FISIONOMIA DEL HONDUREÑO QUE NO ES GALLO NI GALLINA.... DE UN AMIGO INTIMO.‏

En verdad, uno se acongoja a veces en estas Honduras. Muchos solamente quieren vivir el día sin prever lo que deberá vivir uno o dos días después. Otros, pese a sus estudios académicos, no hacen ningún esfuerzo que no les beneficie económica e individualmente. A veces me siento racista al pensar que los llamados ladinos no tenemos una real identidad, por lo que no nos importa lo que sucede en este país. Los indígenas tienen mayor apego a la tierra y su cosmos es diferente al nuestro. Pero ellos no dominan nada en esta "su tierra". Es la población más desprovista de poder alguno. Los ladinos, los patriotas, los soberanos, los que argumentamos ser hondureños por generaciones, en realidad pareciera que no tuviésemos madre... no todos/as, pero una gran población solamente hablan de patriotismo y defensa a Honduras porque quieren sus riquezas para beneficio personal. Los indígenas, en cambio, se consideran parte de esta naturaleza, no dueños de ella para explotarla hasta su destrucción total, pero para convivir con ella.


Esta Honduras se acostumbró a vivir bajo el yugo de caciques, de dictadores, de chafas y de la oligarquía ignorante y estúpida, preñada de soberbia. Muchos de los que ahora rodean a Mel, antes no encontraban asidero para su "liderazgo", ni respuestas a las condiciones que exigía el contexto y su historia. Aparece el fenómeno de un hacendado, desprendido de un caporal vinculado con las fuerzas armadas criminales (1975 en Los Horcones), quien bien asesorado por una gran mujer como Patricia Rodas, levantó un liderazgo que nadie en la historia reciente lo ha tenido. Allí se arriman quienes vivían del sindicalismo derrotado por el neoliberalismo salvaje. Allí están quienes buscaban alguna manera de cambiar las condiciones de relaciones estructurales. Pero, el reto no es fácil y los que rodean a Mel no tienen mucha cultura y disciplina de estudio político, varios se comportan como si la revolución esta al lado de la esquina, triunfalismo que anuncia posibles derrotas, necesitan aprender de otros y otras organizaciones revolucionarias del sur y de otros continentes.

Por lo antes dicho, y porque el pueblo de la base espera inquieto que los del Frente lleguen a romper las cadenas de la opresión, explotación y crimen organizado, es que hay momentos en que uno se desespera y pierde las esperanzas de que esto cambie a una condición mucho mejor. Si vemos la experiencia nicaraguense, las inquietudes son mayores. Recuerdo cuando en Leon, Chinandega y Matagalpa "los muchachos" del Frente muy eufóricos por el triunfo de haber derrotado a Somoza, olvidaban los derechos humanos de los sectores más débiles de la sociedad. La soberbia no les dejaba mirar cosas que estaban en sus discursos. Luego, el poder Sandinista se consolidó y vino una larga guerra fría y luego caliente para ese pueblo noble. Así como los demás centroamericanos contribuimos a la conquista Sandinista, otros centroamericanos contribuyeron a su derrota. Pero parte de la derrota tuvo motivación en algunos errores de quienes tomaron el poder.

Ahora en esta Honduras se lucha por el poder del Frente comandado por Mel. La pregunta es, ¿estamos preparados para manejar el poder? La respuesta seguramente no es una, serían varias. ¿Para qué queremos el poder? En primer lugar para transformar esta sociedad preñada de injusticia. Pero, cuantos/as sabemos cual es el Estado que queremos construir con Justicia... ¿Queremos un Estado Benefactor, dentro del marco ideológico filosófico y económico keynesiano? Otros dirán, para qué dar respuestas tempranas a algo que arreglamos cuando ocurra el cambio en el poder. El contexto internacional no es el mismo de los 70s, 80s u 90s. En unos aspectos es más favorable, en otros desfavorables.

¿Acaso un pueblo con una historia de siglos de sometimiento está preparada para construir la sociedad llena de justicia que añoramos? ¿Que pasos hay que dar ahora, de manera oportuna, en un proceso de maduración política y social? ¿Estamos realmente aprovechando las oportunidades que el contexto nos ofrece para hacer nuestra tarea correctamente?¿Estamos siendo suficientemente tolerantes, cuerdos y provisorios para el avance exigido en este proceso de posibles cambios?

No cumplir con esto es no solamente no cumplirle a Honduras, pero a Sudamérica. Lo que vemos en otros países dominados por el imperio de las transnacionales nos dejan tímidos. Nosotros nos enorgullecemos de nuestra lucha, con razón, pero lo que vemos en otros lugares nos dejan a veces con envidia.

Un abrazo