Resistencia " Pedro Serrano García "

Un pueblo oprimido
El golpe de Estado del 2009, aunque ya es historia, por desgracia sigue la represión. Desde el atentado político-militar contra el orden constitucional, se desató una represión que ha ocasionado unas doscientas víctimas; a las que hay que añadir, los heridos, los torturados, los encarcelados, los enjuiciados, los exiliados, los amenazados…

Desde que Pepe Lobo del partido nacionalista asumió la presidencia del gobierno, el uso desmedido de la fuerza continúa, aunque de forma selectiva, contra campesinos, líderes populares, mujeres, periodistas, miembros de la Resistencia. Incluso hay amenazas contra sacerdotes y colaboradores de la Iglesia.

La vuelta de Mel Zelaya y el ingreso de Honduras a la OEA, tampoco ha resuelto nada, pues la amenaza contra los opositores al sistema oligárquico sigue vigente. No se están cumpliendo los Acuerdos de Cartagena sobre las garantías a la vuelta de los exiliados, la libertad de expresión de simpatizantes de la Resistencia y el derecho a la seguridad de los opositores.

Asimismo, la explotación contra campesinos, obreros y funcionarios aumenta. Se congelan los salarios, suben los precios, crece el desempleo y se incumplen los derechos laborales reconocidos por la Constitución y las leyes. La evasión fiscal empresarial, la violencia del crimen organizado, los intereses comunes entre responsables de la economía legal y economía del narcotráfico se consolidan. La sociedad hondureña padece la impunidad y la violación constante de la legislación por los altos dignatarios de la política, la economía y las transnacionales. La ciudadanía intuye en unos casos y observa en otros, la corrupción con la que actúan determinados jueces, diputados y gobernantes; militares, empresarios y oligarcas.

Mientras, los humildes hondureños han de seguir padeciendo la pobreza y la violencia sin esperanza de que disminuya. El pueblo no ve que el túnel de la opresión por el que está pasando vaya a acabar alguna vez. Los empobrecidos experimentan en sus vidas marginadas, las proféticas palabras de Jesús:
“Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen” (Mt 20,25).

¿Qué hacer?
En el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), muchas organizaciones y personas que lo integran, tienen como objetivo la transformación del sistema capitalista neoliberal para acabar con la opresión. Para ello han surgido dos estrategias: La primera, continuar como frente popular diverso y unido, que desde las luchas populares consigan la liberación de los oprimidos hondureños. La segunda, está ya formalizando la creación de un partido político llamado “Frente Amplio de Resistencia Popular” (FARP), que consiga mediante la competición electoral, asumir responsabilidades de gobierno, para así realizar el bien común.

¿Cuál es la mejor? Pueda que ambas sean necesarias y complementarias. Pero lo importante es que mantengan la unidad y el respeto a las opciones estratégicas que adopten las diversas organizaciones. Ambas estrategias y otras que puedan surgir, deben siempre supeditarse a la unidad del FNRP, como hasta ahora lo están logrando, pues, “todo reino dividido será asolado” según Jesucristo. Es decir, la unidad es vital para lograr avanzar en la refundación del Estado frente a las fuerzas capitalistas. Nunca podemos perder de vista las sabias palabras de Jesús, el obrero de Nazaret, que nos dijo:
“El que quiera ser grande sea el servidor de los demás, y el que quiera ser el primero, que sea el último” (Mt 20,26-27).

Todas las estrategias y tácticas que se adopten en el FNRP, pueden ser positivas, siempre y cuando no perdamos de vista el objetivo: la “liberación de los oprimidos” (LC 4,18b).

Cristianos en resistencia
El domingo 24 de julio, un grupo de creyentes en San Pedro Sula, después de un iluminador debate, constituyeron una nueva organización, que la han llamado: RED DE COMUNIDADES CRISTIANAS EN RESISTENCIA.

El objetivo de la RCCR es vivir el seguimiento de Jesús trabajando por la extensión del Reino de Dios liberando a los oprimidos y según los signos de los tiempos.

Aunque bastantes creyentes fundadores de la RCCR —no todos—, están incorporados al FNRP y otros simpatizan, la palabra “RESISTENCIA” no es solamente por la cercanía con el Frente, es algo más; pues constatando que la opresión, la explotación y la injusticia es permanente en la historia, los seguidores de Jesús deben constantemente trabajar, resistir a la opresión y la injusticia, aunque el FNRP se transforme, deje de existir o cambie sus objetivos.

Los miembros de la Red de Comunidades optan por los pobres, pero también por la clase oprimida. Sus acciones irán encaminadas a la ayuda humanitaria, la reforma de estructuras injustas y la transformación del sistema capitalista por un sistema solidario.

La RCCR invita a todas aquellas comunidades y creyentes que quieran unirse. Hay que abandonar el cristianismo evasivo de la realidad y asumir el compromiso por la liberación integral.