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jueves, 19 de mayo de 2011

la urgente necesidad de un nuevo pacto social

El golpe de Estado de 2009 en Honduras reabrió un capítulo doloroso para la historia latinoamericana relacionada con intervenciones militares en los procesos democráticos de la región. Luego de inicialmente oponerse al golpe, el gobierno de Obama procedió en las semanas y meses que siguieron al derrocamiento del presidente Manuel Zelaya a aceptar el status quo en Honduras y ayudar al gobierno que le sucedió a reintegrar al país al marco regional, en una forma que parecía tolerar las violaciones a los derechos humanos.
El hecho de aparecer conciliándose con el golpe puso a Estados Unidos en el lado equivocado de la historia y redujo la presión sobre el gobierno de Honduras para detener las violaciones a los derechos humanos, contribuyendo al clima de impunidad de aquellos involucrados en el golpe militar. La política de Estados Unidos también envió un mensaje perjudicial a los actores regionales, provocando dudas sobre si nuestro país toleraría entonces hechos donde el orden democrático fuera socavado en otros lugares de la región. Nuestra buena fe fue puesta bajo prueba durante un intento de golpe en Ecuador en 2010, y podría no ser la última vez.


Entre 2009 a 2011 el Centro para la Democracia en las Américas testificó ante el Congreso de Estados Unidos inmediatamente después del golpe de Estado, y hemos también liderado o participado en cuatro delegaciones que visitaron Honduras, para investigar las condiciones políticas y de los derechos humanos, reuniéndonos con un amplio rango de actores de todo el espectro político. Hemos consistentemente abogado por políticas que promuevan los derechos humanos y la democracia.
Luego de un viaje a principios de 2011, nuestro analista Patricio Zamorano fue invitado a volver a Honduras como observador internacional de la primera Asamblea General del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Este reporte refleja lo que experimentó en esa reunión, junto a su análisis y observaciones personales sobre el impacto potencial en la situación general política de Honduras de aquí en adelante.
La política de Honduras tiene muchos niveles y hay fuerzas poderosas activas en el país –incluyendo el gobierno del presidente Lobo, los militares, la comunidad empresarial, y los partidos políticos establecidos- que continuarán dominando la dirección que tomará el país. Debido a que Patricio Zamorano pudo observar personalmente lo que aconteció en la Asamblea, hay información única en este informe sobre la reunión y los planes de la “resistencia” de aquí en adelante. Por ello hemos fomentado al autor a difundir sus hallazgos a una audiencia más amplia.
Sarah Stephens
Directora ejecutiva
Reporte de Patricio Zamorano

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