Santo Domingo, 23 de febrero de 2011
Compañeros Y Compañeras
Delegados a la Asamblea Nacional
Frente Nacional de Resistencia Popular
Pueblo Hondureño en Resistencia
A pocas horas de dar inicio al evento más importante en la historia política hondureña, desde la formación de los partidos políticos tradicionales, a todos los miembros del FNRP les llamo a impulsar un movimiento de liberación nacional, basado en principios e ideas revolucionarias, pro socialistas, para construir una nueva sociedad.
Es importante saber que mi presencia física sigue siendo obstaculizada por los planes estratégicos de expansión del imperio, que son los mismos que dictaron mi salida abrupta de la administración del estado, utilizando aquellos traidores de la patria, que en los últimos cincuenta años gobernaron sin decoro, sin ética y sin moral.
Cada día que pasa, si bien es cierto entramos en aguas más turbulentas, debemos tener confianza que la resistencia sigue consolidando la conciencia nacional, que se apoya en la unidad, en el conocimiento, las ideas y la construcción del pensamiento popular; estas son las armas para unir esta asamblea del pueblo que se libera.
Desde su nacimiento, el frente es una organización política, por definición, democrática incluyente y libre, esto se debe reafirmar; evitando la “terrible” posibilidad de que se convierta en esta asamblea en un “nuevo” partido tradicional, y que esta discusión nos orille a actuar exactamente como uno de ellos.
No debemos repetir la misma historia de viejos partidos "emergentes", que asumieron las prácticas viciosas de los partidos tradicionales, y terminaron actuando de peor forma que estos. Lo mismo podría ocurrir si aceptáramos irreflexivamente el planteamiento de buena fe de entrar ya en el ámbito electoral.
No considero extraña esta posición, pues como sociedad, tendemos a reproducir los patrones que sigue la clase dominante; lo complicado del reto es construir un proceso nuevo.
Los procesos electorales en cualquier sociedad latinoamericana son virtualmente ineludibles para los pueblos en vías de liberación; nosotros no somos la excepción, pero eso no debe tomarse como una obligación, sino como una misión más. Está claro que en este momento nuestra participación en elecciones tendría efectos más destructivos que positivos; no existen condiciones, y el control de los golpistas sobre todos los organismos de aplicación de justicia, hacen inviable por ahora esta posibilidad. Sin embargo, la realidad es dinámica, y las coyunturas pueden cambiar y estas nos obligan, a veces, de manera súbita, a tomar decisiones trascendentales. No estar listos no quiere decir que debemos estar inmóviles; al contrario, nos obliga a llevar nuestra lucha a niveles de acción organizada para exigir y presionar hasta que las condiciones sean las que requerimos.
El Frente Nacional de Resistencia Popular como una entidad Política, debe continuar la intensa tarea de organización, formación y movilización en todas las unidades geográficas del país; desde el caserío hasta el nivel nacional; necesitamos aproximadamente 25 mil directivas para estar listos: ningún cambio es posible si el pueblo no está organizado.
Hay que considerar que dentro del frente, existimos hombres y mujeres decididos a luchar con todo y a arriesgarlo todo; no perdamos la oportunidad abriendo desde este momento competencias estériles entre nosotros.
El avance implacable del neoliberalismo en nuestro país, las violaciones a los derechos humanos la mutilación de las conquistas sociales de maestros, obreros campesinos e indígenas; nos demuestran que en esa materia hemos retrocedido muchos años, especialmente con la reaparición de prácticas del crimen político que se remontan a los años ochenta. No podemos seguir esperando que alguien más haga justicia por nosotros; debemos exigir ahora mismo el desmantelamiento de todo el aparato que encubre los grupos paramilitares y el sistema administrador de justicia, no solo por su complicidad en el crimen del golpe de estado, sino por su complaciente actitud frente de los verdugos del pueblo. Esto solo lo lograremos con la acción permanente de presión popular.
A los grupos que actúan como un perro sediento de sangre e insaciable en sus deseos de torturar; así como la impunidad y la indefensión en que nos encontramos debemos denunciarlos en forma cotidiana, a nivel nacional e internacional, no podemos dejar esta inmensa carga a un grupo de defensores de derechos humanos que cada día tienen más trabajo, debido a la impunidad con que actúan los asesinos. Defendernos es una tarea de todos, y desafiar al sistema opresor de justicia es una forma legítima de protegernos.
La misión es fortalecernos y abrir tantos frentes de lucha, por nuestras demandas, como sea posible, no dar tregua; del mismo modo que ellos son implacables, nosotros debemos demostrar que somos invencibles.
La auto convocatoria constituyente es una propuesta que formulamos desde el mes de agosto del 2010, y debemos avanzar en ella hasta elaborar la nueva constitución donde estén todos nuestros derechos soberanos.
Es imperativo demandar que se haga uso trasparente de las figuras de referendo y plebiscito a la mayor brevedad posible; con ello movilizamos el pueblo, lo organizamos y acorralamos al enemigo en su propia trampa.
Queremos una sociedad libre que respete el derecho de propiedad pero que ese derecho particular no esté por encima del derecho colectivo. Queremos que los ciudadanos estén por encima del mercado, y el bienestar común sea el propósito de la sociedad. Honduras no es una propiedad privada, inscrita en el registro mercantil a nombre de unas pocas familias que se creen dueñas del patrimonio nacional.
Los que sienten en esta lucha que esto no corresponde a sus expectativas, deberían considerar seriamente la posibilidad de que están en el lado equivocado.
Compatriotas, tampoco es creyéndonos más revolucionarios que otros que construimos la nueva Honduras; es reconociendo el revolucionario que hay en cada resistente, de las diferentes fuerzas políticas y sociales en resistencia -liberales UD - que integramos el frente.
Exigir la restauración del Estado democrático, el fin de la impunidad por los crímenes de lesa humanidad, y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente amplia, incluyente, justa, soberana y originaria es una misión en la que no podemos retroceder.
Después de casi 2 dos años que fuimos expulsados violentamente de nuestra tierra Igual que cientos de compatriotas, confiamos que esta asamblea sea un acto de esperanza para la refundación de Honduras, y que cumpla su misión de abundar en posiciones de unidad y prácticas democráticas.
Resistimos y venceremos.
José Manuel Zelaya Rosales
Coordinador General
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