas que dejan abiertas las posibilidades para una caída casi mortal del actual régimen de Lobo y es que la deuda social no es poca ni corta, así lo muestra la historia de Resistencia y a la vez de opresión al que se ha sometido al pueblo hondureño.
Actualmente, hay dos demostraciones que representan un peligro real al Estado y a la reproducción social del orden establecido y que son las manifestaciones de poder comunitario y/o local en Resistencia y la organización y movilización de madres y padres de familia en defensa de la educación pública ya que este sector ha estado despolitizado y significaría una articulación, un trinomio, magisterio-madres/padres de familia-estudiantes. Sería una fuerza devastadora.
El Paro Cívico Nacional del 30 de marzo representa para muchos el mejor. Otros dicen que no, pero en la UNAH-VS significó presenciar y participar en una “guerrilla urbana moderna”. Muchos compas de lucha solían decir: “cómo resisten los estudiantes en Tegus no será posible vivirlo aquí en San Pedro”. Lo cierto es que se vivió una respuesta organizada ante la represión de parte de la policía. La respuesta fue determinante, bombas de gas lacrimógeno lanzadas eran bombas neutralizadas. Estudiantes coordinándose para tener a la mano cubetas con agua y la vez recogiendo municiones (piedras) y reuniéndolas en puntos estratégicos para su legítimo uso.
Los movimientos tácticos de grupos de estudiantes que salían de la UNAH-VS a enfrentar la represión de la policía y que estos movimientos se traducían en que la policía tenía que retroceder para resguardarse de la lluvia de piedras. No fueron piedras cualquieras, fueron piedras cargadas de autonomía universitaria, de dignidad y resistencia.
Además, de lo que se pudo vivir en la UNAH-VS, es importante mencionar la clara y constante incorporación de estudiantes, que lo hacen por primera vez, a las acciones de lucha y por supuesto la decidida y aguerrida participación de compañeras estudiantes.
La intención no es idealizar este ejemplo de lucha sino demostrar que ya se está atravesando una etapa en la que se puede identificar una respuesta generalizada mucho más organizada e inteligente hacia las represiones. Claro está que estas respuestas tienen sus diferentes matices según las realidades en las que se desenvuelvan.
El Poder se construye y tiene sus etapas y dimensiones, el Paro Cívico Nacional simboliza un poder inmediato que es necesario fortalecer. Sin perder la claridad de que la lucha platea el poder social, económico y cultural.
*Estudiante Universitario en Resistencia
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