El nuevo fascismo " André Glucksmann "

Las ideas políticas justas no son innatas. (…) aún el uso de la palabra fascismo se ha de reconquistar.


Tras la experiencia política posterior a junio de 2009, la respuesta popular ha “provocado” el surgimiento de un nuevo fascismo. En Honduras hemos escuchado de nuevo el ruido de las botas y estamos frente a una dictadura fascista que no ha terminado de instalarse, gracias a la respuesta popular organizada en la Resistencia.



Los maestros, los trabajadores, no están vencidos y la población no se ha sometido. Sin embargo, es necesario reconocer que asistimos a un tiempo en el que el fascismo se prepara para reinar, se prepara para posicionarse en la sociedad hondureña.


No cabe la menor duda de que no estamos frente a una simple militarización de la sociedad o ante un estado policíaco a secas. Por lo tanto no basta con denunciar la represión generalizada de la revuelta popular que se extiende a todas las capas de la sociedad. Vivimos tiempos de guerra que devendrán en cambios profundos, transformaciones cualitativos del modelo social hondureño.



La lucha pacífica del pueblo tiene inquieta a la oligarquía, a los sectores ultraderechistas del continente, pues en este país la clase económicamente dominante ya no cuenta con la colaboración tradicional de los subordinados. Se encuentran ante un amplio movimiento social que lo impugna todo desde las calles, que no teme a los sistemas habituales de represión. Esta es una época en que los mecanismos de control tradicionales han fracasado.



La insurrección social, mujeres y hombres justos, liderada por el pueblo en resistencia tiene tan alterada a la oligarquía que finalmente se ha quitado la careta del todo y ha clarificado los campos: están lanzando al Estado contra el pueblo, ha regimentado todas las jerarquías para reprimir al soberano. Le han dejado un solo camino al pueblo: la construcción una nueva república, en la que impere la libertad, el derecho y la justicia.